Hace cuatro años el Centro Democrático fue el partido que tuvo los mejores resultados de la contienda electoral. No solamente lograron que fuera elegido el presidente Iván Duque, sino que fueron la mayor fuerza electoral en el Congreso con 19 senadores y 32 representantes a la Cámara, repitiendo el exitoso debut de cuatro años atrás cuando la lista era cerrada y el exmandatario era cabeza de lista.
Ambas listas fueron arrastradas por el reconocimiento del expresidente Álvaro Uribe. A pesar de que la lista fue abierta —es decir que cada candidato debía buscar sus votos— Uribe fue el de mayor respaldo en esas elecciones y en toda la historia del país con 801.692 votos, lo que arrastró a varios que venían detrás.
Este domingo la situación podría ser distinta y algunos analizan que ante la falta del expresidente, los escándalos de corrupción que relacionan a miembros de este partido, la muy mala popularidad que tiene el presidente Iván Duque —elegido por el Centro Democrático—, podrían minar el respaldo y perder representatividad.
El expresidente Álvaro Uribe estuvo alejado de la contienda electoral, pero recientemente se sumó sabiendo que su imagen sigue congregando seguidores y que es fundamental para el partido. Uribe ha recorrido el país promocionando la candidatura de Óscar Iván Zuluaga y la de sus aspirantes al Congreso.
Si algo tiene el uribismo es que aún sigue habiendo millones de personas que creen en el legado y las ideas del expresidente.
Aunque otros sectores como el Pacto Histórico o la centroizquierda podrían lograr mayores escaños, lo cierto es que eso no terminará por afectar el voto uribista que se mantendrá fiel a su espectro.
Se espera que esas coaliciones logren sumar escaños por la imagen que tienen algunos de sus líderes, como es el caso de Gustavo Petro con el Pacto.
La militancia del Centro Democrático es disciplinada, y por más de que el expresidente ya no vaya a estar compitiendo, hay otros liderazgos que congregarán esos votos que deja el exmandatario.
Lo que sí es una incertidumbre es qué candidato se verá beneficiado con esos votos y ahí está la verdadera disputa.
El uribismo se ha dividido en un ala más radical y otra gobiernista que defiende la gestión del presidente Iván Duque, mientras que la otra lo critica.
Con la primera idea están líderes como María Fernanda Cabal, mientras que con la otra Edward Rodríguez o Ernesto Macías. Macías no repetirá, pero Cabal y Rodríguez buscan llegar al Senado y se espera que ambos logren una curul. Esa fractura se podría sentir en el Capitolio en medio del debate legislativo, como no sucedía hace cuatro años.
Otro factor que será distinto a lo que sucedió en el 2018 es que los aspirantes al Congreso tenían el impulso que dio la victoria de Duque en la consulta interna con 4 millones de votos.
Esta vez, Zuluaga irá en solitario y es claro que prácticamente toda la militancia acudirá a pedir el tarjetón del Equipo por Colombia para votar por alguno de los candidatos, especialmente Federico Gutiérrez, David Barguil y Alejandro Char que son quienes se han venido peleando esos votos.
El objetivo del Centro Democrático es mantener el promedio de las 20 curules que lograron el cuatrienio pasado. Esperan que en Cámara puedan lograr mayores escaños por algunos liderazgos que congregaron en las distintas regiones. Si eso sucede será una buena jornada para el partido.
Pero nada está escrito hasta ahora y a pocas horas de que arranquen las votaciones lo único seguro es que hasta finalizada la tarde del domingo se conocerá si efectivamente perdieron escaños como pronosticaban algunos, o si por el contrario mantuvieron su caudal y, en ese caso, podrán decir que sigue habiendo uribismo para rato.
Otra cosa será lo que suceda a partir del 14 de marzo en el que arrancará una nueva campaña en la que los que lograron llegar al Congreso deberán apoyar a Óscar Iván Zuluaga y debatir qué decisiones internas se toman con el ganador de la consulta del Equipo por Colombia. Aún falta camino por recorrer.