En medio de un contexto de crecientes tensiones políticas y sociales en Venezuela, dos colombianos se encuentran detenidos de manera arbitraria por el régimen de Nicolás Maduro, y sus familias se enfrentan a una angustiante incertidumbre. Manuel Alejandro Tique y Edwin Colmenares fueron arrestados por la Guardia Nacional Bolivariana en circunstancias misteriosas, sin que se les haya comunicado oficialmente las razones de su detención.
Los hechos no solo ponen de manifiesto la grave situación de los derechos humanos en Venezuela, sino también el abandono de las autoridades colombianas ante la falta de respuestas claras. Manuel Alejandro Tique, un profesional en Ciencias Ambientales de 32 años, fue detenido el 14 de septiembre mientras realizaba una misión laboral en Venezuela. Él, quien trabaja como parte de una organización humanitaria con sede en Bogotá, había sido comisionado para llevar a cabo unas capacitaciones en el estado de Apure. Sin embargo, en su viaje de regreso a Colombia, fue arrestado por la Guardia Bolivariana sin que se explicaran los motivos detrás de su captura.
“Fue detenido el 14 de septiembre, pero no sabemos nada más. La Dirección General de Inteligencia Militar de Venezuela no nos dijo con claridad los motivos de su detención. Fue como si lo hubieran hecho sin ningún motivo”, relató Diana Tique, hermana de Alejandro. La confusión y la falta de respuestas claras han marcado el curso de estos dos meses de incertidumbre. A pesar de los esfuerzos de la familia, que ha recurrido a la Cancillería colombiana, al embajador y los consulados correspondientes, hasta el momento no ha habido avances en el esclarecimiento de su paradero. “El Gobierno ha enviado notas diplomáticas al Gobierno venezolano solicitando información sobre la localización de mi hermano. Pero hasta ahora no hemos recibido ninguna respuesta”, explicó Diana.
De igual manera, precisó: “Nosotros seguimos sin saber nada. Lo que creemos, o lo que estamos tratando de lograr, es que haya personas con poder de negociación que puedan ayudarnos, pero no sabemos quién puede hacerlo. Ya está pasando mucho tiempo y no tenemos a quién más recurrir. La situación se está convirtiendo en un caso clásico de secuestro, porque no sabemos nada sobre su ubicación ni su estado”.
Un caso similar se presenta con Edwin Colmenares, un abogado de 34 años, defensor de los derechos humanos, que lleva más de una semana sin que su familia reciba noticias de él. Edwin, quien trabaja en Arauca, fue detenido mientras viajaba hacia su hogar pasando por la ruta más corta a través del país vecino. En su trayecto hacia Colombia fue retenido en El Amparo, Venezuela, el pasado primero de noviembre. Según su madre, Dolly García, Edwin tuvo contacto por última vez con una amiga, a quien le dijo que la Guardia Nacional lo había detenido y que no lo querían dejar ir. Después de ese mensaje le quitaron el celular y la comunicación se cortó por completo.
“Él viajó a Venezuela porque la ruta por allá es más corta, más o menos cuatro horas. Él trabajaba en Arauca y, como dije, se venía por Venezuela, pero fue allí donde lo detuvieron, en El Amparo. La Guardia Nacional lo retuvo allí”, explicó Dolly García, madre de Edwin, quien vive con la angustia de no saber nada de su hijo desde hace más de una semana.
A pesar de los esfuerzos de la familia por obtener información a través de amigos y conocidos en la región, no se sabe nada sobre si Edwin fue trasladado a una cárcel, estación de Policía o algún centro de detención secreto. “No sabemos si lo llevaron a una cárcel, a una estación de Policía o a un búnker. No tenemos información”, lamentó Dolly García. La madre de Edwin también expresó su frustración por la falta de respuestas tanto del Gobierno colombiano como de los organismos internacionales. “No hemos recibido ninguna respuesta ni de los medios ni del Gobierno. Mañana (sábado) vamos a hacer un plantón para continuar con la búsqueda”, agregó.
Incertidumbre
Los casos de Alejandro Tique y Edwin Colmenares no son aislados. Forman parte de un patrón más amplio de detenciones arbitrarias y vulneraciones de los derechos humanos reportados en Venezuela en los últimos años. El régimen de Maduro ha sido señalado por diversas organizaciones internacionales, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, por su represión a la oposición política, activistas de derechos humanos y ciudadanos comunes.
Venezuela padece una crisis humanitaria sin precedentes, donde las libertades civiles y los derechos humanos son constantemente violados. La situación política es aún más tensa debido a la falta de legitimidad del Gobierno de Maduro, quien se mantiene en el poder tras unas elecciones altamente cuestionadas en 2018, en las que fue acusado de fraude electoral. Además, en las recientes elecciones de 2024, celebradas en medio de denuncias de fraude y de represión política, el candidato opositor Edmundo González fue quien, según los informes de diversos observadores internacionales, habría obtenido el mayor número de votos, lo que pone en duda la legitimidad del actual régimen.
Este contexto de incertidumbre y represión explica, en parte, por qué la detención de ciudadanos extranjeros como Alejandro y Edwin ha pasado desapercibida en los medios internacionales y por qué las autoridades venezolanas han hecho caso omiso a los llamados de las familias y Gobiernos extranjeros para esclarecer estos casos.
Faltan esfuerzos
Aunque el Gobierno colombiano ha realizado esfuerzos diplomáticos por obtener respuestas, no ha habido avances sustanciales. La Cancillería de Colombia ha enviado múltiples notas diplomáticas solicitando información al Gobierno venezolano, pero hasta el momento no se ha obtenido respuesta alguna.
El silencio de las autoridades venezolanas frente a los casos de Alejandro Tique y Edwin Colmenares refleja una actitud de desdén hacia los derechos humanos y una clara falta de voluntad para cooperar. En este sentido, la presión de la comunidad internacional se vuelve más urgente que nunca a fin de asegurar la liberación de estos colombianos y visibilizar las violaciones de derechos humanos que ocurren en el país vecino.
Las familias de Alejandro Tique y Edwin Colmenares siguen enfrentando una lucha titánica por obtener información sobre el paradero y la situación de sus seres queridos. La ausencia de respuestas de las autoridades venezolanas y la complejidad del entorno político hacen que su búsqueda sea aún más difícil. Sin embargo, tanto las familias como la sociedad colombiana no descansarán hasta que se esclarezca lo sucedido y se haga justicia.
A medida que la comunidad internacional observa, la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro debe intensificarse, exigiendo que se respeten los derechos humanos y que liberen a todos los detenidos arbitrariamente. Mientras tanto, las familias de Alejandro y Edwin seguirán esperando, con la ilusión de que algún día sus voces sean escuchadas y sus seres queridos regresen a casa.