El excomandante paramilitar Salvatore Mancuso Gómez reapareció este viernes, 1.° de marzo, ante la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá para pedir su libertad, después de cumplir una condena de 16 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico, al tiempo que es gestor de paz, designado por el presidente, Gustavo Petro.
Ante su situación con la Justicia y lo que pueda revelar en sus declaraciones relacionadas con el conflicto armado, ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el excomandante del Bloque Sur de la extinta guerrilla de las Farc, Joaquín Gómez, le envió una carta al presidente Petro en la que menciona a Mancuso y hace un pedido especial al mandatario en relación con la situación del exparamilitar.
Gómez hizo una advertencia sobre el gran riesgo de que Mancuso sea asesinado para silenciar su voz ante las revelaciones que haría sobre las actividades criminales de ciertos sectores de la sociedad, por lo que le pide a Petro que tome las medidas necesarias para evitar que esto pueda ocurrir.
“El señor presidente Petro deberá tomar todas las medidas pertinentes para evitar lo previsible: que asesinen a Mancuso para que no hable ni cuente las delictivas andanzas de la “gente de bien”, como se autodenominan algunos de ellos”, señaló en la misiva.
Gómez le indicó a Petro que “si se permite por negligencia o por complicidad que asesinen a Mancuso, indiscutiblemente la mortaja del finado estará tejida por los hilos de la necesaria paz total”.
El exintegrante del antiguo Secretariado de las Farc sugirió también en su carta que si esto llega a pasar, se podría interpretar como un rechazo al proceso de paz que el Gobierno intenta impulsar y comprometería los esfuerzos para la pacificación en el país.
Además, para Gómez, si Mancuso resulta muerto, se perdería parte de una verdad importante para el país y el conflicto, que podría desatar de nuevo una lucha armada que se convertiría en “la principal forma de lucha popular”.
“Quedaríamos en definitiva y perpetuamente condenados, como el rey Sísifo, según la mitología griega, no a cargar eternamente una pesada roca, sino en nadar eternamente en un profundo y torrentoso río de sangre, donde no habrá salvavidas y, por lo tanto, nadie se salvará de morir ahogado”, manifestó.
El exguerrillero también aprovechó para mencionar la muerte de tres candidatos asesinados de la izquierda: Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, de la Unión Patriótica, y Carlos Pizarro Leongómez, por el movimiento M-19, al asegurar que “estos crímenes poseen como característica especial que siempre están rodeados de un impermeable e impenetrable grueso colchón de impunidad”.
Crímenes que, según Gómez, “asesinados por la clase política dominante” no representaban “el peligro que representa el exjefe paramilitar Mancuso para el régimen económico y político colombiano”, pues para el exintegrante de las Farc “tiene el pedazo de verdad que está haciendo falta para armar el rompecabezas del conflicto colombiano en su época más reciente”.
“No se necesita hacer un mayor esfuerzo mental ni un intensivo curso de ‘adivino’ para concluir que, si mataron a los precandidatos antes mencionados, sin que ellos significaran una seria amenaza para el régimen y el orden social vigente, con mucha más razón matarán a Mancuso”, afirmó.
Por último, le reiteró a Petro: “Tome todas las medidas para que no sea usted a quien le toque el triste papel de presidir este entierro, que lo es de todas las esperanzas de un pueblo sufrido, que se atreve a soñar con un mundo mejor”.