A la capitana Lisbeth Herrera, comandante de la Policía del Aeropuerto de Cartagena, la tragedia de Quetame, Cundinamarca, la golpeó 19 veces y la tiene sumida en una incertidumbre que, espera, no se transforme en más lamentos.
Diecinueve de sus familiares fallecieron en la avalancha cerca a Quetame, un pequeño poblado en la vía que comunica a Bogotá con Villavicencio. Entre los allegados a la oficial que murieron en medio de lodo y escombros, hay primos menores de edad, tíos, tías, hermanos y su padre, todos oriundos de ese municipio. “Murieron y aún falta por aparecer mi madre y una tía”, le contó la oficial a SEMANA.
Este viernes, temprano, llegó a Bogotá para recibir los cuerpos de su padre, su hermano y otros familiares. “En la tarde bajo (a Quetame) a seguir buscando a mi mamá”, dijo. La búsqueda de sobrevivientes en Quetame ha sido una lucha sin descanso contra el lodo y escombros desde la madrugada del 18 de julio, cuando se presentó la tragedia. Hasta el cierre de esta edición, el número de muertos ascendía a 26 y había tres desaparecidos.
Uno de los casos que más conmocionó a Colombia fue el hallazgo del cadáver de un niño de 10 años entre los escombros. Según el delegado departamental de los Bomberos de Cundinamarca, Álvaro Farfán, el cuerpo fue hallado en la vereda Naranjal, lugar donde la avalancha atacó con más fuerza, luego de las crecientes que produjeron la emergencia.
Así mismo, los socorristas señalaron que hay amenaza de otro evento natural en la zona. “Desde el día de ayer (jueves) a hoy (viernes), teniendo en cuenta el represamiento en la parte media y alta del río Contador, fue necesaria la evacuación de 118 familias en jurisdicción, tanto del casco urbano del municipio de Quetame como de Puente Quetame”, indicaron los bomberos de Cundinamarca.
Frente a esto, el gobernador de ese departamento, Nicolás García Bustos, confirmó que hubo un nuevo deslizamiento similar al que cobró la vida de las 22 personas el 18 de julio. “Tuvimos un nuevo deslizamiento en Quetame, peligra el municipio. Hemos decidido en PMU (puesto de mando unificado) suspender acciones de rescate de cuerpos en los ríos y estamos evacuando viviendas”, señaló el mandatario.
Los sobrevivientes
Lo más lamentable de una tragedia no es solo perderlo todo, sino también tener alejada la esperanza. Al drama social que ya enfrentan las familias en Quetame, se suma ahora la demora en la entrega de la ayuda humanitaria, según dijeron en SEMANA los voceros de la Defensoría del Pueblo, que hacen seguimiento a la atención que están recibiendo los afectados, incluyendo a las personas que están siendo evacuadas por riesgo de que se presenten más deslizamientos.
Las autoridades que forman parte del operativo de atención humanitaria, entre las que están organismos de socorro y representantes de entidades locales y nacionales, instalaron un albergue provisional, en el que ahora se requieren 200 carpas, 400 frazadas, 400 colchones, plantas eléctricas, baños portátiles, tanques de 500 litros para almacenar agua, entre otras.
Durante este viernes, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, hizo un llamado a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres para que se acelerara el trámite. Mientras se definen ayudas, la capitana Lisbeth se aferra a la esperanza de que los golpes de la tragedia no aumenten.