En la tarde del pasado viernes 10 de octubre se realizó una reunión extraordinaria en el comando del Ejército en la que participaron varios altos oficiales encabezados por el comandante de esa institución, general Jaime Lasprilla. La razón de la inesperada cumbre no era otra que tratar un asunto delicado. Consultados previamente por SEMANA los militares se habían enterado de la existencia de una polémica lista con centenares de correos electrónicos que estaba en poder de la inteligencia militar. (Vea la lista completa) Una de las medidas de esa reunión implicó que el jefe de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército, general Mauricio Forero, fuera enviado a vacaciones por sus superiores. Desde que se tomó la determinación, manejada con mucha reserva, se han llevado a cabo varias reuniones en las que los militares han tratado el tema. La última de ellas tuvo lugar en la tarde de este lunes y se prolongó hasta altas horas de la noche. Desde luego, el asunto que desvela a los militares no es menor.    Se trata de un extenso y detallado archivo de hoja de cálculo que contiene decenas de direcciones de correos electrónicos de periodistas nacionales y extranjeros, de importantes funcionarios de la Oficina del alto comisionado para la Paz, embajadores y miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja, entre muchos otros, que tenía la Central de Inteligencia Militar (CIME).   El archivo tiene una huella digital (conocida técnicamente como metadatos) que permite saber quién, cómo, cuándo y dónde crea, consulta o modifica un archivo, incluso si este ha sido alterado y quién lo alteró. El documento en poder de Semana.com fue elaborado por el CIME -como está consignado en el archivo- el 28 de octubre de 2012, poco tiempo después que se conociera el inicio de las conversaciones de paz que se escenifican en La Habana (Cuba). Al archivo se le hizo el último cambio el pasado 10 de marzo. Durante la mayor parte de ese período el jefe de la CIME fue el general Mauricio Forero y el comandante del Ejército era el general Juan Pablo Rodríguez. En febrero de este año, tras la salida de nueve generales por el escándalo de corrupción revelado por SEMANA, el primero fue ascendido a jefe de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército, y Rodríguez asumió el pasado 28 de febrero como jefe de las Fuerzas Militares. La lista del Comisionado de Paz Uno de los listados tiene el título OWA y está conformado por 121 direcciones de correo electrónico. De esos, 13 están relacionados directamente con miembros de las FARC o los administradores de sus cuentas en diferentes partes del mundo. No obstante, lo que llama la atención no son estos muy posibles objetivos de inteligencia militar, sino que en el mismo documento se encuentran también datos de personas muy cercanas y claves del equipo de Sergio Jaramillo, alto comisionado para la Paz. Entre los correos que tenía el archivo de la CIME está, por ejemplo, el correo de trabajo de Elena Ambrosi, funcionaria de la Presidencia de la República. Se trata de la mano derecha de Jaramillo en las negociaciones y la persona encargada de escribir, por parte de la delegación oficial, los acuerdos y guardar y canalizar toda la información clave relacionada con el proceso de paz. Otro de los correos es el de María Lucía Méndez, asesora del comisionado de Paz y encargada de manejar todos los asuntos relacionados con los mecanismos de participación ciudadana de la mesa de diálogos a nombre de Gobierno Nacional. Entre sus funciones tiene encomendado el manejo de la página web del proceso, de los foros que se organizan, y está al frente de un equipo de personas que sistematiza toda la información enviada por los ciudadanos e instituciones. En la lista también están los correos de varios de los empleados de la empresa privada E-nnova, una reconocida firma entre cuyas especialidades está el desarrollo digital de sitios web, manejo de campañas online, entre muchos otros servicios digitales. Esta compañía es la encargada de manejar, para la Oficina del alto comisionado para la Paz, la plataforma a donde llegan las propuestas de la gente relacionadas con el proceso de paz, la cual es reservada y se protege la identidad de quienes realizar dichas propuestas.   La lista de los medios   El archivo de la CIME está subdividido en 11 páginas. La primera tiene tres columnas con los nombres completos, correos electrónicos, personales y de trabajo, y el nombre del medio para el que trabajan 119 periodistas, casi en su totalidad extranjeros. Direcciones de comunicadores de la BBC, New York Times, Oglobo de Brasil, NRK (Norwegian Broadcasting Corporation) de Noruega, Liberation de Francia, TVE (Televisión Española), Telesur, Aljazzera, así como miembros de agencias de noticias como Reuters, AFP y AP, hacen parte del listado. A mediados de febrero de este año, poco después que SEMANA reveló la existencia de la fachada 'Andrómeda', la unidad investigativa de la cadena Univisión reveló parcialmente el listado de una serie de correos y confirmó tener en su poder más de 2.600 correos de periodistas internacionales que habría sido interceptados inteligencia militar. En ese momento, no obstante, sólo se supo de esa parte y no era clara cuál unidad de inteligencia. Ese listado era una parte de los documentos a los que tuvo acceso SEMANA. Algunos de esos periodistas consultados por Semana.com desconocen por qué están en un listado de inteligencia militar colombiana, pues no han tenido ningún tipo de contacto y no tienen relación alguna con ellos. El común denominador, entre la mayoría de ellos, es que en los últimos dos años han cubierto de alguna manera el proceso de paz en La Habana. De hecho, en la lista algunos aparecen con anotaciones especiales como “hace parte del buró en La Habana”. Una segunda hoja se titula “medios internacionales” y contiene los correos, entre otros, de contacto de editores de 23 medios, algunos internacionales. Otra de las hojas, rotulada como “medios nacionales y latinos”, tiene una lista de 95 correos y direcciones de una gran variedad de medios desde alternativos hasta ampliamente conocidos como el noticiero Noticias Uno. Un tercer archivo, llamado “prensa colombiana”, contiene los datos de 21 medios, así como los correos de periodistas de estos.   Otros dos están titulados “260 mails” y “360 mails”, respectivamente. El primero tiene efectivamente ese mismo número de correos electrónicos, la mayoría de ellos personales, entre los que están periodistas como Néstor Morales, María Alejandra Villamizar y varios periodistas de SEMANA. En el segundo listado hay 362 correos. Entre los que están el del director del diario El Espectador, Fidel Cano; Jineth Bedoya, de El Tiempo; y los congresistas Alexánder López y el exsenador Camilo Romero, de la Alianza Verde. También están allí Gloria Cuartas y Carlos Lozano (director del diario Voz), así como otras 300 personas, la mayoría activistas de temas sociales y de paz. Un segundo archivo, de 53 páginas de extensión, contiene más de 500 correos, la gran mayoría de periodistas y personas que trabajan en medios de comunicación. Es un documento de texto que contiene algunos de los correos que aparecían en el primer documento de hoja de cálculo, pero es mucho más amplio. Aparecen allí los correos personales de reconocidos periodistas como Vicky Dávila, Darío Arizmendi, Diana Calderón, Gustavo Gómez, Yolanda Ruiz, Claudia Morales, Hernán Peláez y Julio Sánchez Cristo, entre otros. Resulta curioso que en muchos de los casos también están en la lista los correos de los productores periodísticos que no son conocidos por la opinión, pero juegan un papel clave en la organización de la información al interior de los medios. También aparecen los correos de reconocidos columnistas como Ramiro Bejarano, Daniel Coronell, Alejo Vargas, Mauricio Vargas y Alfredo Molano, entre muchos otros. Los correos de periodistas como Ignacio Gómez subdirector de Noticias Uno, y varios de sus colegas en ese noticiero aparecen en la lista. Llama la atención que fuera de esos comunicadores aparece el correo del editor que manejar toda la información, centraliza y guarda todos los archivos y notas de ese informativo. No es un caso aislado, pues en la lista también están los productores de programas como La Luciérnaga; de La W, La FM y Caracol Radio, así como los jefes de emisión del noticiero de Caracol TV o los editores de contenido. Muchos de los periodistas que aparecen en la lista, con correos personales, no son los que han trabajado o trabajan temas relacionados con seguridad o Fuerzas Armadas. La gran mayoría son periodistas que cubren temas políticos y principalmente que tienen relación con el proceso de paz. También hay varios que cubren habitualmente la Casa de Nariño.   Además de los correos profesionales, también se encuentran en la lista los correos personales que no son fáciles de encontrar en alguna base de datos sino que tiene nombres muy particulares como por ejemplo un cafenegrito@xxx o ca321@xxx. Varios de ellos consultados por SEMANA manifestaron su extrañeza por estar en esa lista y mucho más por el hecho de que estén sus correos particulares. Igual de extraño es que también aparecen en la lista los correos que varios medios tienen destinados para recibir denuncias. La lista de la paz Otra parte del archivo de hoja de cálculo de la CIME es la titulada “16 ONG e instituciones”, la cual contiene 19 ítems con nombres, correo y organismo en el que trabaja el titular del correo. Los primeros tres nombres de esa lista llaman la atención. Se trata de Günter Shülein, Jordi Raich y Patricia Danzi, quienes pertenecen al Comité Internacional de la Cruz Roja. Raich, se desempeñó durante varios años y hasta hace un mes, cuando terminó su labor en el Colombia, un papel clave no solo en el tema de las liberaciones de secuestrados sino también en el proceso de paz, pues era el encargado de los contactos para realizar de forma segura y con la autorización y coordinación del Gobierno el traslado de los miembros de la guerrilla desde las selvas colombianas hacia La Habana. Por otro lado también se encuentra el archivo llamado “7 políticos y embajadas”. Allí figuran los correos y nombres de Oleg Reidar Bergum, de la embajada de Noruega; Thomas Kupfer, quien fue embajador de Suiza en Colombia; Christophel Quentel, quien fue el primer secretario de la embajada de Francia en Colombia y desde el año pasado jefe de misión de su país para el Caribe. Curiosamente, los nombres de estos diplomáticos, así como los de los países que representan, desde hace varios años han estado muy involucrados con los temas de la paz en Colombia. En esa misma lista aparecen los nombres y correo, oficiales y personales, de por lo menos cinco políticos colombianos que han estado muy cercanos a todos los temas relacionados con el conflicto y de hecho, varios de ellos hicieron parte de la Comisión de Paz de Senado. Entre esos están Gloria Ramírez, Roy Barreras, Jorge Eduardo Géchem, Iván Cepeda y Ángela Robledo. ¿Quién fue? No es claro cuáles son las razones de inteligencia militar para elaborar esa lista o por qué la tenían. SEMANA habló con altos mandos del Ejército que señalaron que no veían ninguna irregularidad en tener esa lista y que podía obedecer a una relación de información o institucional, o una base de datos general  para envío de información. Por su parte, los dueños de las cuentas de correo dijeron que no han tenido contacto con la CIME ni cruzaron ningún tipo de información por ese medio.   SEMANA también estableció que parte de ese listado de correos fue entregado a varios hackers, incluido el ya célebre Andrés Sepúlveda, por miembros de inteligencia militar en una práctica habitual que básicamente consiste en subcontratar servicios para conseguir información de las cuentas de correo. La inteligencia militar no fue la única que acudió a esto. La Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) entidad que reemplazó al desaparecido DAS acudió a esos mismos ‘servicios’. Lo cierto del caso es que cuando los altos mandos del Ejército se enteraron hace dos semanas de la existencia de la polémica lista, decidieron cortar por lo sano. El comandante de esa institución, general Jaime Lasprilla, ordenó una investigación interna inmediatamente que ya está en curso. Otros altos mandos del Comando General de las Fuerzas Militares, por su parte, manifestaron que no le veían ningún misterio porque se podría tratar de una lista cualquiera. Lo cierto del caso es que será la Fiscalía General de la Nación la que determine y aclare por qué y para qué se creó esa polémica lista. Ante esta revelación, el Comando del Ejército Nacional expidió un comunicado: 1. Desde hace dos semanas, momento en que se conoció la información de una base de datos de correos electrónicos pertenecientes a personalidades de la vida pública, supuestamente en manos de miembros de la inteligencia del Ejército Nacional, se ordenó la apertura de una investigación preliminar en este caso. 2. La Inspección General del Ejército realizó una auditoria especial a la Central de Inteligencia Militar (CIME) por parte de un grupo especializado en informática, sin que hasta el momento se hayan encontrado evidencias de la existencia de los citados correos. 3. En aras de garantizar la transparencia de las investigaciones, el Comando del Ejército dispuso desde hace dos semanas enviar a vacaciones al señor Brigadier General Mauricio Forero, Jefe de Inteligencia del Ejército. 4. Se ordenó la realización de pruebas de confiabilidad y credibilidad, entre las que se encuentran pruebas de polígrafo, al personal comprometido en esta dependencia, con el fin de establecer posibles responsables. 5. De manera paralela se han tomado acciones correctivas y preventivas con el fin de mejorar el control del proceso del manejo y uso de la información, lo cual incluye gestión documental, hardware, software y el manejo del talento humano, para evitar que si eventualmente se registraron incidentes fuera de las políticas institucionales no vuelvan a ocurrir. 6. Las Fuerzas Militares y el Ejército Nacional no toleran este tipo de acciones y de haberse presentado, están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para buscar la verdad. Así mismo, están prestos a brindar todo el apoyo a los entes de investigación del Estado para que se esclarezca esta situación.