Fueron semanas duras para el Inpec que enfrentó varios escándalos por cuenta de cuestionados beneficios a detenidos como Carlos Mattos o la fuga de alias Matamba. De ahí que el nuevo director del instituto, el general Tito Castellanos, emprendiera una cruzada para identificar irregularidades, incluso fuera de la cárcel.

Pero esas verificaciones dieron como resultado que en una visita a la llamada “tramitadora” del Invima paralelo, Claudia Lizeth Peñaranda, se descubriera que la reclusa se voló.

La mujer que desde hace más de un año tenía casa por cárcel, en medio del escándalo de corrupción que protagonizó junto a una decena de personas que lograron obtener permisos del Invima, de manera fraudulenta, a cambio de millonarios pagos, no estaba en la vivienda cuando el Inpec llegó a hacer las verificaciones.

De manera preliminar se dijo que se fugó de un centro de reclusión, sin embargo, el Inpec explicó lo que realmente pasó. La mujer obtuvo el beneficio de la casa por cárcel y en ese escenario prefirió dejar lo que en teoría era su sitio de reclusión. Hasta el momento no se tiene claridad con que objetivo, lo claro es que violó el único mandamiento para los privados de la libertad en su casa: no pasar la puerta de entrada.

Desde el Inpec fueron reiterativos en señalar que no se trató de una fuga, sino del resultado de las verificaciones que inició el instituto con el ánimo de identificar, en detalle, la situación de cientos de privados de la libertad, hacer los informes respectivos y presentar a los jueces, en cada caso, las conclusiones de esas verificaciones.

En el caso Claudia Lizeth Peñaranda claramente la situación judicial se complica pues con el informe del Inpec al juez, con seguridad el beneficio de la casa por cárcel le será revocado o por lo menos eso se espera. Si no cumple con la detención domiciliaria, tendrá que ir a una cárcel.

Lo que ocurrió con la llamada “tramitadora” del Invima paralelo, podría no ser la única novedad o hecho a reportar en voz del Inpec, pues las verificaciones a los detenidos en su lugar de domicilio apenas arrancan y con seguridad, advierten fuentes del instituto penitenciario, se conocerán más casos que se irán reportando a los jueces.

El objetivo del Inpec es entregar un informe detallado sobre la situación de las cárceles, de algunos detenidos considerados de alto perfil, dónde se encuentran, cumplen con las medidas de aseguramiento y si resulta necesario informar a la autoridades judiciales las irregularidades detectadas para tomar decisiones respecto a beneficios otorgados.

Las verificaciones incluirán todas las ciudades del país, además de los establecimientos de reclusión, hecho que sin duda no sólo se convierte en un evento importante en materia de vigilancia, sino que, con seguridad, dejará al descubierto varias irregularidades en la presentación del servicio por parte de guardianes y el cumplimiento de medidas de aseguramiento de los detenidos.

El nuevo director del Inpec tiene una misión bastante difícil en un cargo que a muchos les cuesta asumir por las complejidades que implica. El reto es cubrir de legalidad el servicio de vigilancia y luchar contra la corrupción en un momento de turbulencia para la entidad encargada de la custodia de las cárceles del país.