La reforma tributaria que presentó este martes el presidente Iván Duque está más que blindada en el Legislativo, encargado de estudiar y aprobar después del 20 de julio este proyecto que, sin duda, reactivará económicamente al país tras la crisis por la pandemia por la covid-19.

El gobierno Duque aprendió de los errores del pasado. Y antes de lanzar el nuevo proyecto de reforma tributaria, en esta oportunidad lo socializó con sectores académicos, empresariales, partidos políticos y congresistas antes de oficializar la iniciativa con la que pretende recaudar 15,2 billones de pesos aproximadamente.

El consenso quedó demostrado durante el acto de presentación del proyecto en el Palacio de Nariño, donde Duque convocó a todos los partidos políticos. Incluso, los principales voceros de las comisiones económicas y cercanos al Gobierno, tuvieron vocería durante la presentación y anunciaron su respaldo al proyecto. Allí asistieron, además de representantes del Centro Democrático, el partido de gobierno, delegados del conservatismo, el Partido Liberal y Cambio Radical, tres de los movimientos mayoritarios del Congreso que empujaron el hundimiento de la fallida reforma tributaria del exministro Alberto Carrasquilla por considerarla lesiva para el bolsillo de la clase media del país.

En esta oportunidad, el escenario es otro. La clase privada y la industria se echaron gran parte del peso de la tributaria encima y la nueva iniciativa tocará a los sectores más privilegiados económicamente del país, es decir, no hay excusa para que en las nuevas manifestaciones del 20 de julio, como se está anunciando en redes sociales, pongan a la reforma como eje central de las críticas contra el Gobierno.

El senador John Milton Rodríguez, de Colombia Justa Libres, cercano del Gobierno, pero quien se apartó de la Casa de Nariño en la pasada reforma tributaria, afirmó que este es un momento especial “porque se puede generar unidad y confianza en Colombia. Y eso lo tenemos que celebrar. Agradecemos al Gobierno por escuchar nuestras propuestas”, afirmó. Rodríguez destacó que es importante la iniciativa porque no afecta a la clase media, trabajadora, desempleados y pensionados en el país.

John Cárdenas, representante del Partido de La U, resaltó que el proyecto presentado es resultado de un gran consenso. Reconoció la labor del ministro de Hacienda, Juan Carlos Restrepo, en un momento de turbulencia como la que vivió el país. “Tenemos una reforma absolutamente espigada, que será de un tramite relativamente fácil. Así lo quiero creer al interior del Congreso”, pronosticó.

Y dejó claro que el término “reforma tributaria” causa espanto en el país. Por esto, lo mejor es desplegar una labor pedagógica por todas las regiones del país para explicar el alcance de dicha iniciativa.

El senador Carlos Abraham Jiménez, uno de los congresistas de Cambio Radical cercanos a Germán Vargas Lleras, acompañó al presidente Iván Duque en el lanzamiento de la tributaria. Recordó cómo discutió la pasada reforma con el Gobierno, pero hoy el escenario y el contenido del proyecto es distinto. El congreso –informó– hizo cuatro foros, escuchó a los ministros, a la academia y a los miembros del paro. “Los colombianos tienen que entender que los que estamos aquí reunidos entendemos la crisis social que reclama el país”, expresó.

Advirtió que en la próxima legislatura “empezarán a salir los irresponsables que tenemos en el Congreso a decir que el ingreso solidario es muy bajito. Y sí, puede ser un poco no tan ambicioso como quisiéramos, pero colocar un peso más en ese punto significaría tocar el IVA. Y el Congreso entendió que los colombianos no quieren que se toque el IVA, pensiones, por eso estamos llegando al justo medio”, afirmó. “El Partido Cambio Radical está jugado en esta ley de solidaridad”, puntualizó.

Aunque Iván Duque cuenta con mayorías en el Congreso para la aprobación de su nueva reforma tributaria. Con el espaldarazo del expresidente César Gaviria, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, entre otros, la oposición aprovechará el escenario para generar el debate, polemizar y elevar el lenguaje ad portas de una campaña política donde la propuesta de reforma tributaria sigue siendo un fantasma para quienes no conocen en detalle cómo se aplicaría.