La Iglesia católica manifestó este jueves su “inmensa alegría” por el anuncio del presidente, Juan Manuel Santos, de que su Gobierno está listo para iniciar diálogos de paz con el ELN, que el episcopado considera “imperativo” para el país. A la posible negociación con el ELN se refirió el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, cardenal Rubén Salazar, quien señaló que para alcanzar la paz del país es necesario dialogar con esa guerrilla, de la misma forma como se hace desde noviembre de 2012 en Cuba con las FARC. “Desde siempre habíamos dicho que no era suficiente el mantener un diálogo con las FARC sino que era también necesario e imperativo un diálogo con el ELN que tuviera sus características propias porque son dos guerrillas muy diferentes y en este momento la situación de las dos es muy diferente”, dijo Salazar en una rueda de prensa en Bogotá con motivo de la inauguración de la feria Expocatólica. Santos dijo anoche que la intención del Gobierno de dialogar con el ELN es la respuesta a la liberación que ese grupo hizo el martes del geólogo canadiense Gernot Wobert, a quien tuvo secuestrado más de siete meses, y al deseo de negociar la paz expresado ese mismo día por el jefe de esa guerrilla, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino. “Yo quiero responderle diciendo que el Gobierno está listo para dar ese paso también y ojalá que podamos arreglar los procedimientos necesarios para iniciar lo más pronto posible un diálogo con el ELN para ver si de una vez por todas le ponemos fin al conflicto con los dos grupos que han estado involucrados en el conflicto”, expresó el jefe de Estado. Al respecto, Salazar señaló que en el episcopado colombiano “indudablemente saludamos con inmensa alegría la posibilidad de iniciar diálogos con el ELN” y reiteró la disposición de la Iglesia católica a ayudar en lo que sea posible para el éxito de esa eventual negociación. “Como siempre, nosotros estamos dispuestos a apoyar, a animar a estar detrás, haciendo posible que se mantenga la conversación, que se mantenga el diálogo, que no se interrumpa, que las dificultades que surjan en el camino no lleguen precisamente a romper aquello que tanto necesitamos”, manifestó el cardenal. El purpurado explicó que los obispos no participan en negociaciones de paz pero sí pueden contribuir a crear un ambiente favorable para los diálogos. “La misión nuestra es aclimatar la paz y por lo tanto crear condiciones favorables para que se den los diálogos entre el Gobierno y el ELN”, anotó. En ese sentido, el cardenal invitó al ELN, la segunda guerrilla del país, a que se comprometa con la negociación y deponga las armas. “Nosotros tenemos una cierta comunicación con líderes del ELN, en ciertos momentos se ha podido llegar a ellos y siempre la invitación que nosotros hemos hecho es a que depongan las armas y se sienten verdaderamente a dialogar y se reintegren totalmente a la vida civil”, manifestó. El ELN tiene entre sus miembros históricos al cura guerrillero Camilo Torres, uno de los pioneros de la Teología de la Liberación, muerto en un combate con el Ejército en 1966. Para la liberación de Wobert, el ELN pidió que en la misión humanitaria encargada de recibirlo, liderada por delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), estuvieran también el arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, y el superior de los jesuitas en Colombia, el sacerdote Francisco de Roux.