En Maicao, un municipio en el extremo norte de Colombia, pueden faltar algunos servicios básicos, pero el ingenio criminal no requiere esos servicios. Con la electricidad, un computador y una impresora, fue suficiente para emprender un negocio ilícito de falsificación de dólares y pesos colombianos.

La Fiscalía encontró, en una humilde vivienda, un complejo criminal dedicado a la falsificación. Sin mucho ruido, pero a gran escala, tres personas se dedicaban, día y noche, a falsificar dólares que luego sacaban del país, a través de contactos y otros delincuentes que tenían la responsabilidad de ubicar nuevos clientes.

“Las investigaciones realizadas por la Fiscalía General de la Nación contra la falsificación y comercialización de moneda nacional y extranjera permitieron identificar y judicializar a tres presuntos articuladores de una red dedicada a esta actividad criminal, en zona de frontera con Venezuela”, señaló la Fiscalía.

Cuando los investigadores llegaron a la empresa de falsificaciones, se encontraron con un complejo andamiaje que incluyó una imprenta industrial, impresoras, tintas, una máquina tarjetera, negativos y plantillas para fabricar billetes de diferentes denominaciones. Todo fue objeto de incautación y se convirtió en el material de prueba para imputar cargos a los capturados.

“Uno de los capturados es José Alfonso Díaz Aguilar, presunto cabecilla de la estructura delincuencial, encargado de contactar a los enlaces que movían las divisas. Además, se estableció que habría adquirido en varias oportunidades bolívares para darles apariencia de legalidad y utilizarlos en transacciones financieras”, explicó la Fiscalía.

Una improvisada imprenta ubicó la Fiscalía en el municipio de Maicao, donde se falsificaban dólares que exportaban a Panamá y Venezuela. | Foto: Fiscalía

La organización tenía roles definidos para cada integrante, así como los alcances de su actividad criminal. Los dólares eran exportados, a través de contactos internacionales, en Panamá y Venezuela. En esos países lograron meter la moneda falsa y venderlos con millonarias ganancias.

“En estos países diversos, enlaces de la organización delictiva las ingresaban al sistema financiero. De otra parte, los pesos colombianos eran distribuidos en tiendas de barrio, pequeños supermercados, en el transporte público y entre prestamistas informales”, aseguró la Fiscalía en las audiencias preliminares.

En las diligencias de allanamiento para lograr la captura de los falsificadores, la Fiscalía logró la incautación de las máquinas, las imprentas y los equipos de cómputo, además de 470.000 dólares falsos, cerca de cinco millones de pesos y 530 láminas listas para ser impresas. Todos los elementos incautados fueron puestos a disposición de las autoridades judiciales.

“Otro detenido es Greyser Deivis Socarrás Rivera, quien tendría a su cargo la impresión de los billetes y su modificación para que parecieran auténticos. Asimismo, está Marco Tulio Pérez Charris, supuesto responsable de ‘maquillar’ los billetes, acudiendo a tinturas y técnicas artesanales para resaltar logos, símbolos y sellos de seguridad”, señaló la Fiscalía.

Tras recaudar el material probatorio, una fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales imputó a estos tres capturados los delitos de falsificación de moneda nacional o extranjera, tráfico de moneda falsificada y concierto para delinquir, cargos que ninguno aceptó.

La Fiscalía solicitó a un juez de Control de Garantías una medida de aseguramiento en contra de los capturados tras advertir que todos, por su actividad criminal, desarrollada en su propia casa, representan un peligro para la sociedad. El juez aceptó la solicitud y los envió a la cárcel.