"Brasil es un socio estratégico, un socio muy importante para Colombia", fueron las palabras con las que la canciller María Ángela Holguín justificó la visita de funcionarios del Gobierno colombiano al país vecino. Esa mirada sobre Brasil es refrendada por el propio Barack Obama, presidente de Estados Unidos, quien en abril del año pasado, en una entrevista en televisión, dijo: "es una potencia económica y una pieza clave en el escenario internacional". Esta semana, una comitiva del gobierno colombiano, encabezada por el presidente, Juan Manuel Santos, viajó a Brasil con el objetivo de celebrar reuniones bilaterales. Es la primera vez que ese país es el primer destino de una visita oficial de un gobierno colombiano, lo que para muchos es muestra del cambio anunciado por Santos en la estrategia diplomática. La tradición de los gobiernos colombianos había sido, hasta la llegada de Santos al poder, visitar primero a Washington. “El proceso de redefinición de las relaciones de Colombia con la región pasa por ahí, por diversificar las prioridades. Este es un mensaje claro de ese propósito”, dijo la experta en relaciones internacionales Sandra Borda. La mayoría de analistas de la política exterior ha señalado que las relaciones con Brasil deben ser una prioridad, no sólo para fortalecer la cooperación en seguridad, sino para ampliar el horizonte del comercio y la inversión. Borda, quien integró la Misión de Política Exterior creada en la administración anterior para evaluar la diplomacia colombiana, argumentó que en la visita del gabinete colombiano a Brasil ganan los dos países: “Por un lado, Colombia comienza a encontrar la cooperación que necesita para diversificar sus mercados y lograr el apoyo en materia de seguridad; y por el otro, Brasil gana un aliado en su interés por convertirse en un líder regional”, dijo. La importancia comercial Para Colombia, el mercado brasileño tiene un potencial muy importante, pues además de que Brasil es uno de los países más grandes del mundo, con casi 200 millones de habitantes, forma parte de los líderes de las potencias emergentes conocidas como Bric (Brasil, Rusia, India y China). En el ranking de las economías más grandes se ubicó en los últimos meses en el octavo puesto, con un Producto Interno Bruto de 1,8 billones de dólares. Durante la administración Luiz Inácio Lula da Silva, quien está próximo a abandonar el poder, Brasil se posicionó como uno de los países más importantes del mundo a través de una agresiva estrategia diplomática. En su período de gobierno, Lula pasó más de un año por fuera del país y abrió más de 36 representaciones diplomáticas; el 35 por ciento de sus viajes fueron con destino a países de Suramérica, África y Medio Oriente. “Brasil es un país clave en la aspiración de Colombia de lograr una mejor relación comercial con países de Asia. De hecho, ese país ya hizo un importante trabajo de diversificación de sus relaciones en esa área del mundo”, indicó Borda. Para Carlos Ronderos, profesor investigador de comercio internacional en la Universidad Sergio Arboleda, la importancia de las relaciones con Brasil es doble: “La primera, tenemos firmado el acuerdo CANMercosur, que incluye una desgravación de aranceles que potencialmente permite un intercambio comercial muy importante”, dijo. “Y la segunda, Brasil hace parte de los países que integran un nuevo eje del poder político y económico del mundo, el contrapeso de las grandes potencias”, agregó. Ronderos explicó que con Brasil, Colombia podría encontrar una mayor afinidad para negociar, pues a la hora de fijar las reglas de un trato comercial sus criterios son más benéficos con economías como la colombiana. Esta semana, los dos gobiernos suscribieron ocho acuerdos para la ejecución de proyectos de desarrollo de tecnología y nanotecnología; de desarrollo agrícola de las poblaciones fronterizas de Leticia y Tabatinga; y la vinculación de Colombia en la producción de partes de aviones de caza CK-390, entre otros. Además, un grupo de empresarios también viajó a Brasil para tratar de conquistar inversionistas y hacer acuerdos comerciales en distintos frentes. La seguridad y la política El interés del gobierno colombiano de acercarse a Brasil, sin embargo, no es sólo por razones comerciales, también hay un interés político y de cooperación de seguridad. Aunque la relación entre el gobierno de Álvaro Uribe y el de Lula fue cordial, no siempre estuvo basada en la plena confianza. De hecho, hasta última hora, la cancillería de la era Uribe hizo reclamos a Lula por un comentario. Lula había dicho que Uribe tenía un interés personal en la denuncia que hizo, días antes de dejar su mandato, sobre la supuesta presencia de las Farc en Venezuela. “Uribe miraba un poco con desconfianza a Lula por su cercanía a Hugo Chávez. Pero de esa experiencia se aprendió que no es buena la idea apartarse de un país que se consolida como líder regional”, dijo Borda. En la era Uribe, Colombia no expresó su apoyo a Brasil para que éste país pase a integrar el grupo de los miembros permanentes de Naciones Unidas que incluye a Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, China y Rusia. Brasil, como potencia emergente, aspira a integrar ese grupo que tiene un privilegio de gran importancia: el poder de veto. Esta facultad le permite a cualquiera de estos países votar en contra de una decisión que incluso haya sido avalada por los otros integrantes del grupo y reversarla. Con la visita de Santos a Brasil, el país vecino podría conseguir el apoyo de Colombia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Además, Brasil también logra un aliado político para la consolidación de la Unisón Suramericana de Naciones (Unasur), creada para fortalecer los lazos de las naciones de la región, al margen de Estados Unidos. “Unasur no sería nada sin Colombia”, sentenció Jairo Libreros, profesor de seguridad y defensa nacional de la Universidad Externado de Colombia. “Ese mecanismo podría llegar a ser tan importante como La OEA o la ONU, y a Colombia le conviene ser un aliado de Brasil”, agregó. ¿La razón? Poco a poco Unasur se consolida en la región como el mecanismo para resolver los problemas de las relaciones multilaterales. En materia de seguridad, explicó el analista, Colombia aspira a convertirse en un referente en la lucha contra el narcotráfico y contra la violencia. Pero también necesita al país vecino para innovar en el desarrollo tecnológico y de la industria militar. En los acuerdos firmados por los dos gobiernos hay dos puntos concretos que se refieren a la seguridad: la creación de una patrulla fluvial para combatir el narcotráfico, que incluye un convenio para la fabricación de los CK-390. Y un acuerdo de cooperación en investigación, capacitación e intercambio de información entre las policías de las dos naciones. Pero la visita de Santos también jugó un papel importante en la agenda política interna de Colombia y Brasil. Le permitió a la candidata Dilma Vana Rousseff, quien pertenece a la cuerda política de Lula y puntea las encuestas para las elecciones que se celebrarán en un mes, demostrar su posición frente a las Farc. El principal contendor de Russef, José Serra, días atrás intentó asociar a la candidata con el grupo guerrillero. Sin embargo, el presidente Santos se reunió con ella y tras el encuentro, la candidata expresó que el problema de las Farc era un problema de Colombia. “No tenemos por qué participar, a no ser a pedido de Colombia, de cualquier actividad de pacificación o diálogo con las Farc", dijo. Y Lula también se pronunció al respecto de ese problema: "Nada justifica el terrorismo como instrumento de lucha política", dijo el mandatario saliente en lo que fue considerado una alusión a las Farc. De esta manera Santos se acercó a la candidata que posiblemente será la ganadora de las elecciones, y a la vez ella pudo enviar un mensaje a sus contradictores. La ganancia es de doble vía, como lo señaló Borda. Santos, en una entrevista publicada este jueves por el diario Folha de Sao Paulo, aprovechó para pedirle a Lula que califique a las Farc de terrorista."Brasil puede colaborar colocando a las Farc en su debido lugar, es decir, (calificándolo) como grupo terrorista", dijo Santos. Pero, argumenta Libreros, el objetivo de ese mensaje era darles un parte de tranquilidad a los colombianos que han puesto en entredicho la firmeza de Santos frente a las Farc después de que éste se mostrara abierto a un eventual diálogo condicionado con la guerrilla. La visita de Santos a Brasil atiende a una de las sugerencias del informe de la Misión de Política Exterior, entregado hace unos meses, en el que quedó consignada la sugerencia de mirar hacia ese país, estudiarlo y aprender de él, sin descuidar alianzas como la que Colombia tiene con Estados Unidos. Brasil, seguramente, tiene mucho que enseñar.