Se movían sigilosamente y llevaban años extorsionando, matando, traficando y comercializando estupefacientes. Los consideraban el terror del norte del Valle. Eran cerca de 20 personas que se movían entre los municipios de Calcedonia y Sevilla. A veces, también llegaban hasta el Eje Cafetero. Entre sus integrantes había menores de edad.  Su jefe no era un delincuente cualquiera. Es Alex Toro, perteneciente al denominado ‘Clan Úsuga’ que, de tiempo atrás, se ha convertido en el dolor de cabeza para las autoridades en varias regiones del país. Esta banda criminal, además de sus actividades ligadas al narcotráfico, es la responsable de múltiples homicidios por cuenta de sicarios en el norte del Valle, como el de Gustavo de Jesús Sánchez Álvarez, el ‘profe’ Sánchez como le decían sus estudiantes, quien fue asesinado el pasado agosto en Caicedonia (Valle), en la puerta de su casa. Por ese doloroso crimen cobraron 800.000 pesos. Además, se les atribuyen las amenazas a diferentes funcionarios locales como jueces, fiscales, exalcaldes y servidores de la Procuraduría. En una exhaustiva investigación se logró determinar que en menos de 15 días ejecutaron varios homicidios. Las autoridades revelaron la manera cómo esta banda actuaba y la forma descarnada cómo ejecutaba sus crímenes. Semana.com conoció las espeluznantes conversaciones entre los miembros de la banda de Toro, en las que hablan sin piedad acerca de a quién matar, cómo hacerlo y de quiénes iban a ‘tirarse’ (asesinar) a determinada persona.  Un relato aterrador Ocurrió en el barrio La Ciudadela, de Caicedonia. Las conversaciones entre los presuntos homicidas, interceptadas por las autoridades, dan cuenta de la manera insensible en la que ellos coordinaron la acción que dejó a seis personas heridas y una muerta. Lo más escandaloso del caso es que ninguna de las víctimas era la persona que buscaban. Sin embargo, no se escucha remordimiento alguno por la fatal equivocación. Alex, el cabecilla, habla por celular con uno de sus hombres, el ‘Pastuso’. Le pregunta si otro de sus gatilleros, el ‘Chivo’, puede colaborarles, dado que la víctima se encuentra en la “en la tienda del tío”. ‘Pastuso’, confundido, le pregunta si sí se trata de él. Alex le dice que sí, “ahí está, tomando, de camisa azul y gorra negra”. El cabecilla le pregunta al ‘Pastuso’ que si el ‘Chivo’, otro miembro de la organización, tiene con qué (un arma) allá. El Pastuso le contesta que no sabe. Entonces, el jefe le dice que si no tiene, le darán una y que le pregunte cómo se siente. (Audio 1) Después de varias llamadas en las que planean el homicidio, Alex le pregunta a uno de los presuntos sicarios, el ‘Mueco’, si ya está pendiente del asunto y él le responde que sí. El jefe de la banda pregunta si ya está con ‘Jhon Alex’. Él contesta que hace rato lo llamó pero que no llegó, así que tuvo que irse solo. Enojado, Alex le dice que lo llame para que no sea así. (Audio 2) Finalmente, ‘Mueco’ le dice que ahí está con Kike “que se tira con él que es para tirarse los tres”. Alex le dice que lo llame, “que sirva para alguna cosa”. En otra grabación aparece otro de los presuntos responsables del homicidio, el ‘Gordo’, quien llama a Alex y le dice que “esta botado (fácil) eso”. Le responde que es mejor que lo dejen así hasta que no cojan a “ese man de Pablo”. “Es mejor no volver a torearlos, toca es coger al que es y dejar que se relajen. Cuando esté ese Pablo ahí llámeme a la hora que sea”, añade Alex. Descaradamente, el ‘Gordo’ dice que le acabó de pasar por el lado del ‘paciente’ y Alex le dice que ellos siempre están relajados pero insiste en que tienen que coger a “ese man de Pablo primero”, insiste el jefe. (Audio 3) Pasan las horas y en medio del operativo, ‘Mueco’ llama a otro de los involucrados en la acción, ‘Julio’, y le pide que les preste una “varita” (arma). Señala que ahí tienen dos pero les falta una porque “se van a tirar tres porque es una vuelta como grande”. (Audio 4) ‘Julio’ le pregunta que dónde es la ‘vuelta’ y ‘Mueco’ le contesta que están en la casa de ‘Marinella’, una de las mujeres de la organización de Alex. Julio, fríamente, le pregunta que quién le responde y el Mueco le dice que ‘El Viejo’. Al final, Julio le dice que le dé su número al ‘Viejo’ y que lo llame. Luego del homicidio En esta conversación revelan que el asesinato ya se cometió. Aquí aparecen dos integrantes más de la bacrim, ‘Caleño’ y su interlocutor, ‘Pulmón’. ‘Caleño’ pregunta si ha escuchado algo por ahí y ‘Pulmón’ le dice que ‘volearon’ (mataron) a alguien en La Ciudadela. ‘Caleño’ le confirma: “Sizas, a un pirobo pero no era”. ‘Pulmón’ le pregunta a quién buscan y ‘Caleño’, esquivo, le responde que a un fulano que no conoce. Luego, ‘Pulmón’ pregunta si fue alguno de los muchachos y ‘Caleño’ dice que sí, “pero a otros manes, sino que pensábamos que era otro man y le iban a dar sin miseria. Qué pesar güevón, mala información”. (Audio 5) Cada conversación es más aterradora que la anterior. ‘Caleño’ llama a su esposa Luz y le pregunta si ella conoció a “la peladita gordita que la miraba raro”. Ella responde que sí. Luego le dice que: “ayer camellaron en La Ciudadela y dejaron seis heridos y un muerto y uno de esos era el tío de la gordita y sabe todo: quiénes fueron los que hicieron eso. Me tocó llamarla, hablarle y amenazarla suavecitamente”. (Audio 6) Hay algo más doloroso en el mismo diálogo. El ‘Caleño’ le dice a su esposa: “son seis heridos y un muerto y ninguno era, eso fue una confusión, esos manes son muy brutos como le dije yo al ‘Apá’ (según las investigaciones de las autoridades se trata del mismo Alex). Ellos pensaron que era ‘Pablito’ pero ese no era, a ese man se le iban a meter era con duro porque eran tres manes dando bala”.   Este es sólo uno de los relatos que tienen las autoridades judiciales en su poder y con los que mostrarán el modus operandi de la banda que se había convertido en el ‘terror’ del norte del Valle. Desde el martes se realizará la audiencia de legalización de captura e imputación de cargos y los 19 criminales deberán responder por los delitos de concierto para delinquir, homicidio y homicidio en grado de tentativa. Quienes fueron capturados en flagrancia deberán responder además por fabricación, tráfico y porte de armas de fuego.