Luego de meses de enfrentamientos, jugadas bajo la mesa y ataques mediáticos, los líderes de la Alianza Verde no se pusieron de acuerdo para llevar la totalidad del partido a los brazos de Gustavo Petro o Sergio Fajardo. Este viernes, después de siete horas de intensas discusiones internas, decidieron finalizar el forcejeo: la Alianza Verde repetirá la historia y dejará a sus militantes en libertad, al menos en las elecciones presidenciales. Las listas al Congreso serán conjuntas con la Coalición de la Esperanza. Así, los dirigentes podrán apoyar al candidato presidencial de su preferencia.
La Alianza Verde pierde así la oportunidad de llegar a la consulta de la centroizquierda con la opción de un precandidato presidencial propio. Con la decisión, las candidaturas de Carlos Andrés Amaya, Camilo Romero y la senadora Sandra Ortiz se quedaron sin piso. Camilo Romero tiene su pase casi asegurado en el Pacto Histórico. A su vez, Carlos Amaya llegaría a la Coalición de la Esperanza desde Verde Oxígeno, el partido de Íngrid Betancourt.
El exgobernador de Nariño le apostará a convertirse en la figura vicepresidencial de Petro, mientras que el exgobernador de Boyacá tiene su mirada en la candidatura presidencial del partido de Íngrid.
Aunque los dos pertenecen a la Alianza Verde, renunciaron hace meses a la dirección y no tienen credencial actualmente.
La más perjudicada en la baraja de precandidatos es la senadora Sandra Ortiz, quien está amarrada a la Alianza Verde.
Lo más probable es que la única mujer que estaba en la baraja renuncie al partido si encuentra un cupo en otra colectividad a donde pueda llevar su candidatura. De lo contrario, tendría que guardarse para la Gobernación de Boyacá. La decisión de dejar en libertad a los verdes tiene efectos adversos contra el partido. Era casi impensable creer que la Alianza no pudiera ponerse de acuerdo y trabajar una candidatura propia si tienen 18 congresistas, más de 1.300 diputados, concejales y ediles, además de 69 alcaldías, entre ellas la de Claudia López en Bogotá. Sin embargo, pesaron otros intereses.
En la más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA, el 23 por ciento de los militantes de la Alianza Verde dijo que votaría a la presidencia por Gustavo Petro. Sin candidato propio a la presidencia, las listas al Congreso quedarán debilitadas. Ya no encabezará Antanas Mockus, quien obtuvo en 2018 más de 500.000 votos.
El logo de la colectividad podrá aparecer en las campañas de Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria y Gustavo Petro. Esta decisión de libertad, que empezó a mover desde hace dos meses el ala petrista del Verde, le otorga un triunfo político a Petro. Su tarea por dividir al partido –como lo hizo con el liberal– le funcionó, pues dejó a un lado al sector de la alcaldesa Claudia López y su esposa, la senadora Angélica Lozano.
En todo caso, parte de la decisión de este viernes se debe a las serias diferencias entre Claudia López y Petro desde la pasada campaña. Ambos no han sido aliados de fondo, sino compañeros ocasionales en la política. Mientras que Petro se convirtió en su principal opositor y crítico, ella lo ha señalado sistemáticamente de fomentar la violencia en la ciudad, incluso estimulando las acciones de la primera línea, hoy judicializada.
SEMANA anticipó desde hace ocho días la decisión de dejar en libertad a la Alianza Verde, un acuerdo que logró el copresidente del partido Carlos Ramón González con la senadora Angélica Lozano, una de las mujeres que más defendía el aterrizaje de los verdes en la Coalición de la Esperanza. Ambos llegaron a un consenso en un reciente ejecutivo.
Antonio Navarro, otro de los codirectores, fue prudente. Lo mismo que el profesor Antanas Mockus. Los dos, en últimas, también hacen parte de la derrota y al final se mostraron cansados.
El cambio drástico de Angélica Lozano hacia la libertad dejó sorprendido a más de uno en la Alianza Verde. Pero la senadora soportó un desgaste por los enfrentamientos constantes con varios de sus compañeros, entre ellos el exgobernador de Nariño Camilo Romero y los congresistas Inti Asprilla y Katherine Miranda.
La senadora Ortiz cree que Lozano no quería consolidar a un precandidato verde porque le guarda el cupo presidencial en 2026 a su esposa, Claudia López. Pero más allá de eso, Lozano ganó en parte porque aprovechará la libertad para oficializar su respaldo a Alejandro Gaviria y apoyará las listas al Congreso por la Coalición de la Esperanza, la convergencia a donde siempre quiso llegar.ΩΩΩ
¿Qué viene para el partido? Primero llegar a acuerdos con la Coalición de la Esperanza y definir cómo irán en listas conjuntas al Congreso. Ya establecieron como cabeza a Humberto de la Calle, un tema que poco gusta entre la militancia verde.
Lo cierto es que los resultados (44-6) a favor de la libertad demuestran que en los verdes pesaron más los egos que las ganas de seguir fortaleciéndose como partido.