Demir Tom Turam se movía por los municipios de Girardot y Ricaurte, en Cundinamarca, como pez en el agua, apadrinado por una importante y reconocida familia del sector hotelero que tiene sus raíces en este departamento. Turam fungía como un gran empresario turco, que estaba en Colombia buscando hacer grandes inversiones en finca raíz o cualquier otro negocio que le pareciera atractivo, pues tenía el capital suficiente. Llegó al país el 27 de febrero de 2021. En Colombia se daba vida de rey.
Se alojaba en los lujosos hoteles de la familia que lo acogió como a un hijo más, mantenía en fiestas privadas, contrataba recurrentemente los servicios sexuales de ‘prepagos’. Nada le preocupaba. Cuando llegó a Bogotá el “empresario” se alojó en inmediaciones a la Embajada de Italia, las autoridades evidenciaron que tiene buenos lazos de amistad con ciudadanos de ese país que están radicados en Colombia.
Luego se trasladó a una lujosa finca en Chinauta, Cundinamarca, en donde había conformado un esquema de seguridad integrado por 15 venezolanos, que no estaban armados, pero sí se encargaban de espantar a cualquier persona que se atreviera a merodear por el lugar.
Todo parecía marchar sobre ruedas para Turam. En Colombia era un extranjero respetado, permanecía con dinero en efectivo y su relación con la prestante familia de Girardot lo hacía aun más una persona confiable para el pequeño circulo social con el que interactuaba. Pocos podían conversar con Turam, era un hombre misterioso, a quien no conocían por su nombre, sino por su seudónimo de Blue.
No daba su número celular, evitaba mantener conversaciones durante largo tiempo y prefería que cualquier contacto lo hicieran por medio de los integrantes de la familia que lo había apadrinado en Colombia. Prefería mantener su ubicación oculta, manejaba un bajo perfil para evitar despertar sospechas entre las autoridades locales.
El misterio se rompió cuando la oficina de Interpol en Colombia recibió la notificación de alerta. En Colombia posiblemente estaba refugiado un pez gordo para las autoridades alemanas. La Oficina Federal de Investigación Criminal Alemana, BKA, le entregó el dosier a las autoridades colombianas sobre Demir Tom Turam, un ciudadano alemán de 34 años, quien nació en Oldemburgo, pero que se había nacionalizado en Turquía.
Tom Turam era buscado por las autoridades alemanas por formar parte, al parecer, de una red de narcotráfico internacional. Sus habilidades lo llevaron a diseñar dos aplicaciones en la red oscura (dark web) para lograr mantener contacto con sus cómplices en Europa sin ser detectado.
En el dosier al que tuvo acceso SEMANA se señala que el turco usaba estas aplicaciones con el fin de comunicarse con sus socios para comprar y vender drogas, así como armas de fuego. El informe de inteligencia que le entregó Alemania a Colombia dice que las aplicaciones también las utilizaba para, presuntamente, comunicarse y proveer servicios a pandillas para planear actividades criminales en Alemania. Las autoridades de ese país lograron infiltrar a un agente en la aplicación secreta de Turam, quien recabó toda la información, dejando al descubierto la verdadera personalidad del “respetado empresario turco” que se encontraba en Colombia.
¿Salpicados?
El caso de Turam no se detiene con su captura, la cual se produjo el pasado miércoles 10 de noviembre en uno de los reconocidos hoteles de la familia que lo acogió. Las autoridades ahora siguen los movimientos de quienes lo tuvieron oculto en Colombia.
El campo de acción de los investigadores se amplió a dos hermanos y a su papá, para determinar si hay complicidad de ellos con las presuntas actividades ilegales que venía desarrollando el turco en Alemania y que posiblemente tenían repercusión en Colombia.
Los detectives tienen indicios que, al parecer, un piloto amigo de los dos hermanos que están bajo la lupa de las autoridades podría estar implicado en el envío de cocaína desde Colombia al exterior en vuelos chárter y del ingreso de fuertes sumas de dinero en efectivo, con las que el turco se daba la gran vida.
Las autoridades en Colombia tienen pruebas de que varios de los integrantes de la prestante familia que sirvió a los intereses de Blue sabían de sus actividades ilícitas, por lo cual no estarían ajenos ante una posible responsabilidad penal por encubrir a un fugitivo internacional. Sobre sus nexos con esta familia, SEMANA conoció que uno los integrantes es un joven tatuador, quien viajaba con frecuencia a Alemania, en donde conoció a Turam.
El turco le prestaba un local de su propiedad para que ejerciera su trabajo. Desde ese momento nació el vínculo entre los dos. El tatuador permitía que Turam se quedara en los hoteles que administra su papá en Girardot y Ricaurte. Las autoridades también encontraron giros de dinero mediante casas de cambio entre el tatuador y su hermano, recursos que irían a parar finalmente a las manos del extranjero. La cifra era de 2.000 euros por semana aproximadamente.
Una de las conclusiones para las autoridades, tras siete meses de investigación, es que este personaje había llegado a Colombia con el propósito de blanquear la fortuna que había acumulado en Alemania, presuntamente, con el negocio del narcotráfico y realizar nuevas alianzas con narcos colombianos para expandir su negocio ilícito en Europa desde este país.
El caso de Turam y otros seis extranjeros capturados en Colombia recientemente con circulares roja de Interpol prendieron las alarmas entre las autoridades nacionales. Los perfiles de los detenidos han sido por delitos de alto impacto como narcotráfico, blanqueo de capitales, tráfico de armas, concierto para delinquir, violación informática (hacker), participación de actividades de organizaciones terroristas y agitación violenta.
El dosier de Interpol
Vladimir Taranectc (1). Ciudadano ruso. Es requerido por las autoridades de su país por los delitos de formación armada de ilegales y participación en actividades de una organización terrorista. Fue capturado recientemente en el Aeropuerto El Dorado cuando su avión hacía escala en Bogotá. Según las autoridades, hace parte del grupo terrorista Estado Islámico y actúa como combatiente extranjero. Se indaga si buscaba realizar contactos en Colombia con organizaciones ilegales.Vladimir Polyanskiy (2). Ciudadano ruso. Es requerido por las autoridades de su país por los delitos de tráfico de estupefacientes.
Su dosier, al que también tuvo acceso SEMANA, señala que hace parte de una organización criminal transnacional dedicada al tráfico de grandes cantidades de hachís (producto derivado del cannabis). La red comercializa la sustancia entre España y Rusia. Su modus operandi consistía en comercializar el producto ilegal en internet. Agim Cerma (3). Ciudadano albanés. Fue detenido en Colombia con circular roja de Interpol. Se le sindica de hacer parte de cartel de los Balcanes, que estaría traficando cocaína desde Colombia a Europa. Es solicitado por Estados Unidos para que responda por delitos narcotráfico y concierto para delinquir.
El expediente al que tuvo acceso SEMANA señala que Cerma recibió de agentes infiltrados cerca de 700 millones de pesos en el Valle del Cauca, producto de una transacción para la compra de estupefacientes. Linhart Jakub (4). De República Checa.
Es requerido por las autoridades de su país por el delito de lesiones graves de alteración del orden público. Su dosier señala que es un hombre violento, con una condena encima por agresión. La pena impuesta era de dos años y seis meses. Paunescu Mhai Ionut (5). Ciudadano rumano. Es requerido por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos por los delitos de intrusión informática y estafa bancaria por medios electrónicos.
Entre enero de 2011 y 2012 actuó como un proveedor de hosting blindado para una compleja infraestructura en línea a disposición de los ciberdelincuentes. Ejecutó ataques cibernéticos promocionando direcciones de protocolo de internet para mantener en el anonimato a los hackers.Kal Abdulaziz(6). Ciudadano turco.
Las autoridades de España lo solicitan por tráfico de drogas. Kal es conocido como Gul Bulent. Durante un allanamiento se le encontraron más de 500.000 euros en efectivo, producto de la comercialización de estupefacientes.
El dinero iba a ser destinado a la creación de empresas para ocultar el origen ilegal. Las capturas de estos pesos pesados, como los denominan las autoridades colombianas, hicieron que se prendieran las alarmas en el país para direccionar la investigación y conocer quiénes son sus cómplices en Colombia.
El general Fernando Murillo, director de la Dijín, indicó que se mantiene la lucha frontal contra toda clase de amenaza o riesgo para el país como es el caso de estos extranjeros, que en algunos casos buscan esconderse para evadir sus responsabilidades penales que tienen en otros países pero en Colombia son detectados gracias a la cooperación internacional.