La plenaria del Senado discutía la reforma política cuando el senador Gustavo Petro se pronunció sobre el voto electrónico. Dijo que una verdadera reforma electoral pasaba por modificar el software de los resultados electorales, al señalar que el Consejo Nacional Electoral no ofrece garantías y al insinuar que en las últimas elecciones hubo fraude. Como Gustavo Petro fue candidato presidencial y perdió las elecciones contra Iván Duque, la afirmación no se quedaría en el aire. El uribista Carlos Felipe Mejía levantó la mano y pidió la palabra para contestarle a Petro. No lo llamó por su nombre, pero no hacía falta que lo hiciera: “Para contestarle un poquito a un senador que dice que la reforma política la hace la Corte Constitucional porque las sanciones que ha recibido merecen total impunidad”, en clara referencia a Petro y la decisión de la corte de mantener las inhabilidades para quienes tuvieran sanciones fiscales. Mejía le dijo a Petro que si en algún lado se roban las elecciones es en Venezuela: “Ese régimen castrochavista, que usted tanto defiende, que tanto le gusta, es el propietario del software en Venezuela. Y si en alguna parte se han robado las elecciones son esos amigos suyos, los venezolanos, que acabaron ese país cono ese discursito suyo que viene incorporándole a esta nación desde que el Estado colombiano tuvo la generosidad de recibirlo en un proceso de paz, donde usted dejó las armas de un grupo narcoterrorista, sin mucha diferencia con las Farc. Porque en esa toma del Palacio de Justicia tenían gran alianza con el cartel del narcotráfico de Medellín, para que digamos las cosas como son…”.
Petro no se quedó en silencio. Levantó la mano para una réplica. Aseguró que no tiene “ningún proceso ni en la Fiscalía ni en la Corte Suprema” y que la sanción de responsabilidad fiscal en su contra está “suspendida” por orden de un tribunal. No se quedó ahí. Le dijo al senador Mejía que si quería “saber por dónde andaba Pablo Escobar en aquellos años ochenta" lo invitaba a que mirara "quienes eran los familiares de Pablo Escobar Gaviria y de la familia Ochoa Vásquez y mire a ver esos familiares en qué partido político se encuentran hoy”. La alusión tácita era a José Obdulio Gaviria, primo de Pablo Escobar y senador del Centro Democrático, pero que completa tres semanas de inactividad a causa de una operación a corazón abierto a la que fue sometido en Bogotá.
Uribe intervino de inmediato. Entró en el juego de alusiones y sin mencionar a Petro lo calificó de “cobarde” por referirse “a una persona que apenas está saliendo de cuidados intensivos, que asiste gallardamente a esta plenaria y que hoy no está por razones de salud”. Ahí terminó todo. La discusión de la reforma política continuó.