Hace algunos meses Netflix lanzó la miniserie llamada ‘Gambito de dama’ que cuenta la historia de una niña de tan solo 13 años que se convierte en un verdadero fenómeno a la hora de enfrentarse a un tablero de ajedrez, pues impresionaba con sus rápidos movimientos y su inteligencia cuando movía una ficha. En Sabanalarga, Atlántico, hay una historia más impresionante aún: la de Jarett Alexander Díaz Ávila. SEMANA conversó con su padre.
Actualmente Jarett tiene 9 años, pero su pasión por el ajedrez comenzó cuando tan solo tenía 5. Muchos niños a su edad buscan otro tipo de diversión como conseguir el mejor carro de juguete, tener el último videojuego o algo propio de un niño de 5 años, pero este pequeño oriundo de Sabanalarga era distinto. Se interesó de alguna forma por el ajedrez y le pidió a su padre, Elkin Díaz, que le prestara su computador para jugar en línea este deporte.
Así que por iniciativa propia, Jarett aprendió de qué se trataba y cómo se jugaba el ajedrez. Su padre, al ver tanto interés decidió comprarle un pequeño tablero y ese solo sería el inicio de un largo camino de aprendizaje. El pequeño, con tan solo cinco años, le enseñaba a sus amigos a jugar y disfrutaba hacerlo. Un talento se estaba ‘cocinando’ y por eso Elkin decidió impulsarlo a seguir con este deporte, por lo que Jarett ingresó a una academia, aunque los profesores pidieron que esperara un año, hasta cumplir los 6, para poder entrar.
SEMANA conversó con Elkin, quien señaló que confiado en el talento de su hijo, se negó a hacerlo y le pidió a la academia observar la destreza que tenía Jarett al frente de un tablero. Impresionados con su experiencia con tan corta edad, el pequeño entró a recibir clases para perfeccionar su juego, pero en tan poco tiempo pasó a otra categoría, con niños muchos más grandes que él.
El padre de Jarett se fijo en que definitivamente su hijo jugaba ajedrez como muy pocos lo hacen y menos con su corta edad, así que impulsó esta pasión que finalmente llevó a que con 6 años de edad ganara varios premios, uno de ellos el departamental Atlántico, cosechando el primero de 60 trofeos y medallas que acumula este pequeño en su hogar.
Jarett seguía brillando y su turno ahora era demostrar en el exterior el talento que tenía: “La Fundación a la Rueda Rueda hace el torneo de Ajedrez del Caribe y el premio era jugar en España, Jarett se lleva el primer lugar, pero nos dicen que los gastos del acompañante debían correr por cuenta propia y con mi esposa no teníamos los suficientes recursos así que con el dolor en el corazón nos tocó dejarlo ir solo”, relató Elkin a SEMANA.
Vivi Barguil, la directora de la Fundación a la Rueda Rueda, destacó en SEMANA cómo dicho torneo de ajedrez potenció al menor. De acuerdo con su explicación, hacer un torneo de estas características no es fácil, menos en términos de patrocinio, pero aún así decidieron impulsar el talento de niños como Jarett. De igual forma, aseveró, siempre se dejó claridad que - justamente por los gastos y en medio de esa bonita intención de fomentar el talento - quien ganara el torneo iría solo a Europa.
Barguil recordó que fue el torneo de ajedrez que ellos organizaron el que le dio el impulso internacional al menor, la oportunidad de salir del país rumbo a Europa. Además, fue tratado de la mejor manera, con sus comidas, su dormida y demás. La Fundación a la Rueda Rueda dio cuenta de los cuidados del menor en España, de la formación que tuvo a cargo de un docente en ajedrez como José Moreno, de la preparación que tuvo a su cargo para que, gracias a ellos, viajara al Viejo Continente. El asunto de sus padres, insistió, siempre se aclaró en el marco de la buena intención de que su hijo pudiera tocar suelos internacionales y mostrar su talento.
La Fundación a la Rueda Rueda destacó cómo sigue trabajando por el bienestar de los niños, al punto de que tiene inscritos 2.500 menores este año, al tiempo que recordó que el menor colombiano estuvo junto a representantes de Rusia, México, Paraguay, el local España, entre otros países.
En ‘Gambito de dama’, la protagonista decide, muy joven, medir su talento con personas que tienen años de trayectoria en el ajedrez. Eso mismo hizo Jarett. El pequeño llamó a su padre a preguntarle si podía jugar en las noches con personas adultas, así que por largas horas sorprendió a los extranjeros que se deleitaban al ver cómo un menor de 9 años le ganaba una partida de ajedrez a un adulto que tenía encima varios años de experiencia.
Sin embargo, la luz con la que comenzó a brillar Jarett a su corta edad se fue apagando cuando llegó la pandemia y su padre Elkin, quien es ingeniero, debe enfrentar el desempleo que agobió al país por varios meses. “Jarett estuvo por más de un año sin clases porque no teníamos cómo pagar un profesor, así que vamos a la Alcaldía (de Sabanalarga) y pedimos recursos para poder financiar los torneos en otras ciudades pero solo nos daban 400.000 pesos o 150.000 pesos como ayuda”, relató su padre a este medio.
Esta historia se conoce luego de una denuncia que hizo la madre de Jarett, Dayis Ávila, quien en su cuenta de Facebook publica una fotografía de su pequeño durmiendo en el aeropuerto El Dorado, en Bogotá, por escasos recursos. El pequeño se dirigía con su padre a un torneo de ajedrez. El presupuesto, según relató Elkin, era de unos 3 millones de pesos, así que nuevamente fueron a buscar ayuda antes las entidades territoriales, lo que no fue posible.
Con el dinero exacto en su bolsillo, a Elkin no le quedó más opción que viajar a Bogotá y dormir en el aeropuerto mientras hacían una escala hacia Armenia y luego en carro dirigirse a Cali donde se iba a llevar a cabo el torneo. “Esa publicación se da porque la mamá me pregunta que cómo está el niño, yo le mando foto mostrando que ya se durmió y ella, en su dolor de madre e impotencia de que ella está en una cama y su hijo en una banca, escribe a esa hora la publicación”, dijo el padre de Jarett.
Finalmente con algo de impotencia, Elkin sostuvo que su pequeño ahora tendría que buscar otras opciones a raíz de la falta de ayuda: “Vamos buscar la manera que le guste el fútbol, ya que no es un deporte costoso porque yo como padre no tengo cómo pagar y ahora lo que Jarett sabe es porque él mismo se mete en las plataformas a aprender”, contó.
Tras esta publicación, un maestro internacional contactó a Elkin y le dijo: “Yo quiero ser parte de la historia de Jarett, te voy entrenar al niño vía internet y no te voy a cobrar ni un peso, lo vamos a sacar campeón mundial”. Esto llenó de inspiración a Elkin que espera conseguir algún patrocinio y seguir con el sueño de su hijo, que es participar en los torneos internacionales y demostrar su increíble talento.