Un grupo de 50 funcionarios de la Fiscalía y la Policía, entre investigadores, fiscales, peritos y expertos forenses, llegaron a la finca San Jacobo, ubicada en zona rural del municipio de Buga en el Valle del Cauca, serán ellos, en adelante, los responsables de esclarecer la masacre de cinco jóvenes que en la madrugada de este domingo fueron víctimas de cuatro sicarios que ingresaron a la propiedad para asesinarlos.
Las primeras hipótesis indican que los asesinos llegaron pasadas las 2 de la madrugada, preguntaron por el hijo del dueño de la finca y al verlo le dispararon. Al parecer hubo un cruce de disparos que se extendió hasta el jacuzzi donde estaban el resto de jóvenes y una menor de edad; en ese espacio fueron atacados de manera indiscriminada por los sicarios.
Los primeros en llegar a la escena del crimen fueron los policías del municipio, por el llamado que hicieron los vecinos de la finca. Los uniformados atendieron a los heridos, en ese momento tres, el hijo del dueño de la finca, un compañero de colegio y el mayordomo de la propiedad. Cinco horas después el primero falleció por la gravedad de las heridas.
En el lugar de los hechos las autoridades encontraron un celular y las vainillas de balas calibre 9 milímetros que pasaron a un análisis de balísticas, al igual que 100 elementos materiales de prueba que fueron ubicados por los forenses que acompañaron a la vicefiscal Martha Mancera, que viajó por orden del fiscal Francisco Barbosa, como parte de la priorización en este caso.
“Un equipo de más de 50 funcionarios, entre investigadores, peritos y expertos en diferentes campos técnico-científicos del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y la Policía Nacional, han recopilado más 100 elementos materiales de prueba y evidencia física, los cuales serán valorados”, señaló la Fiscalía en un comunicado.
De ese recorrido quedaron varias imágenes que conoció SEMANA y que muestran la finca escenario de este cobarde ataque en contra de jóvenes desarmados, sin antecedentes y que, la mayoría, apenas acababan de terminar el bachillerato, incluso algunos celebraban su grado en ese encuentro de compañeros.
Los videos y fotos muestran en detalle los espacios que recorrieron los criminales, desde la entrada de la finca hasta el jacuzzi que luego se convirtió en la escena principal del crimen y donde los forenses concentraron su actividad investigativa.
“Además de vainillas 9 mm, rastros biológicos y otros elementos encontrados en el sitio. Asimismo, labores de vecindario, entrevistas, testimonios e imágenes topográficas tomadas con ayuda de drones, han sido de vital importancia para avanzar en las indagaciones”, señaló la Fiscalía una vez se cumplió la visita de la vicefiscal a la finca para coordinar las labores de investigación y de quienes estarán al frente del proceso.
La Fiscalía, además de las imágenes, las declaraciones, el celular y las vainillas, incautó tres armas de fuego que están en manos de los expertos en balística para los análisis de rigor que permitan conocer o corroborar las versiones sobre un supuesto cruce de disparos cuando los delincuentes llegaron a la finca.
El alcalde de Buga Julián Rojas, habló con SEMANA y explicó que todas las víctimas se conocían e incluso compartieron aula de clases en un colegio tradicional del municipio. Todos eran conocidos en la región, incluso en la ciudad de Cali, se trataba estudiantes de medicina, odontología que no tenían problemas con nadie y que, al contrario, llevaban una vida tranquila en el municipio, señaló el mandatario al referirse a los familiares de las víctimas.