"¡Ey, policías, gracias por dejar a una madre sin hijo, a unos hijos sin padre y a una esposa sin amor!". Este letrero reposa al frente del CAI Villa Luz, en el barrio Santa Cecilia, luego de que manifestantes destrozaran la estación al conocer el abuso policial del que fue víctima el abogado Javier Ordóñez.
A las 5:10 p. m., familias con mascotas, jóvenes y ciclistas estaban congregados en el lugar donde, según el relato de Juan David Uribe, los agentes de policía golpearon brutalmente a su amigo Javier, después de haberle propinado al menos cinco descargas eléctricas con un arma táser. Recuerda que mientras se desarrollaba el procedimiento policial, algunos gritaban: "¡Asesinos, asesinos! ¡Dijo ‘no más, por favor, y ustedes siguieron!". Hasta ese momento la protesta era relativamente pacífica e incluso algunos negocios todavía permanecían abiertos a la espera de que se diera la anunciada velatón propuesta por la familia del hombre de 46 años.
Foto: Sophia Gómez / SEMANA. Sin embargo, diez minutos después la violencia tomó mayor fuerza y no cesó. Manifestantes de lado y lado de la carrera 77A, entre calles 63 y 64H, bloquearon la vía y comenzaron replegar al grupo de agentes de policía que defendían lo que quedaba del CAI. El grupo de encapuchados, ubicado al costado norte de la avenida, arremetió con piedras y ladrillos. Los uniformados, por su parte, lo hicieron con gases lacrimógenos y aturdidoras. Todos corrían. Aunque el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) llegó para controlar la situación, los daños ya eran bastantes. Un vehículo del CTI de la Fiscalía quedó completamente rayado y golpeado, y una motocicleta quemada en la vía pública. Además, los contenedores de basura fueron usados como escudo por los manifestantes para seguir atacando.
‘‘Yo llevo 35 años viviendo en este barrio y nunca he tenido problemas con la Policía. No todos son malos, pero esta vez se pasaron", dijo en voz alta y al aire un hombre que, con valentía, grababa todo lo que sucedía desde uno de los costados de la Estación de Villa Luz y quien prefirió no revelar su identidad.
Foto: Sophia Gómez / SEMANA. El helicóptero sobrevoló una y otra vez por el sector hasta que el cielo se oscureció. Sobre las 6:30 p. m., la excuñada de Javier, Eliana Garzón, confirmó que la velatón por el padre de sus dos sobrinos sí se realizaría, aunque no como estaba contemplada. La violencia se extendió hasta los alrededores del conjunto residencial donde Javier vivía en compañía de su pareja y en el cual también reside su tía Elvia Bermúdez, por lo que a la familia no le quedó más remedio que hacer su gesto simbólico de protesta de puertas para adentro.
En una cerca colgaron la fotografía de su ser querido y, alrededor, algunas velas para recordarlo. "Era un contador de historias, hablaba duro, era una persona solidaria y, sobre todo, bondadoso. Era un papá alcahuete. Siempre dedicaba tiempo para jugar videojuegos con sus hijos y les daba la confianza para que tuvieran una buena relación", dijo Garzón en entrevista con SEMANA, horas previas al evento.
Foto: Cortesía Eliana Garzón. La familia sobrellevó la velatón en una relativa intimidad, mientras unas cuadras más adelante el grupo más radical de los manifestantes hacía una hoguera con material de construcción, palos, bolsas de basura y sillas, justo en frente de dos entidades bancarias y debajo de varios cables de luz. La llama y humadera de la hoguera provocaron cortes intermitentes de la energía eléctrica en la red pública, situación que aumentaba el pánico de unos y avivaba la adrenalina de otros que iban y venían cada vez que se acercaba la Policía. Un gestor de convivencia de la Secretaría de Gobierno le dijo a este medio de comunicación que en ese punto ya habían reportado tres manifestantes y un patrullero heridos. No ajustaban las 7:15 p. m.
Tuvieron que pasar casi dos horas más para que el Esmad, con tanqueta y gases, removiera los obstáculos de la vía, dispersara a gran cantidad de manifestantes y recobrara la movilidad, por lo menos, en este sector del occidente de Bogotá. A esta hora, el balance obtenido a partir de los videos y registros en redes sociales da cuenta de que doce CAI resultaron quemados o atacados en localidades como Suba, Kennedy, Bosa y San Cristóbal.
Pese a que la familia de Javier Ordóñez hizo una llamado a la sociedad, su intención con la convocatoria de este miércoles jamás fue propiciar la violencia. ‘‘Somos una familia pacífica, pero queremos justicia. No nos sirve que les pongan un proceso disciplinario, sino penal, porque ellos asesinaron a mi cuñado‘‘, recordó Eliana Garzón.