El pasado lunes, 15 de febrero, el coronel (r) Robinson González del Río fue enviado a prisión en el proceso que se le adelanta en su contra por tener vínculos con la banda narcotraficante de La Cordillera Sur, que comandaba Juan Larrison Castro Estupiñán, alias Matamba, en el departamento del Nariño.
El oficial, recordado por ser el máximo reclutador de ‘falsos positivos’, habría sido el encargado de ejecutar acciones dentro de la organización criminal, como el entrenamiento de armas y labores informativas.
Sobre el caso, la Fiscalía General de la Nación reveló las pruebas recopiladas en el marco de la investigación, entre ellas, conversaciones que darían cuenta de cómo González del Río le contaba detalles de los operativos a alias Matamba, cabecilla de la estructura La Cordillera Sur, del Clan del Golfo.
“Hay comunicaciones que evidencian la manera en que, supuestamente, orientó los movimientos del grupo ilegal para evadir los operativos militares. Asimismo, permitieron conocer que habría convencido a uniformados activos para que auxiliaran la mencionada organización”, dijo Javier Enrique García Trochez, delegado de la Fiscalía contra la criminalidad organizada.
González del Río: mi viejo, hay problemas. La mercancía la retuvieron en Cali. Eso se había enviado en un carro, pero al man en Cali lo cogieron ahora. Están en el puente del río, ahí lo retuvieron.
Matamba: ¿cómo así? Si usted me dijo que eso ya estaba en Pasto.
Noticias Caracol publicó imágenes de consignaciones bancarias que evidenciarían cómo González del Río recibía pagos por, desde su posición, apoyar a la estructura criminal. Además, hablan sobre pagos para otros militares.
González del Río: amigo, qué pena joderlo, usted tiene que me apoye con unos cinco millones de pesos, mientras cuadro caja a fin de mes.
Matamba: amigo, esto esta pésimo, tenía una plata y me salió 10.000 y los compré.
González del Río: amigo, así sea con unos tres. Si puede ponerme algo, le recomiendo a la cuenta.
Las pruebas contra el coronel Del Río
En la audiencia de imputación de cargos, que se extendió por varios días, la Fiscalía General presentó varias pruebas que demostrarían los nexos entre el coronel Del Río y la organización criminal. En los chats registrados, el oficial en retiro recibía órdenes directas de Matamba para que se orquestaran operativos en contra de sus oponentes en la lucha por el control del territorio.
Igualmente, Del Río brindó asesoramiento logístico y armado a los integrantes de la organización ilegal “para que replegaran a otros grupos criminales como el ELN” para así apoderarse de los cultivos de coca y los laboratorios de producción de estupefacientes, principalmente en los municipios de Leiva, El Rosario y Policarpa.
Pese a que salió por la puerta de atrás del Ejército por sus constantes escándalos de corrupción, el coronel tenía una notable influencia en la Institución. Debido a esto recibía un nada despreciable sueldo de parte de Matamba para recibir información de inteligencia sobre los operativos en la zona y así evitar el actuar de las autoridades.
Igualmente, movía sus influencias con el fin de que se movieran a los comandantes de inteligencia y así bajarle a los operativos contra Matamba y su organización que buscaban el control total de las rutas del narcotráfico.
La Fiscalía General le imputó al coronel en retiro los delitos de concierto para delinquir agravado, entrenamiento para actividades ilícitas agravado y utilización ilegal de uniformes e insignias.
El coronel (r) González del Río recuperó su libertad en enero de 2018 por orden de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que admitió su sometimiento y avaló su colaboración con los proceso por ‘falsos positivos’. Según las pruebas recolectadas, una vez libre, el oficial en retiro continuó sus pasos delictivos, ayudando directamente a Matamba y contactando personas dentro del Ejército para continuar sus actividades delictivas.