“El fin del fin de las FARC fue un engaño de (Álvaro) Uribe y le hizo mucho daño a las Fuerzas Militares porque, debido a esos anuncios, las descuidaron”, aseguró León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris, a propósito de la presentación del informe ‘Del Caguán a La Habana’, que se lanza este jueves. En el documento se explica cómo han cambiado las FARC entre 2002 y 2012, es decir, entre el fracaso del proceso de paz que se adelantó durante la presidencia de Andrés Pastrana y el comienzo del actual, que se regenta durante la administración de Juan Manuel Santos. Esta investigación revela que la percepción de seguridad aumentó por el gran logro de la Política de Seguridad Democrática, que “controló los centros de producción y comercialización del país, y las vías de comunicación”. Es cierto que las acciones de las FARC han aumentado, según el informe. De hecho, en enero y agosto del 2012 se presentaron más de 300 acciones, en cada mes. Estos acontecimientos no se sucedían desde hace una década. “El 2012 pasará a ser uno de los años en que más se atacó la infraestructura energética y petrolera del país por parte de los grupos armados ilegales”, revela el informe. Afectación a los sectores energético y petrolero El aumento de estos ataques a las empresas energéticas y petroleras tiene un razón dentro del proceso de paz, según la Corporación Nuevo Arco Iris. Actualmente, la operatividad de las FARC se concentra en las extorsiones y en los hostigamientos a ambos sectores para que los empresarios, mediante la presión de la guerrilla, fuercen al gobierno a firmar el acuerdo de terminación del conflicto. “Hoy día las guerrillas exigen el 10 % del valor del barril del petróleo como cuota extorsiva [...] A su vez las FARC, al parecer sin importar si pagan o no la ‘vacuna’, continuarán atacando. Parecería que, con ello, no solo quieren causar un impacto mediático demostrando cierta fortaleza militar sino que buscaría además dos objetivos”. El primero, mostrarle a la sociedad colombiana la necesidad de llegar a un acuerdo de paz y forzar a la empresa privada para que influya en el diálogo que se realiza en Cuba.

Avance de la guerrilla inició en 2008 A pesar de que las cifras de ataques han aumentado en los últimos años, esto no responde al cambio de gobiern,o sino a la reestructuración de la operatividad guerrillera, algo que Arco Iris explica que se gestó a partir del 2008. El estudio resume este fenómeno al decir que las FARC dejaron de movilizarse en grandes comandos para evitar los ataques aéreos de la Fuerza Pública y se dividieron en grupos de menos de 12 personas. Incluso, el informe de la Corporación Nuevo Arco Iris afirma que desde hace cinco años “la Fuerza Pública, luego de varios años de victorias militares, comenzó a tener retrocesos y sobre todo el costo de bajas, ya sean muertos o heridos, comenzó a incrementarse de forma sostenida”. El estudio explica que entre 2002 y 2005, las FARC estaban organizadas en grandes tropas para enfrentarse con las Fuerzas Militares durante largos combates. Además, desde 1993, una de las estrategias principales era la toma a los pueblos. Pero tal táctica se vio afectada por las acciones que la Fuerza Pública ejecutó entre 2005 y 2008, cuando las operaciones militares se concentraron en dar de baja a altos mandos del grupo guerrillero y, sobre todo, en ataques aéreos a los campamentos. Esto obligó a la guerrilla a hacer una reingeniería “por lo que acciones de tomas a cabeceras municipales, e incluso combates de largo aliento se han reducido sustancialmente, mientras que acciones de campos minados, hostigamientos y francotiradores han tendido a incrementarse sustancialmente, es decir acciones típicas de guerrillas móviles”, asegura el análisis. Además, estas circunstancias sucedieron durante la llegada al mando de ‘Alfonso Cano’. El logro de la seguridad democrática A pesar de que el aumento de ataques de las FARC se dio en tiempos de Uribe, la seguridad democrática tuvo un logro indiscutible: “desplazó a las guerrillas de los grandes centros económicos y de las principales vías del país, y los empujó hacia las zonas más selváticas en los Llanos Orientales o de alta montaña del Huila y Cauca”. Entre 2003 y 2005, la Fuerza Pública se concentró especialmente en la defensa de departamentos como Cundinamarca, Boyacá, Santander y el norte del Meta y del Tolima, donde atacó de manera sistemática a las FARC. La guerrilla reaccionó con repliegues hacia Cauca, Meta, Caquetá, Arauca y Norte de Santander, “lo que incrementó rápidamente las hostilidades armadas en estas zonas”, explica el informe. Debido a dichas operaciones militares, la guerrilla pasó de estar presente y activa en 336 municipios en el 2002 a 251 en el 2012, según datos de Nuevo Arco Iris. Esta institución expone que la percepción de inseguridad en las ciudades se mejoró por ese repliegue guerrillero hacia las zonas fronterizas. “Se podría concluir que las FARC nunca estuvieron tan debilitadas como se dijo en el segundo mandato de Álvaro Uribe, pero su salida del centro causó un impacto”, afirma el análisis. El contexto del proceso de paz Estos cambios en la guerrilla y en las Fuerzas Militares generaron el panorama actual del conflicto colombiano, como lo expone la Corporación Nuevo Arco Iris. Ambas partes pretenden llegar al cese de las confrontaciones con la firma de los acuerdos de paz que se buscan en La Habana. Pero esto puede suponer un aumento en las hostilidades por parte de las FARC y en los ataques a la guerrilla por parte de las Fuerzas Militares, según el análisis de León Valencia. En este contexto, se sientan la guerrilla y el Gobierno a negociar en Cuba, mientras en Colombia aumentan las confrontaciones.