La popularidad del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, cuya gestión tiene aprobación del 94 %, está cimentada en gran medida en el trabajo que está haciendo, barrio a barrio, para atacar a las estructuras delincuenciales que tienen asoladas a las comunidades con extorsiones, hurtos y venta de alucinógenos.Desde el 22 de diciembre se han realizado en Medellín 35 operaciones contra el crimen organizado, todas en asocio entre la Policía Metropolitana, la Fiscalía y la Alcaldía, lo que ha llevado a 201 capturados de grupos delincuenciales, entre ellos cinco cabecillas de bandas importantes y seis mandos medios. También se han recuperado 427 vehículos, se han incautado 5.640 kilos de estupefacientes y se han capturado 7.096 personas por diferentes delitos —y con la crisis en Bellavista, a donde no pueden ingresar más presos—.El jueves, fue capturado Braimer Darío Muñoz Rivera, conocido como Reblujo, a quien las autoridades han señalado como el hombre de confianza de alias Tom, uno de los nuevos capos de la ciudad. Además, en un operativo realizado el mismo día, fueron capturaron 11 miembros de la banda La Raya, responsable del microtráfico y las extorsiones en la frontera entre Medellín e Itagüí.Le recomendamos: Oficina de Envigado insiste en negociarLo que pocos saben es que la llamada Oficina de Envigado ya no funciona como una estructura criminal unida bajo el mando de un solo hombre. Las autoridades tienen claro que atrás quedaron los días cuando alias Don Berna se daba el lujo de paralizar todo el Valle de Aburrá o cuando alias Sebastián y Valenciano se dividieron la ciudad y la región en dos grandes bandos que buscaban quedarse con las rentas criminales.Ahora, la Oficina no es más que una estructura atomizada en lo que la Policía ha nombrado odines. Así, ahora están bandas delincuenciales como los Triana, San Pablo, La Terraza, La Sierra, Caicedo, El Trianón, La Unión, Robledo, Picacho y Los Chatas, que en su mayoría están encabezadas por viejos criminales que han sobrevivido a las guerras que ha tenido la ciudad, primero a las del Cartel de Medellín, luego a las batallas de milicias y paramilitares y, finalmente, a las luchas por el microtráfico.Decir que en muchos casos el crimen de la capital paisa es una imitación de la mafia siciliana no es una exageración. Estas estructuras que quedan de la Oficina, muchas veces son familias que se educan entre sí para consolidar un emporio criminal. Como prueba están los nuevos objetivos que se han trazado las autoridades de la ciudad, entre ellos están alias el Patrón, cabecilla de la banda de Los Triana, una familia que ha estado en todas las guerras y que se quedó con el emporio criminal de Bello. También está alias el Chivo, cabecilla de La Terraza, y quien en los últimos años se ha dedicado a educar en el crimen a sus sobrinos para que continúen con el negocio de la familia. Entre los otros cabecillas más buscado de la ciudad están alias Soto, jefe de la banda Picacho, y Carlos Chata, jefe de los Chatas, y quien se ha identificado varias veces como el vocero de la llamada Oficina.De estos nuevos capos han salido las amenazas recientes contra el alcalde y, ahora, contra la fiscal seccional, Claudia Carrasquilla, según se conoció en un documento hallado en un operativo en el que cayó alias Pantera, quien delinquía en el barrio La Gabriela de Bello para la banda Los Triana, 26 combos del área metropolitana se han trazado como objetivo atentar contra las vidas de Carrasquilla y Gutiérrez. El plan, al parecer, estaba bien fraguado, pues en el cuaderno incautado se hablaba de una colecta criminal de 200 millones de pesos para financiar el ataque, que supuestamente fue propuesto por alias “Queso”, un criminal de importancia de la odín Caicedo; “Tom”, y “Carlos”, de los Triana. Es decir, los enemigos número uno de Gutiérrez y Carrasquilla.Estas amenazas, que no dejan de ser sospechosas por lo sucesivas, revelan la incomodidad que las autoridades le están causando a la criminalidad en Medellín y, por lo dicho y demostrado por el alcalde Gutiérrez, no van a parar. Por el contrario, cada vez son más frecuentes.Hace dos semanas, a la 1 de la mañana, 200 hombres del Gaula de la Policía Metropolitana hicieron uno de los más grandes operativos que ha tenido Medellín en los últimos meses. Y para corroborar la hipótesis de los emporios criminales familiares, la mayor resistencia que encontraron fueron las propias madres de los capitos de barrio, quienes con gritos e histéricas impedían a los policías llevarse presos a los muchachos.La respuesta de la OficinaSin embargo, Semana.com conoció en las últimas horas, de manera exclusiva, un comunicado de “La dirección colegiada de los grupos armados urbanos la ‘Oficina’”, en el que “desestiman” los informes presentados por el alcalde y la fiscal.En la carta que se le hizo llegar a este portal web, se dice que “dichos informes se constituyen en un grave hecho de desinformación; consideramos que dichas acusaciones hacen parte de un plan oportunista y mediático con el fin de mostrar resultados en temas de seguridad y así por justificar la política represiva, que en nada contribuye a la solución de la verdadera problemática social que a diario agudiza el conflicto armado urbano”. Aseguran que tales medidas quebrantan su “voluntad expresa y manifiesta de avanzar hacia una eventual proceso que facilite la transición de nuestros liderazgos en favor de la paz urbana”, y así mismo dicen que tiene el control total de las bandas de la ciudad que no las han “orientado para atentar militarmente contra la institucionalidad del Estado”.