Han sido muchos los lunares que tuvo la jornada electoral del domingo pasado, cuando los colombianos eligieron el nuevo Congreso y votaron en las tres consultas interpartidistas.
Ese día hubo graves fallas en la página web de la Registraduría y se habló de un supuesto hackeo al sitio que fue desmentido públicamente por el propio fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa.
Ahora, en las últimas horas, se reportan más de 500.000 votos adicionales para la lista del Pacto Histórico al Senado, en un hecho inusual en las elecciones recientes en Colombia dada la magnitud de la nueva votación reportada. ¿Qué fue lo que pasó el pasado 13 de marzo en el país?
El registrador nacional, Alexander Vega, ha guardado silencio mientras crecen las versiones de un supuesto fraude electoral. A pesar del millonario presupuesto que el Gobierno le asignó para las elecciones, todo parece haber sido un desastre.
Durante buena parte del domingo, miles de ciudadanos no pudieron saber cuál era su puesto de votación por las constantes fallas en la página web de la Registraduría. Otros pagaron las consecuencias de un enredado proceso de inscripción o cambio en el puesto de votación que nunca se hizo efectivo. En su momento se advirtió que dicho trámite estaba siendo engorroso y se reportaron fallas.
Hoy, el país no sabe si la caída de la página web de la Registraduría obedeció a problemas técnicos o si hubo manos criminales implicadas en su colapso. Es inexplicable que eso haya ocurrido, pues dicho sitio debe funcionar en perfectas condiciones en una jornada electoral.
Adicional a esto, la gran diferencia entre la cantidad de votos del preconteo y el escrutinio tiene asombrado a más de uno. En el caso específico del Pacto Histórico no se explica hoy cómo dicha coalición aparece con aproximadamente 500.000 votos de más, como lo anunció el candidato presidencial Gustavo Petro. ¿Cuál puede ser la razón para semejante desfase? Por supuesto, el petrismo se está llenando de argumentos para decir que hubo un fraude electoral el pasado domingo.
Pero lo preocupante es que el asunto no solo impacta al Pacto Histórico. Otros partidos aparecen con 5.000, 10.000 o 20.000 votos de más, cifras que podrían llegar a cambiar el panorama.
En el caso del Pacto Histórico, sus dirigentes ya hablan de que podrían llegar a 20 curules en el Senado, es decir, cuatro más frente a las que se anunciaron en el preconteo.
Es normal que entre el preconteo y el escrutinio haya diferencias, pero las que se están viendo en esta ocasión tienen pocos antecedentes en la historia electoral colombiana y siembran un preocupante manto de duda sobre lo que ocurrió.
Pese a la gravedad del asunto, el registrador Vega se ha mantenido en silencio, en medio de un escándalo electoral que crece con el paso de las horas y que pone en entredicho si la Registraduría está realmente preparada para la primera y la segunda vuelta presidencial, en mayo y en junio próximos.
Todo esto sin contar con las denuncias previas a las elecciones del 13 de marzo, cuando hubo reclamos y advertencias desde diferentes sectores políticos que pusieron en duda la transparencia de los comicios.
El expresidente Andrés Pastrana advirtió que podría darse un fraude y criticó la reunión de los delegados de la firma española Indra con el candidato presidencial Gustavo Petro.
Así mismo, se cuestionó el encuentro de Petro con el presidente español, Pedro Sánchez, teniendo en cuenta que el Gobierno de ese país es accionista de Indra. Dicha empresa suministró el software del conteo de votos, en una polémica licitación a la que no se presentó ningún otro oferente.
Pastrana también advirtió que el registrador Vega fue relacionista público de Indra y que, al parecer, habría invitado a varias personalidades a España, por cuenta de la empresa.
El silencio del registrador Vega no le conviene a Colombia. Él tiene la obligación de contarles a los ciudadanos qué es lo que está pasando con los resultados de las elecciones del domingo 13 de marzo.
Ya algunos partidos están pidiendo un reconteo general.
El registrador Vega debe aclarar si hubo un fraude o si le quedó grande la tarea que se le encomendó.
Hay que señalar que las elecciones de los últimos años en Colombia se han caracterizado por la confianza y la eficacia.
En medio de la polarización que vive el país, la idea de un fraude resulta mortal para la democracia.
Por esa razón, el registrador tiene que hacer bien su trabajo, y no de manera mediocre. Colombia espera sus explicaciones.