En un closet de su casa en Chía, Cundinamarca, quedaron colgados los sueños y el vestido de gala del grado de bachiller de Sara Valentina Mora, una estudiante del Gimnasio Británico en Chía, Cundinamarca.
Dos días antes de la graduación, su madre, Betty Rojas recibió la llamada de una profesora que la dejó fría, pues le anunció que Sara no se podría graduar el 24 de junio, como estaba previsto, porque había cometido un presunto plagio en un trabajo de recuperación.
De inmediato Betty corrió para el colegio, ubicado cerca de su casa. La escena, dice, era demoledora, su hija estaba en shock pues no entendía por qué el colegio que la vio crecer desde transición no la iba a graduar de bachiller con todos sus compañeros acusándola de plagio.
Indignada, Betty exigió una explicación pues no entendía qué estaba pasando y mucho menos cuando faltaban pocas horas para la graduación.
“No es cierto que haya hecho plagio. Yo le ayude en ese trabajo. Lo hicimos entre las dos porque coincidencialmente era sobre la infertilidad, algo que conozco y viví en carne propia, pues la sufrí con mi hijo mayor y con ella. Me pareció un irrespeto culparla de algo que no era cierto”, dice Betty.
A Sara, dice su madre, no le permitieron presentar la sustentación del trabajo ni el examen del mismo.
También le dijeron que había perdido inglés, pero curiosamente, dice, a su hija le aseguraron que había pasado el examen TOEFL requisito necesario para poder obtener el grado.
Lo más insólito de este caso, dice Betty, es que a principios de mayo pasado recibió una notificación del colegio para que asistiera con Sara a un estudio en Bogotá para realizar las fotos del anuario del grado 11º y así lo hizo. En el anuario que le entregaron a sus compañeras aparece Sara Valentina como si se hubiera graduado vestida con toga y birrete.
¿ Persecución ?
Betty asegura que lo del supuesto plagio y el examen TOEFL fue solo un pretexto para no graduarla y que lo que en verdad hay detrás de todo esto es un caso de acoso y discriminación contra su hija por parte de una miss del colegio.
“Si hubo acoso y discriminación por parte de una Miss, Miss Gloria, pues mi hija se cortó el cabello y se lo tinturo de color morado en la parte de atrás y la miss le dijo, varias veces, que por haberse tinturado el cabello no le permitiría graduarse”.
Betty confrontó a la profesora y esta le respondió que el manual de convivencia no permite a los alumnos tinturarse el cabello pero que ese no había sido el motivo de la no graduación de su hija.
Y así se lo ratificó el colegio a través de un correo electrónico donde se lee: “Con respecto al tema del cabello de Sara, es cierto que en varias oportunidades se le hizo el correspondiente llamado de atención igual que a otras estudiantes que estaban en la misma situación. Sin embargo cabe anotar que en ningún momento ese detalle interfirió en la determinación de no poder presentar las recuperaciones. Como se le explicó y se le evidenció a usted y a la estudiante en la reunión del miércoles 23 de julio el porcentaje de coincidencia altísimo en los dos trabajos que la estudiante presentó no permitían que pudiera realizar el proceso de recuperación final”.
Según Betty el colegio tampoco tuvo en cuenta el cuadro clínico de su hija quien desde 2019 está siendo vista por un psicólogo debido a un cuadro clínico de ansiedad social, situación , dice , que se complicó durante la época de pandemia con episodios de depresión tanto que no logró acoplarse a las clases virtuales lo que originó las dificultades académicas.
“El colegio sabía lo que le estaba pasando a mi hija y eran conscientes de su situación psicológica. En abril tuvo una crisis de ansiedad causada por sus estudios de último año, por eso tuvo varias citas con su psiquiatra quien le inició un manejo farmacológico”, sostiene Betty.
Pese a esto, Betty asegura que su hija siempre estuvo en disposición de presentar sus trabajos y evaluaciones en su último año de estudios en fechas acordadas con los profesores.
“Muchas veces las fechas no se cumplieron por parte de los profesores y obligaban a Sara a presentar exámenes cuando no estaba preparada lo que le originaba recaídas constantes en Sara”, dice Betty.
Lucha legal
Betty está decidida a lograr el grado de su hija cueste lo que cueste. Para lograrlo contrató un abogado que ya tiene lista una tutela contra el colegio en la que se argumenta la vulneración al derecho fundamental a la educación, el debido proceso y el libre desarrollo de la personalidad.
“Quiero sentar un precedente. No busco ningún beneficio económico . Lo único que quiero es que casos como este no se vuelvan a repetir. Que no acaben con los sueños de tantos jóvenes que quieren obtener su título de bachiller y construir su futuro”, afirma Betty.
Con la tutela Betty busca resarcir el nombre de su hija y permitirle obtener el título que tanto soñó y que se frustró dos días antes de la ceremonia.
Habla el colegio
Semana visito el colegio y obtuvo respuestas por parte de su directivas sobre este caso.
Según, Gloria Tovar, asistente de dirección, durante todo el año escolar, en las reuniones de padres de familia, se le informó a la madre de Sara Valentina la difícil situación académica de la joven.
“La joven quedo con unas asignaturas pendientes, debía hacer un proceso de recuperación final, el 21 y 22 de junio. Pero la estudiante no se presento el 21. Presento sus trabajos de recuperación el 22 pero al pasarlos por la plataforma antiplagio que tiene el colegio se detecto un índice de plagio demasiado alto que no le permitió aprobar ese proceso de recuperación” sostiene la profesora Tovar.
El plagio según el colegio se hizo en las dos asignaturas de recuperación: biología y matemáticas.
“Y obviamente ante un plagio no se puede hacer nada mas sino reprobar los trabajos y al reprobar los trabajos se reprueba la recuperación y no se alcanza a pasar el año escolar” dice la educadora.
Sobre porque Sara Valentina aparece en el anuario del colegio la profesora Tovar sostiene que el libro se empezó a elaborar desde mucho tiempo antes y nosotros le apuntábamos a que la niña pudiera recuperar sus materias .
La profesora negó cualquier tipo de persecución o discriminación del colegio por tener su pelo pintado “No es cierto, incluso si ustedes observan la foto del anuario ella aparece al lado mío y se ve con su pelo pintado. Si hubo un llamado de atención porque nos gusta que en la foto nuestros estudiantes salgan bonitos y bien presentados pero nunca hubo discriminación”.
El colegio ya fue notificado de la acción de tutela que interpuso la estudiante y así las cosas será un juez el que defina quién tiene la razón en este caso.