El último informe del sector Defensa que hizo el contralor Edgardo Maya en septiembre pasado, antes de ser reemplazado por Felipe Córdoba, revela el panorama de las transformaciones que están viviendo las Fuerzas Militares en los años recientes, atravesados por factores como el fin de la confrontación con las Farc, el crecimiento del narcotráfico y la obsolescencia de muchos de sus mejores equipos de guerra. El análisis muestra una disminución en la cantidad de hombres en armas en el país. En 2017, las Fuerzas militares tenían 237.000 uniformados, 36.000 menos que en 2008, lo que marca una reducción del 13% en una década. El Ejército tiene el 84% de ese pie de fuerza, la Armada el 12% y la Fuerza Aérea el 4%. La caída en las cifras está dada en los niveles rasos, pues fueron los rangos bachilleres los que disminuyeron en un 33%, mientras que los oficiales y suboficiales aumentaron el 20%. Para la Contraloría, el crecimiento en esos rangos muestra la "tecnificación y profesionalización" de las labores, que requieren capacidades específicas, en detrimento de la cantidad de soldados. De hecho, la disminución del pie de fuerza se marcó a partir de 2014, cuando el proceso de paz con las Farc estaba en su etapa de consolidación. Para completar esa transformación de las necesidades en materia de seguridad, las cifras indican que, mientras las Fuerzas Militares disminuyeron su número de hombres, la Policía aumentó un 34% en el mismo periodo y completó, para 2017, 175.000 agentes. La caída en las cifras está dada en los niveles rasos, pues fueron los rangos bachilleres los que disminuyeron en un 33%. Pero el pie de fuerza no es el único indicador que muestra los tiempos de cambio dentro de las Fuerzas Militares. Como era previsible con los acuerdos de paz, los combates han disminuido abruptamente. Entre 2010 y 2017 se redujeron en un 87%, de 1.251 anuales a 168. Sin embargo, las "neutralizaciones", una categoría que en la jerga militar agrupa las presentaciones voluntarias, los sometimientos por presión de las Fuerza Pública, las capturas y los muertos en operaciones, aumentaron en un 79% en ese mismo periodo. Y eso se explica en buena medida porque, ante la disminución del trabajo de las Fuerzas Militares frente a grupos armados organizados, ha aumentado su impacto contra la delincuencia común. En contexto: Duque presenta a la nueva cúpula de las Fuerzas Armadas y de Policía La Contraloría plantea dos hipótesis para explicar la situación. "La primera que indica que la seguridad ciudadana entró en un proceso de debilitamiento a causa de un incremento de capacidades delincuenciales de los demás grupos delictivos, y una segunda, que revelaría que las FFMM han desplazado sus capacidades en mayor medida a apoyar labores policiales, obligadas por la coyuntura y la crisis que presenta la seguridad ciudadana, permitiendo resultados operativos de mejor alcance; no obstante, las tesis no serían excluyentes y deberán ser objeto de análisis más profundos". Otra de las conclusiones del informe, al analizar también el aumento de las incautaciones de drogas, la destrucción de laboratorios y los enfrentamientos contra grupos armados menores, muchas veces conformados por narcos puros, es que el conflicto mutó: "la lucha ideológica e insurgente de las otrora guerrillas ha sido desplazada por una guerra por el dominio de lucrativos negocios ilegales como el contrabando, la minería y especialmente el narcotráfico". La plata Pese a la disminución del pie de fuerza, la Contraloría prevé que el gasto militar seguirá creciendo en los próximos años. Y esto por dos razones. La primera, apenas natural, es el aumento de los pensionados dentro de las fuerzas. Y la segundo es que los equipos de las Fuerzas Militares están cruzando la frontera de la obsolescencia, lo que implica grandes gastos en su mantenimiento y renovación. Buena parte de los equipos militares se acercan al fin de su vida útil. Entre estos hay aviones de combate, fragatas, submarinos, obuses y vehículos tácticos. En la última década, el presupuesto ha sufrido altibajos de reducciones y alzas. Para 2018, por ejemplo, pasó de 29 a 32 billones, siendo el de mayor aumento en todos los rubros de la nación para ese periodo. El peso de las asignaciones de retiro y pensiones crece sostenidamente, y se proyecta que para 2025 alcancen los 9 billones, lo que obligará, calcula la Contraloría, a que se disminuya en otros ítems, como los proyectos de inversión y los gastos generales, pues hay reglas fiscales que buscan mantener más o menos estables los presupuestos que el país le asigna a cada sector. Pero la otra gran presión sobre el gasto en seguridad recae en que buena parte de los equipos militares se acercan al fin de su vida útil. Entre estos hay aviones de combate, fragatas, submarinos, obuses y vehículos tácticos. Por eso, según cálculos de la misma cartera, se necesitarán alrededor de 28 billones de pesos entre la fecha y el 2030 para "recapitalizar una parte de sus equipos". Exclusivo: Escándalo en las FFMM, dineros camuflados Frente a este momento de "remodelación", la Contraloría advierte riesgos posibles sobre el patrimonio público, "debido al deterioro que tendrían los equipos adquiridos en los últimos años, si el Gobierno Nacional no contempla en sus presupuestos futuros los recursos suficientes para efectuar las labores de mantenimiento preventivo y repotenciación necesarias, con el fin de evitar una disminución en la capacidad operativa de los equipos". El vecindario Pese a la disminución de sus hombres en armas, Colombia se mantiene como el cuarto país con mayor pie de fuerza en Latinoamérica, después de Brasil, México y Venezuela, una situación apenas normal por la colosal población de los dos primeros países, pero que sí es muy contrastante en el caso venezolano. Si se comparan las cifras de militares frente a la población, Colombia sigue en el cuarto puesto con 49 por cada 100.000 habitantes. Pero no llega ni a la mitad de Venezuela (que tiene 118) y está también por detrás de Uruguay y República Dominicana. Puede interesarle: ¿El ELN estaría dispuesto a defender a Maduro en una eventual guerra? "A partir de los indicadores expuestos, se puede observar que las FFMM de Colombia, a pesar de su alta operatividad por el conflicto interno que han librado, no son las más grandes de Latinoamérica; por el contrario, llama la atención que sea nuestro vecino Venezuela quien cuente con las FFMM más grandes, debido al problema social y político que allí se presenta, y que a su vez puede representar una amenaza a nuestra seguridad y soberanía nacional", advierte el informe de la Contraloría. En definitiva, el análisis muestra a unas Fuerzas Militares que, con el desarme de su mayor enemigo histórico, se han enfocado en combatir otras líneas de la criminalidad. Por lo mismo, la maquinaria de guerra sigue necesitando altos presupuestos para mantenerse en marcha.