Sergio Fajardo confesó recientemente que está encantado con la red social Twitter. Y desde su cuenta, con más de 1.500.000 seguidores, trata de tender puentes con la ciudadanía. Es una estrategia que le permite no solo mostrarse, sino que lo conozcan y, de paso, responder las dudas e inquietudes de los colombianos.
Desde hace varias semanas, el exgobernador de Antioquia dedica horas al día en interactuar con quienes le escriben. Los lee, les responde y, en ocasiones, se generan debates, pero el tema no ha sido fácil y se ha convertido en tribuna para que sus opositores busquen desprestigiarlo.
El petrismo –en su mayoría– ha aprovechado el escenario para volverlo presa fácil de críticas y ataques, como quedó evidenciado cuando el actor Julián Román, cercano a la Colombia Humana, publicó una fotografía en la que se observa a Fajardo junto al exministro Andrés Felipe Arias y el exgobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria. “Reficar, Hidroituango, Agro Ingreso Seguro. Cuántos billones perdidos en una sola foto”, dice la imagen.
Fajardo no dejó pasar por alto el retrato y le respondió: “¿Tú también en el facilismo, Julián? Toma tu RT. Si alguna vez quieres de verdad entender las cosas, con mucho gusto te recibo en mi oficina. Feliz noche”.
La respuesta la malinterpretó Susana Boreal, la directora de orquesta de la Universidad de Antioquia y candidata al Senado por la Colombia Humana, quien aseguró: “¿Para intentar silenciarlo con algún contratico desde la oficina?”.
Fajardo, aparentemente molesto, no se quedó callado. “Susana, tener oficina no es ningún delito. De hecho, si llegas al Congreso, tendrás una. Mi intención es clara: hablar con él, no silenciarlo. Ahora, ¿contrato de qué y para qué? No di contratos como servidor público, mucho menos ahora. ¿Tienes alguna acusación concreta?”, preguntó el exalcalde de Medellín.
En la discusión medió Juan Ricardo Ortega, exdirector de la DIAN, hoy presidente del Grupo de Energía de Bogotá, quien consideró patético de la ciudadanía prestarse para decir cosas “tan mentirosas y malintencionadas. Esas cosas horrorosas que escriben a la mayoría ni se nos ocurren. Solo pensar así muestra la urgencia de cambiar esta cultura del matoneo y la violencia. La violencia no se para sino con perdón y reparación”, aseguró.
Y así, Fajardo, casi que a diario, responde críticas y cuestionamientos. Sin embargo, para él, la red social le permite conocer y seguir “a gente magnífica”, pero también tiene claro que debe luchar contra la crítica que él llama fácil y que solo busca destruir.
Aunque el ejercicio es bueno y Fajardo lo seguirá haciendo, le generará más de un dolor de cabeza. Leer, responder cuestionamientos y defenderse de sus actuaciones durante su vida política no es un asunto sencillo por la cantidad de preguntas que, según la estrategia de Fajardo, merecen respuestas. Y más cuando el precandidato tiene que mezclar su tiempo entre las redes, las reuniones políticas, los recorridos por las regiones y estar al frente de sus rollos jurídicos. ¿Hasta cuándo continuará con su estrategia?