A 52 días de protestas y bloqueos en Cali por cuenta del paro nacional, algunas voces expertas en resolución de conflictos se inclinan por el diálogo como la única posible salida a la crisis social que hoy enfrenta la ciudad. Uno de ellos es Henry Acosta, facilitador de los diálogos entre las Farc y el Gobierno nacional. Acosta señala que el estallido social que vive la capital del Valle del Cauca solo puede resolverse a través del diálogo.
“El diálogo es el camino aquí y en cualquier parte del mundo porque de la confrontación y la guerra solo quedan las víctimas, los huérfanos y mucha tristeza. Lo que se necesita con urgencia es que reconstruyamos este mundo que cada día tiene más problemas de salud física, mental y de inequidad social y para ellos el problema se debe resolver entre las partes, Estado y comunidad, por la vía del diálogo y construyendo sociedad”, dijo Henry Acosta tras un conversatorio.
Y además resaltó: “Es lamentable que una autoridad judicial decidiera que la estrategia del alcalde (Jorge Iván Ospina) para solucionar la crisis social que enfrente Cali fuera ilegal, cuando lo primordial acá es lo que hizo Ospina al reconocer la existencia de la protesta y la existencia de grupos de comunidades, sean hombres, mujeres, ancianos o jóvenes. Porque ese es el punto de partida y es necesario hacerlo para construir y del otro lado la comunidad también tiene que entender que la única manera en que se logra resolver un problema es construyendo con armonía, paz y equidad social”.
Para el facilitador y responsable de lograr que Gobierno y guerrilla se sentaran a dialogar y posteriormente firmar la paz, no se debe desconocer que en toda confrontación social existen intereses oscuros que buscan truncar la resolución del conflicto en el corto plazo, y por el contrario, aúnan esfuerzos para que el problema sea duradero ya que de ello se benefician; por esta razón es que el llamado a la comunidad y al Gobierno es buscar sentarse a dialogar para resolver la crisis lo más pronto posible.
“Tenemos que tener el suficiente carácter, tanto como comunidad como Estado, para hacer que las cosas se resuelvan dialogando. No deja uno de percibir que hay intereses de que las cosas se hagan por las malas porque eso a veces posibilita para muchas personas que se tengan ventajas económicas mal habidas”, concluye Acosta, quien reitera su pleno convencimiento de que la vía de la confrontación es un camino que dura muy poco, mientras que el camino de la paz es el que hay que trasegar porque dura mucho.