Tras varios días de la publicación de los ‘petrovideos’, la campaña del candidato del Pacto Histórico aún no da explicaciones sobre lo fundamental. SEMANA reveló que la orden de Sebastián Guanumen, el polémico asesor que dice que van a “correr la línea ética”, fue atacar a este medio. Su idea es que a través de influenciadores de redes sociales se extienda esa campaña de desprestigio que ha administrado por meses también contra SEMANA y su directora, Vicky Dávila, por haber revelado el polémico material audiovisual.

Sin embargo, en esa estrategia de respuesta a esta crisis que vive la campaña no ha estado contar la verdad sobre lo que pasó, en especial con los temas más graves. El más delicado, por ejemplo, el de las visitas a los extraditables para supuestamente pedirles apoyo para la campaña a cambio de no enviarlos a Estados Unidos, lo que no ha ameritado ni un comentario por parte del candidato o de sus alfiles.

¿Por qué no se pronuncia ahora que se sabe que siempre supieron de esas andanzas? ¿Desde cuándo sabía Gustavo Petro? ¿Qué instrucciones dio al respecto? ¿Rechaza la forma como manejó el tema Roy Barreras? ¿Por qué lo apartó de la campaña? ¿De verdad está apartado de la campaña? Son algunas de las preguntas que quedan abiertas.

Tampoco ha suscitado ninguna explicación la revelación de que Roy Barreras buscaba con desespero una cita con la embajada de Suiza para frenar un “escándalo que se viene”. Como en ese país vive el cuestionado contratista Juan Carlos Montes, quien tiene un proceso abierto en la Fiscalía y además es el que le entregó las tulas de plata a Petro para la pasada campaña, en un video que se conoció hace unos años, el tema ha generado inquietud.

Como lo reconoce Roy Barreras en uno de los apartes de los videos, el tema no tiene justificación alguna. “Esta mañana salí con mucha pereza a explicar lo inexplicable en La W”, dice respecto a las polémicas visitas de Juan Fernando Petro a la cárcel La Picota que se conocieron hace unos meses.

En ese entonces, el hermano de Petro aceptó que los hechos eran ciertos, pero quiso aclarar que ese encuentro en la cárcel no tenía nada que ver con la campaña y que se suscribió simplemente a su trabajo en una ONG.

“Yo no estoy dentro de la campaña oficial de mi hermano, pero estoy de acuerdo con su temario, con sus propuestas, con sus programas (...). Se tocan en esos puntos, pero no porque él me haya dicho qué hacer dentro de mi trabajo”, dijo Juan Fernando en Vicky en Semana en su momento. Barreras, en los ‘petrovideos’, pide que Juan Fernando Petro les ofrezca excusas a “millones de personas del Pacto Histórico” por esa “metida de pata hasta las rodillas”. La campaña, en este momento, no se ha pronunciado al respecto.

Tampoco lo ha hecho sobre las revelaciones sobre cómo manejaron ese mismo tema con Piedad Córdoba. Como se vio en los videos, dentro del Pacto Histórico, este último hecho se vivió con angustia y rabia. En una de las reuniones, Roy Barreras advierte que conocen de esos movimientos y que este escándalo puede aparecer en cualquier momento.

“Hay visitas a las cárceles, al pabellón de extraditables, de gente del Pacto Histórico, ofreciéndoles la no extradición a los extraditables... En los pabellones se reunieron”, señala Roy ante Clara López Obregón y Eduardo Noriega. Y ahí se adelanta a lanzar una propuesta: “prepararse” para la tormenta y anticiparse al estallido político y judicial, como quien “estalla controladamente” un explosivo.

En otra reunión del comité directivo de la campaña, en la que participan más personas y cuando ya el escándalo ha estallado, el tema se vuelve una discusión más acalorada. Alfonso Prada advierte: “En el tema de la extradición y las cárceles, hay identificación, seguimiento, grabaciones, tienen todas las horas de las reuniones”. Luis Fernando Velasco pega el grito y dice: “No sea pendejo”.

En la reunión se plantea una suspensión para la senadora. Ahí interviene Velasco. Para él, esa salida es equivalente a decirle “quédese con la curul y siga haciendo barbaridades”. Agrega que justo “esas son las cagadas que se hacen por escoger mal. Y por haberle entregado a unos irresponsables”. Velasco habla visiblemente molesto y concluye: “No joda, es que nos metieron unos goles muy berracos… No es ir a pedirle el favor, es ir a hablarle duro”. Para Velasco, lo que debe hacer este comité directivo es rodear a Gustavo Petro y decirle que cuentan con su apoyo para tomar medidas.

¿Qué hacía Piedad Córdoba buscando a los extraditables? En principio, su versión fue la siguiente: “Como es de público conocimiento, mi hermano Álvaro (Freddy Córdoba) se encuentra privado de su libertad con fines de extradición por una acción de entrampamiento, orquestada por agentes de la DEA para afectar la campaña electoral del Pacto Histórico, como ha denunciado el mismo Gustavo Petro”.

SEMANA publicó las imágenes que prueban que ella entraba a este pabellón de la cárcel, pero que esa versión de afecto fraternal no era del todo cierta. La senadora electa había registrado un permiso para visitar al narcotraficante Juan Carlos Cuesta, conocido con el alias de Gordo Rufla, integrante del Clan del Golfo y pedido en extradición por Estados Unidos. Este ingreso está documentado y sucedió el sábado 19 de febrero. Se trataba de una visita a un criminal peso pesado.

Cercano a Otoniel, Cuesta sembró terror en el país. Las autoridades lo señalan del “acopio de cocaína para ser traficada a Estados Unidos y en la ubicación de lanchas y medios de transporte marítimo para que esa cocaína fuera transportada”. El Tío Sam lo llamó a responder allá también. En otra visita, su contertulio fue Antonio Gómez López, un empresario venezolano al que le expidieron orden de captura en su país de origen en 2013.

El hombre fue señalado por varios delitos, como asociación para delinquir, legitimación de capitales, contrabando agravado y obtención de divisas de manera fraudulenta. ¿Qué hablaban? ¿Tenía algo que ver con la campaña? Son preguntas que quedan abiertas. La senadora emitió una aclaración pública. “No he negociado nada a nombre del Pacto Histórico ni de Gustavo Petro”, dijo. Agregó que efectuó esa visita en su calidad de abogada y haciendo uso de su tarjeta profesional.

“Álvaro tiene derecho a su presunción de inocencia y a ser juzgado acorde a las leyes colombianas, por lo que lo he respaldado familiar y legalmente, pero ello no implica ningún acuerdo clientelar con capos del narcotráfico para conseguir apoyo electoral ni para ofrecer promesas incumplibles, máxime si se habla de privados de libertad en cárceles distintas a La Picota”, afirmó. Días después, ella misma publicó una carta de Cuesta en la que el narco decía que el “objetivo de dicha visita consistía en dialogar conmigo para establecer si yo tenía conocimiento sobre algunos aspectos de interés para la defensa del señor Álvaro Córdoba”.

La efectividad y rapidez de la carta del delincuente, lejos de aclarar las dudas, las amplió. A finales de abril, Gustavo Petro decidió zafarse definitivamente de Piedad y apartarla de su campaña “hasta que pueda resolver, ojalá favorablemente, las sindicaciones jurídicas que se le hacen”.

En el debate de SEMANA y El Tiempo, el candidato fue aún más duro. Ante la pregunta de si extraditaría a Piedad Córdoba, contestó con un tajante sí, mientras las pruebas fueran contundentes. Luego, cuando la senadora electa fue detenida en Honduras, agregó: “¿Qué diablos se fue a hacer allá y cómo se le ocurrió hacer una cosa de esas...? A mí me pareció algo absurdo. Ella debe asumir la defensa de los procesos que está enfrentando, mientras no salga de eso no estará en nuestra campaña”.

Piedad contestó con cierta ironía a esa sacada. “Nada más lejano a mi interés que ser usada como excusa de los enemigos de la democracia para que se empañe nuestra inminente victoria electoral”, dijo en su cuenta en Twitter.