FOROS SEMANA: ¿Por qué es tan importante el gas para la transición energética en Colombia?

Jorge Linero: Celebramos que el Gobierno nacional está impulsando la transición energética que traerá réditos para nuestra sociedad, con el gas natural como eje central de esa estrategia, por ser el combustible fósil menos contaminante. En Colombia tenemos mucho gas, hay reservas importantes ya desarrolladas y un potencial enorme. Ahora bien, lo que necesita la oferta y la demanda es que exista un marco regulatorio encaminado a hacer más competitivo ese gas. Hoy vemos señales que son ambiguas y contradictorias en ese frente.

F.S.: Existen diferencias en las cuentas de las reservas, ¿realmente hasta cuándo alcanzarán?

J.L.: Según todos los estudios públicos y privados Colombia tiene un enorme potencial en gas natural convencional. Las reservas probadas actuales (3,163 Tera pies cúbicos “TPC”) garantizan la autosuficiencia por 8 años a la tasa de consumo actual. Si incluimos las probables, la autosuficiencia es de 10 años a la tasa de consumo actual. Además, contamos con un potencial significativo en recursos exploratorios; según el informe de Naturgas, “Indicadores 2019”, es de hasta 54,7 TPC, lo cual equivale a multiplicar por 18 las reservas probadas actuales.

F.S.: ¿Cuál es la perspectiva del sector a mediano y largo plazo?

J.L: Es optimista y positiva, como lo dicen todos los expertos, siempre y cuando el marco normativo bajo el que operamos genere las señales necesarias para que el gas natural sea competitivo para todos los colombianos y compense el altísimo riesgo de las inversiones que realizan compañías como Canacol Energy.

F.S: ¿En qué consisten exactamente los ajustes para que la industria del gas se potencie?

J.L.: Estos ajustes deben estar enmarcados en dos ejes: en condiciones estables y equitativas para la producción nacional y en hacer que las tarifas de transporte sean eficientes y equitativas eliminando los costos excesivos que existen en la actualidad. Hay también un problema estructural con los cálculos, información y cifras con las que se toman las decisiones. Esto es muy preocupante porque mientras se realizan proyectos de impacto negativo para el sector y para los colombianos, no se realizan cambios regulatorios y de políticas, como por ejemplo en el transporte de gas.

F.S.: Ha generado controversia la propuesta de construir una planta regasificadora en el Pacífico, ¿cuál es la posición de Canacol Energy frente al proyecto?

J.L.: Hay una sustentada preocupación de la industria en general por los efectos negativos que podría causar este proyecto tal y como está concebido. Existen estudios contratados por el Gobierno, entre los cuales sobresalen el de la UPME del 2018 y otro de la ANH del 2020, a los que no se les ha hecho suficiente divulgación, que sustentan desde todo punto de vista la inconveniencia para el país de esta planta. Ante los errores conceptuales, metodológicos y de cifras que comete la UPME en su concepción, le hemos pedido al Gobierno nacional que revise si este proyecto es conveniente o no. Si se hace de manera rigurosa, estamos seguros de que va a llegar a la conclusión a la que han llegado los expertos y la industria: que la planta de regasificación del Pacífico, al menos en el corto y mediano plazo, no se necesita.

F.S.: ¿Cuánto les costaría este proyecto a los colombianos?

J.L: La inversión para construirla puede ser de 1.000 millones de dólares, más los costos de operación y mantenimiento y la rentabilidad del constructor. Ese monto, a hoy, lo pagaremos todos los colombianos, aunque no seamos beneficiarios del proyecto. Es decir, pagaremos 350.000 millones de pesos al año, por 15 años, de los cuales 42.000 millones los pagarían los estratos uno y dos.

F.S: ¿Cuál es la propuesta de la industria entonces?

J.L.: Es importante destacar que no es una preocupación exclusiva de Canacol Energy. Son de público conocimiento las comunicaciones de gremios como Naturgas, ACP, Asoenergía, expresando las profundas preocupaciones sobre este proyecto, lo cual configuraría un golpe de incalculables consecuencias, en términos de competitividad, del que ha sido catalogado como el hidrocarburo estrella de la transición energética. Aquí nuestra propuesta es clara: que se revise, con serenidad y a luz de las cifras reales, la conveniencia o no de la planta. De igual manera, hemos sugerido la entrada en vigor de la resolución 160 de 2020, que está en borrador y que la CREG no ha firmado, a través de la cual las tarifas del transporte de gas pueden bajar en el Valle del Cauca hasta en un 30 por ciento.