“La música hace olvidar a la gente una realidad que es complicada y muy dura”, eso dijo el cantante Andrés Cabas en el lanzamiento de la Casa de la Libertad. Minutos después, una banda compuesta por personas que están privadas de su libertad y un dragoneante que llevaba el ritmo en el teclado llenó de melodías la residencia en el barrio Teusaquillo que abrió sus puertas hoy para ayudar a quienes estuvieron en una cárcel como ellos.   La actriz Johanna Bahamón, reconocida por su trabajo con las reclusas del Buen pastor y la expareja de Cabas, también aportó su grano de arena. Con su grupo de teatro compuesto por internas de ese centro penitenciario presentó la obra Yo Soy Antígona. La obra fue presentada en el último piso de la casa que curiosamente alguna vez no estuvo dispuesta para ayudar, sino para todo lo contrario. Era una de las propiedades del capo Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el 'Mexicano'. En ese piso en donde estaban las reclusas del Buen Pastor todavía quedan rastros de las caletas que usaban para guardar el dinero de la droga. La historia fue simplemente una anécdota en un día que parecía de júbilo. “Las personas necesitan una segunda oportunidad y sólo con este tipo de puentes podrán reintegrarse a la sociedad”, dijo el ministro de Justicia, Yesid Reyes, al presentar la iniciativa de la Casa de la Libertad. “La paz es un ejercicio de resocialización”, agregó el ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón.   Se supone que las cárceles son para resocializar a los presos. Sin embargo, con el hacinamiento y las difíciles condiciones que se viven en el país, este objetivo es muy difícil de cumplir. Este proyecto busca darles una mano a quienes están un tiempo detrás de las rejas y se encuentran en la difícil situación de tener la boleta a la libertad, pero ninguna oportunidad cuando estén en las calles. Según el director del Inpec, general Jorge Luis Ramírez, 22,239 personas recuperaron la libertad este año. La iniciativa es liderada por el Ministerio de Justicia, el INPEC, la Fundación Teatro Interno y Colsubsidio, que busca darles educación y capacitación a quienes estuvieron presos y salen a buscar trabajo. La idea es luchar contra la estigmatización que genera el haber estado detenido y ayudarles a estas personas para que tengan la posibilidad de acceder a créditos y formarse para tener su propia empresa. En ese proyecto ayudarán Bancamía, la Banca de las Oportunidades y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). En la Casa serán las clases y también habrá un almacén de exhibición, venta y entrega de productos elaborados por los internos de los centros de reclusión que son comercializados con la marca Libera.