SEMANA conoció en exclusiva un dosier del gobierno Duque sobre desapariciones de colombianos en México y del trabajo que adelanta el país ante las autoridades para prevenir que siga la impunidad. Al menos el 60 por ciento de los casos corresponde a mujeres.

El documento revela algunas de las historias que ha podido recolectar la representación diplomática del Gobierno en Ciudad de México y estas dan cuenta de los patrones más comunes en estos casos: les prometen trabajo, pero las engañan, las agreden física y psicológicamente, las retienen, amenazan y a veces las asesinan.

Muchas de las víctimas han sido reclutadas en el parque de la 93 en Bogotá y en el parque Lleras de Medellín. Varias han llegado hasta Nayarit, Puerto Vallarta, Acapulco y Los Cabos, Baja California y Cancún.

Una joven de 23 años, que salió de Anserma, Caldas, le relató su experiencia al consulado de Colombia y explicó que antes de llegar a México tuvo una relación con un hombre que conoció por Facebook, a quien viajó a visitar para conocer a su familia. No obstante, cuando llegó la mandaron para la ciudad de Villahermosa, en Tabasco, a ocho horas por tierra desde la capital.

El infierno comenzó poco después. Su pareja la obligó a trabajar prestando servicios sexuales, para pagarle lo que había costado llevarla hasta allá. Todas las noches, muy tarde, la recogían en la casa de su suegra y el hermano de su supuesto novio de Facebook la llevaba de hotel en hotel, prostituyéndola.

Según ella, toda la familia de ese hombre fue cómplice. Su explotador sexual cobraba 1.500 pesos mexicanos por cada servicio y a ella no le quedaba ni un centavo. En 30 días pudo pagarle a él 100 mil pesos mexicanos, de 120 mil que debía. Es decir, que la obligaron a tener relaciones con aproximadamente 66 hombres en un mes.

Aparte de la explotación sexual, fue víctima de agresiones físicas. El hombre de la red social, su pareja, le pegaba patadas en el abdomen y le propinaba golpes en todo el cuerpo, mientras la tenía secuestrada.

Así mismo, la sometía a ayunos prolongados. Se veía desnutrida, tenía shock psicológico y taquicardia, según el diagnóstico de un médico del Instituto Nacional de Migración.

Otro caso particular que se resalta en el informe es el de tres colombianas, reclutadas en Medellín y reportadas como desaparecidas en el estado de Nuevo León. Ellas les dijeron a sus parientes que estarían vacacionando en ese lugar, pero repentinamente dejaron de responder sus celulares y perdieron todo contacto.

“Las investigaciones iniciadas por las autoridades mexicanas no han resuelto de fondo el asunto, manejan hipótesis relacionadas con delincuencia organizada concretamente con el conocido Señor de los Cielos”, dice el informe del consulado, sobre una estructura criminal dedicada al narcotráfico.

El documento contiene la historia de una mujer que fue contactada cuando vivía en Medellín, para que viajara a México a prestar servicios sexuales, con un margen amplio de ganancia. Una vez comenzó, no le permitieron escoger a sus clientes, tuvo que adaptarse a los requerimientos de sus reclutadores, como tener relaciones sexuales sin condones.

“Cuando se niega empieza a recibir amenazas de muerte en su contra y contra su familia, por lo que se logra contactar con su país a través de audios en los cuales se despide”, dice uno de los reportes.

Sumada a las anteriores, el consulado tiene anotada la historia de una mujer mayor de 30 años del departamento del Meta. Era estilista y recibió una propuesta de trabajo para irse a Michoacán, a trabajar en su especialidad. No obstante, fue cuestión de segundos: al llegar a México empezó la explotación sexual, la obligaron a trabajar más de 12 horas diarias sin un pago por su trabajo, la despojaron de sus documentos y la tuvieron amenazada, incomunicada y retenida durante mucho tiempo.

Entre tantas denuncias aterradoras, el documento revelado por este medio muestra el caso de colombianas que dieron a luz en México a los hijos de sus propios abusadores. Es el caso de otra mujer que contactó a un mexicano por redes sociales y decidió viajar a ese país con su hija menor, pero la historia se repitió.

No solo le quitaron sus documentos y plata, sino que “fue violada por dicha persona y quedó en embarazo. Durante el tiempo que estuvo restringida en su libertad, el sujeto la obligaba a sostener relaciones sexuales y grababa los encuentros subiendo videos y fotos a redes sociales”.

Internet se ha convertido en otro canal para explotar a las mujeres y estos casos no son la excepción. En el informe se explica el caso de una colombiana que contó toda la historia de lo ocurrido al consulado, pues logró salir con vida: llegó a México y tan pronto aterrizó le tomaron fotos, que publicaron en páginas web que promocionaban servicios sexuales. Generalmente, cobraban 1.800 pesos mexicanos que iban para la banda que la llevó hasta ese país.

En una ocasión en el Estado de Durango, un cliente trató de obligarla a tener relaciones sexuales sin preservativo; como ella se negó, el hombre se enfureció y la envió a su casa. “Las personas que la trajeron la golpearon por dicha circunstancia y le reclamaron por el hecho, amenazándola de muerte”, dice el reporte.

Eso no es todo, el informe escalofriante da cuenta de que jóvenes de apenas 18 años han caído en las mismas garras mortales. Apenas empezando la adultez, fueron asesinadas y halladas con señales de tortura y ejecutadas con arma de fuego.

“Se establece comunicación con la Fiscalía en Ciudad de México que se encontró un pasaporte junto a uno de los cuerpos de una ciudadana colombiana cuya edad técnica es de 18 años. La ciudadana se desempeñaba como modelo en territorio mexicano”, dice el documento.

A pesar de que México puede ser el destino final, en ocasiones es tan solo el país de escala, de acuerdo con las investigaciones de las autoridades. Por ejemplo, estas también resaltan en el dosier el caso de una menor de 17 años, quien engañó a sus papás para llegar a ese país. Les dijo que iba a tomar un curso de buceo.

La niña iba a tomar un vuelo a Singapur, que esperó durmiendo en el aeropuerto de México. Las autoridades alertaron al consulado del caso, pues parecía extraño ver a una joven sola, pasando por el país latino para seguir a Asia. Gracias al llamado, la interceptaron, devolvieron a Colombia y pusieron a disposición de Bienestar Familiar.

Estas historias son solo una pequeña porción de muchas otras que aún no regresan, que viven el flagelo de la desaparición ante la inacción o falta de capacidad de las autoridades mexicanas por esclarecer lo sucedido.