A propósito del operativo sorpresa que adelantó recientemente el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) en varias cárceles del país -y dejó en evidencia cómo algunos reclusos han accedido a ventajas “5 estrellas”, el ministro de Justicia Néstor Iván Osuna hizo un fuerte llamado de atención.

“Esta semana, por órdenes del director del Inpec, el coronel Daniel Gutiérrez, se llevaron a cabo operativos sorpresa en varios centros penitenciarios del país. El resultado es muy preocupante, se encontraron elementos prohibidos, teléfonos celulares, licor, en fin, una cantidad de elementos, sustancias, aparatos que no deben estar en las cárceles”, precisó el ministro Osuna.

Por ejemplo, en el caso de La Picota, en Bogotá, el operativo se realizó en los pabellones 30 y 32 de alta seguridad, acción en la que los guardias incautaron cerca de 200 litros de licor, relojes inteligentes, parlantes, tabletas digitales y más de 130 celulares, entre otros elementos de valor.

La entidad indicó que el procedimiento se llevó a cabo de manera estratégica por orden de la dirección de la cárcel de máxima seguridad La Picota, en la que actuaron grupos especiales del Inpec, logrando a su vez detectar dinero en efectivo en los pabellones intervenidos.

Dado que el principal hallazgo fue hecho precisamente en La Picota, tras una reunión entre el ministro de Justicia y el director del Inpec, se decidió reemplazar al director de dicho centro penitenciario. En ese sentido, Osuna anunció que el dragoneante Horacio Bustamante Reyes asumirá el cargo. Así mismo, el funcionario anotó que los operativos sorpresa se seguirán desarrollando en las próximas semanas y, seguramente, “de modo permanente”.

“Es cierto que este gobierno está comprometido con una política penitenciaria humanista, pero no nos confundamos, eso no quiere decir que las cárceles sean lugares de recreo ni que vayamos a permitir la ilegalidad, la corrupción o la violación del régimen penitenciario”, aseveró el ministro de Justicia.

¿Quién es el nuevo director de La Picota?

Según detalló el Ministerio de Justicia a través de un comunicado, el dragoneante Bustamante Reyes, administrador público quien lleva 27 años al servicio del Inpec, es el actual director del Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario -EPMSC- de Manizales, considerado “el mejor de la región del viejo Caldas”.

“La decisión fue tomada tras los resultados del operativo sorpresa realizado en ‘La Picota’, donde fueron decomisados los siguientes elementos que están prohibidos en los centros penitenciarios y carcelarios: 122 celulares, 30 módems de internet, 5 tabletas, 3 proyectores, 4 relojes inteligentes, 5 audífonos para celulares inalámbricos, 11 decodificadores para televisión, 19 parlantes de música, 184 botellas de licor, entre whisky, tequila, vino y champaña, así como $ 400.000 de dinero en efectivo”, precisó el MinJusticia en el documento.

Bacanal con whisky y conjunto vallenato en La Picota

“La fiesta duró tres días y hasta los guardianes salieron borrachos”. Esa es la versión que, desde la cárcel La Picota, en Bogotá, se conoció sobre la bacanal en que se convirtió la celebración del Día de la Virgen de las Mercedes, patrona de los reclusos. La califican como una fiesta “traqueta”, con licor, cigarrillos, artistas reconocidos, juegos de azar y apuestas. Hasta en celulares quedó registrada la ruidosa rumba que, curiosamente, ni las directivas del penal ni la guardia escucharon.

SEMANA conoció las pruebas, que incluyen videos y fotos, de una fiesta que evidencia que en la cárcel no manda la guardia, sino el dinero. Los extraditables se sientan y ordenan; otros internos, de menor calado, les sirven. Todos festejan como si estuvieran en un balneario.

Los videos son claros: mesas repletas de latas de cerveza importada, whisky servido en vasos plásticos, acordeones, cantantes. Algunos, con algo de prudencia, ponían las botellas de whisky en el piso tratando de disimular lo evidente. En La Picota había prácticamente un bazar que se convirtió en bacanal con la caída de la noche.

En diferentes cárceles autorizaron homenajes en honor a la Virgen de las Mercedes, pero ella misma estaría espantada con lo que ocurrió en el pabellón de alta seguridad, también conocido como el de extraditables. La rumba dejó de lado las estampitas de la Virgen y se abrió paso al sacrilegio.

Una reciente incautación del Grupo de Operaciones Especiales (Grope), del Inpec, permitió sacar de los pabellones elementos que bien podrían estar en el inventario de un gastrobar. Más de 200 botellas de licor, neveras, licuadoras, estufas, freidoras, parlantes, televisores, celulares y dinero en efectivo. La incautación alarmó, pero no tanto como descubrir la forma como ingresó todo.

Nada de lo encontrado pudo ingresar sin la complicidad de la guardia. Las cajas de licor y las neveras no fueron simples encomiendas. El nivel de corrupción es, en extremo, descarado. No hay muro o reja que les impida a los internos, con suficiente dinero, convertir su paso por la cárcel, purgando supuestamente una condena, en una finca de recreo.