La semana pasada un tsunami estremeció a la familia de Alejandra Azcárate. La reconocida presentadora de televisión fue la protagonista de una ola de trinos, burlas y críticas por cuenta de un episodio que parece sacado de una telenovela. En los medios aparecía su rostro asociado a la captura de un enorme cargamento de 446 kilos de cocaína, camuflados en falsas ayudas humanitarias que iban para Providencia, la paradisiaca isla del caribe, azotada por el huracán Iota.
Aparentemente, narcos habrían usado la aeronave para mover la mercancía, a la cual la DEA le seguía el rastro. La actriz realmente no tenía que ver con el origen de esa pesadilla. Pero terminó respondiendo cuando el mundo se le vino encima. “Acá estoy yo, Alejandra Azcárate, poniendo el pecho, la cara, el alma, el cuerpo y mi dignidad por mi marido, por quien pongo no solo las manos al fuego sino mi cuerpo entero”, dijo en entrevista a la W Radio.
Su esposo, Miguel Jaramillo Arango, no está acusado de ser la mente detrás de esa movida pero es el representante legal de la empresa propietaria de la aeronave. Aunque se presentó como víctima al proceso penal que se abrió tras el operativo de las autoridades, un juez le negó esa calidad. Para la inquisición de las redes sociales la historia era atractiva: mafia, logística narco, millones de pesos en efectivo, pilotos en la cárcel, islas y la farándula nacional salpicada. ¿Qué fue lo que pasó? SEMANA habló con personal policial que lidera la investigación del caso de la narcoavioneta.
Y se anticipa que muy pronto se revelará la información que podría darle calma a Azcárate: quiénes son los dueños de esa cantidad descomunal de cocaína, disfrazada de ayuda humanitaria. Para el investigador, uno de los hechos relevantes y que les permitirá llegar a los dueños del cargamento son los sellos con los que fueron marcadas las panelas de cocaína, que se encontraban dentro de la avioneta. Cada una de esas panelas, como se puede observar en las fotos, está prensada con las iniciales MP y en la envoltura tienen una figura de un toro cebú
En la aeronave fueron cargadas en Bogotá 28 cajas de cartón y en cada una había ocho panelas, con un peso aproximado de un kilo de cocaína cada panela. Néstor Rosanía, experto en narcotráfico, explica que las envolturas son relevantes porque pueden comenzar a rastrear con informantes en terreno la zona de donde salió el cargamento. Incluso se sabe que se utilizan estas marcas para diferenciar los lotes, los clientes y los destinos internacionales del estupefaciente.
Las autoridades tienen ya mucha información del vuelo. Se sabe por ejemplo que a las 9:03 de la mañana, del 23 de mayo, tocó suelo en la isla de Providencia. La avioneta tiene matrícula estadounidense N722KR y serie LJ1065. Ese día carreteó sin problemas por el modesto aeropuerto El Embrujo de la isla. La tripulación, conformada por el piloto Camilo Cadena Botero y el ayudante de carga Harold Rivera Toledo, estacionó la aeronave sin mayores contratiempos. Cadena y Rivera fueron capturados.
SEMANA habló con el oficial que encabezó el operativo, quien reveló que cuando aterrizó la aeronave le generó muchas dudas, debido a que era la primera avioneta privada que llega la isla con ayudas humanitarias luego del paso del huracán.
“Le preguntamos al piloto de qué se trataba el vuelo y nos contestó que eran tapabocas. Le dije que, si podíamos revisar la carga, y dijo que sí. No opuso resistencia. Me sorprendió la frialdad del piloto cuando detectamos la droga. No dio señas de estar asustado. Lo único que hacía era hablar por teléfono”, añadió el oficial. Efectivamente cuando abrieron la primera caja encontraron tapabocas, pero al escarbar un poco más vieron que servían para camuflar los bloques de cocaína de alta pureza que habían sido empacados por la mafia.
La coronel María Elena Gómez, comandante de la Policía de San Andrés, indicó que la experticia de los uniformados permitió propinar este duro golpe al narcotráfico y que serán reforzados los operativos en los aeropuertos de su jurisdicción para evitar que el narcotráfico los use como trampolín para enviar droga al exterior.Los detalles de la investigación apuntan a que el propósito de la misión era descargar la droga en la isla, sacarla del aeropuerto y embarcarla en lanchas rápidas para llevarla hacia Centroamérica y Estados Unidos.
Para sustentar esta hipótesis, las autoridades se basan en los más de 100 millones de pesos que tenía en su poder la tripulación y que no supo justificar. Según el investigador que habló con SEMANA, el dinero era para comprar combustible, contratar lanchas rápidas y enviar el estupefaciente mar adentro.
De por sí el cargamento decomisado tenía un valor de 5.000 millones de pesos, el cual se podía fraccionar en un millón de dosis que en el mercado internacional podría tener un valor de 35 millones de dólares. En las rutinas de vuelo se puede observar que en el mes de mayo la avioneta hizo varios recorridos entre Bogotá, Ibagué, Neiva y Girardot y que en los últimos dos meses ingresó en más de 10 ocasiones al aeropuerto de Guaymaral, que es administrado por la Aeronáutica Civil.
Sobre este caso trascendió que la avioneta no tenía permiso para volar en Colombia en nombre de la empresa de Jaramillo Arango (esposo de Azcárate), por eso usaba en comodato la empresa Logistic Air Services, que pertenece a Mauricio Gómez, primo de Jaramillo. La presentadora aclaró que el avión se encuentra “en un contrato en comodato, como un arriendo por prestación de servicios, pero en términos prácticos podemos decir que pertenece a la empresa, pero no es directamente de mi esposo”.
Según ella, fue el socio de Jaramillo, Fernando Escobar, quien alquiló el avión. Y Juan Cadena, el piloto, era uno de los cinco pilotos registrados para volar esa aeronave. La actriz describió a Cadena como “un muchacho de 31 años, sobrino de un piloto de toda la vida que trabajó en muchas empresas, un señor de más de 70 años y reconocido como piloto honorable”.
“Mi esposo no sabía (del vuelo en este momento). Él estaba en una finca en el Tolima haciendo un tema audiovisual con un dron, estaba en otro cuento. Mi marido se entera en el momento en que su socio recibe la llamada de las autoridades... Mi marido no es un narcotraficante de octava, es un publicista honesto de primera”, dijo Azcárate.
En medio de este huracán, muchos se preguntaban por qué Alejandra Azcárate fue quien salió a responder por algo en lo cual no tiene aparentemente nada qué ver. Ella misma contestó esa pregunta: “soy un personaje público que ha sido absolutamente golpeado, masacrado, enjuiciado... en un país inquisidor donde lastimosamente no existe la piedad. Soy un ser humano y esto duele. Duele en alma. Pero tengo toda la dignidad para poner la cara. Nuestra frente la tenemos en alto y de esto saldremos de pie”.