La reforma pensional es uno de los proyectos más ambiciosos del Gobierno Petro y que en la noche de este viernes, 14 de junio, recibió su aprobación en el Congreso de la República. Tras varias discusiones en el Legislativo, finalmente la iniciativa pudo ver la luz al final del túnel, por lo que ahora, para muchos colombianos, cambiará la forma en como cotizarán su pensión y en cómo accederán a ella dentro de unos años.
Muchos analistas daban por perdida la pelea en el Congreso, pues se creía que, con poco menos de una semana para que se terminara la legislatura, la reforma no iba a alcanzar a sortear todos los debates para obtener su aprobación. Sin embargo, con una jugada política del Gobierno, estos lograron poner a algunos congresistas a su favor y así contar con los votos necesarios para aprobarla.
La estrategia fue una ponencia que buscaba que se pudiera dejar de debatir la iniciativa y que se aprobara lo que ya había tenido luz verde en el Senado. Dicha maniobra fue producto de una coalición que integraron varios senadores, tanto del Pacto Histórico, como del Partido Conservador, Comunes, Alianza Verde, entre otros.
La iniciativa había sido propuesta al inicio de la semana, como un plan B ante la inminente caída del proyecto en el Legislativo. Sin embargo, tomó forma hacia las 5:30 de la tarde, cuando se empezó a complicar la discusión. A la mesa directiva de la Cámara de Representantes, corporación en donde se discutía el último debate de la reforma, llegó una proposición con 20 firmas para que se dejara de debatir el proyecto y se aprobara finalmente.
Pese a que los ponentes eran Olga Lucía Velásquez (Alianza Verde), Eduard Sarmiento, María del Mar Pizarro y David Racero (Pacto Histórico), Karen López (curul de paz), Pedro Baracutao, Germán Gómez y Luis Albán (Comunes), Alfredo Ape Cuello (Partido Conservador), entre otros, lo cierto es que la iniciativa tuvo el respaldo de 86 congresistas. Luego de aprobar la proposición se procedió a votar el proyecto de ley, que tuvo la aprobación de 88 congresistas. Esto se dio sobre las 6:30 de la tarde.
Fue una jornada particular en el Congreso y que para muchos dejó un tufillo extraño. Esto debido a que se debatió un viernes, día en el que normalmente el Congreso no sesiona. Además de ello, dentro del recinto había más ministros de los que debía. Además de Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, y Gloria Inés Ramírez, ministra del Trabajo, también se encontraba Mauricio Lizcano, ministro de las TIC y uno de los grandes representantes del partido de La U dentro del Gobierno.
Además de ello, estaban presentes Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, y el presidente de Colpensiones, Jaime Dussan.
La oposición al Gobierno fue el primer sector político en rechazar la manera en la que se aprobó el proyecto, asegurando que este fue aprobado con un pupitrazo. Sin embargo, no hubo nada de improvisación en la estrategia, pues esta opción se había previsto como un plan B. De hecho, los congresistas afines al Gobierno esperaban que la discusión durara hasta la medianoche. Sin embargo, al ver que la proposición fue aprobada y contó con los votos necesarios, decidieron pasar a la votación.
El congresista David Racero habría sido una ficha clave para que el proyecto obtuviera el sí, pues en medio de la discusión de las vigencias, este comenzó a moverse sobre las diferentes curules para lograr que respaldaran la proposición. Con la ‘jugada’, el ministro Velasco recibió algunos ataques, pues algunos lo llamaron “tramposo”, al haber obtenido la aprobación del proyecto de manera rápida.