A menos de un año de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2022, Sergio Fajardo decidió cambiar de estrategia digital. En las redes sociales, el exgobernador de Antioquia ya no es el mismo de antes. Desde hace unas semanas, es evidente el cambio, que pretende, ante todo, pasar a la ofensiva a raíz de las habituales críticas por ser “tibio” y no tomar posturas contundentes ante los graves problemas del país.

En Twitter, principalmente, el precandidato de la Coalición de la Esperanza está publicando videos y mensajes en tono jocoso o, a veces, irónico. También ha aprovechado esa tribuna para responder a temas controversiales por los que es cuestionado, como la debacle de Hidroituango o episodios puntuales de su desempeño cuando fue alcalde de Medellín.

Este giro de 180 grados tuvo su origen en el momento en que Fajardo desató una crisis de comunicación política al publicar una imagen de tres platos, que realmente nadie entendió. En el centro había uno grande con migajas y, a los lados, otros dos más pequeños, cada uno con un cubo de mantequilla. “Por fuera de los extremos”, dijo. Su mensaje fue tan confuso que tuvo que salir a disculparse.

El incidente, sin embargo, no fue uno más. En la campaña se lo tomaron muy en serio y pusieron en marcha una nueva estrategia en redes sociales, un espacio en el que Gustavo Petro, el rival de Fajardo, es muy fuerte, terreno abonado por años. ¿Le servirá este cambio a Fajardo? ¿Luce natural o el libreto y la producción técnica lo hacen ver forzado? ¿Sus mensajes lograrán persuadir a la gente y servirán para hacerles contrapeso a sus detractores? Como la estrategia apenas se puso en marcha, es prematuro llegar a conclusiones o responder estos interrogantes.

Por el momento, es preciso decir que los videos están bien producidos. Los hashtags son llamativos, y se recurre a un lenguaje coloquial dirigido principalmente a los jóvenes, un público esquivo para Fajardo a la luz de las encuestas, y que está sometido a las campañas de desinformación permanente en las redes sociales. “Hay unos videos libreteados. Unos mensajes que yo creo que, por lo menos, la campaña está considerando profundos, con un formato distinto, tratando de mostrar a un Fajardo más cercano, más fresco”, asegura el analista Carlos Suárez, CEO de la firma Estrategia & Poder.

Pese a eso, Suárez no está muy seguro de las métricas o los argumentos que puedan tener en la campaña de Fajardo para haber tomado esa decisión o si se trata, más bien, de una razón intuitiva del mismo precandidato presidencial. La campaña de 2022, además, promete ser distinta, pues las restricciones de la pandemia llevarán el debate de la plaza pública a las plataformas digitales.

El analista considera que el exalcalde de Medellín se ha dejado marcar la agenda por el petrismo, que constantemente lo ataca y lo ha encasillado como “tibio”, un término usado desde la campaña de 2018 para criticarlo por no haber respaldado al líder de la Colombia Humana en la segunda vuelta frente a Iván Duque.

La nueva estrategia busca mostrar a un Fajardo más activo y menos reactivo. Por eso se pronuncia permanentemente sobre la coyuntura y controvierte, de manera directa, con Petro o con usuarios que lo critican en las redes. El exgobernador de Antioquia sabe que afronta el desgaste natural de una segunda campaña presidencial consecutiva, y que la fuerte polarización, contra la que él lucha, le ha quitado puntos en las encuestas en los últimos meses. La investigación por el descalabro de Hidroituango, asimismo, puede impactarlo de cara a sus electores. Habrá que ver si este primer cambio en su estrategia digital repercute en los sondeos de opinión y en la forma como hoy lo perciben los colombianos.