La deportista colombiana Íngrit Valencia atraviesa por un momento difícil. Debió desalojar la casa que compró con empeño tras ser estafada y perder 150 millones de pesos. Su inmueble terminó vendido en un remate.

Su caso despertó la solidaridad de cientos de personas y del Gobierno, que le prometieron ayudarla. Sin embargo, hasta el momento el recaudo que ha hecho con su colega Mariana Pajón y lo que el propio presidente Iván Duque le dijo que iba a hacer por ella, no prosperan.

En 2020, la deportista quiso comprar una casa y aprovechó la pandemia para poder buscar y escoger una vivienda para adquirir con sus ahorros. En Ibagué (Tolima) vio una casa que estaba en remate y conoció al secuestre del inmueble, con quien empezó todos los trámites. Su nombre: Dairo Arias.

Ella le entregó 150 millones de pesos, después de firmar una carta de compra venta y, a cambio, él le dio las llaves de su nuevo hogar. Todo parecía normal, la energía, el gas y el agua funcionaban bien, e Íngrit se mudó, ilusionada.

Un año después de vivir en el lugar, a su regreso de los Olímpicos de Tokio 2020, le informaron que la casa ya no era suya y que debía irse porque tenía un nuevo dueño. En la misiva que le dejaron aparece que el secuestre del inmueble es una compañía llamada Joldar Consultores S. A. S., que representa José Luis Delgado Arenas, quien además compulsó copias a la Fiscalía y a la Procuraduría sobre esta actuación irregular, ya que Arias nunca fue el secuestre del inmueble.

Desde entonces, Íngrit ha tratado de recuperar la plata que le entregó a ese hombre, quien le ha prometido devolverle al menos una parte, pero no ha cumplido.

En entrevista con SEMANA, la deportista contó que está viviendo con su hijo menor y su esposo en la casa de su suegra, buscando a donde irse a vivir. Sin embargo, la zozobra es grande.

“He tenido muchísimo apoyo, pero ha sido más de palabra, porque esta es la fecha en que no he tenido ninguna solución de nada por parte del Ministerio de Vivienda (...) y el presidente, pero hasta ahora ha sido como complicado, no se ha podido”, explicó y agregó que el exministro del Deporte, Ernesto Lucena, la ayudó a conseguir el apoyo de quien es hoy su abogado, para buscar una solución al caso y asesorarla jurídicamente.

Valencia resalta que es una situación triste, porque hoy no está compitiendo por una medalla, pero quisiera recibir el apoyo de todo el país. Hoy, no está brillando en el deporte, sino que vive un complejo momento personal y financiero. De todas formas, agradeció el apoyo que cientos de personas le han dado.

“Me he sentido muy triste, son cosas que uno no espera que le pasen”, dijo la deportista, sobre el apoyo que quisiera recibir de parte de quienes suelen aplaudir sus victorias en el boxeo.

Germán Darío Flórez, su abogado, explicó que Íngrit interpuso una acción de tutela, que fue negada por el juez, después del desalojo. Para el defensor, esto no tiene sentido porque si el fallo fue posterior a que la deportista tuviera que abandonar su casa, no había otra opción.

Por lo anterior y otros motivos, este viernes instauraron una apelación a la decisión del juez sobre la tutela.

“Desde el punto de vista penal ya hubo un reconocimiento de rostro de la persona y el CTI ha estado tomándole la declaratoria a Íngrit y a su esposo, y está llamando a más personas que pudieran estar vinculadas, porque detrás de todo esto hay un tema más de fondo, hay una especie de mafia en el tema de los secuestres, que se encargan de engañar a personas como Íngrit. Este señor tenía 14 anotaciones por estafa”, sostuvo.

La deportista expresó que situaciones como la suya suceden a diario en Colombia y recomienda tener mucho cuidado antes de “meterse” en negocios como esos, ya que ella, aunque verificó que la persona apareciera como secuestre antes de hacer el negocio, fue engañada.