Preso captura preso Esta es la insólita historia de cómo los presos hicieron una ‘vaca’ para enviar a uno de los suyos a recapturar a un soldado que se fugó. El soldado regular Miguel Ángel Urariyú Ramírez fue capturado el 29 de noviembre de 2005, acusado de asesinar a un compañero. La Justicia Penal Militar lo condenó a 13 años de cárcel por el delito de homicidio, y el 26 de noviembre de 2006 fue enviado al Centro de Reclusión Militar (CRM) de Tolemaida. A mediados de agosto de 2007, ‘el Guajiro’, como le decían sus compañeros, solicitó que le otorgaran un permiso de cinco días para visitar a su madre en Riohacha. Aunque solo llevaba diez meses en el penal, la licencia le fue concedida con la condición de tener encendido siempre su celular y reportarse. Cuando llegó el momento de regresar no apareció y apagó su celular. Era evidente que se había fugado. Como el permiso había sido otorgado sin llenar los requisitos, como ha sucedido con muchos otros presos, las directivas de la cárcel convocaron una reunión con los internos. “Nos dijeron que no podían denunciar la fuga a las autoridades porque habría una investigación, revisarían la forma como se daban ese tipo de permisos y los perjudicados íbamos a ser todos. Y eso era verdad –contó a SEMANA uno de los internos–. Entre todos decidimos que lo mejor para no calentar el parche era ir a recapturar a Urariyú. Entre nosotros decidimos que el indicado para esa misión era mi (sargento) primero Flavio César Sánchez, porque conocía bien La Guajira y era un duro en inteligencia”. Para ese momento, Sánchez estaba detenido, sindicado de haber participado en 2005, con la Brigada XI, en el homicidio de dos personas cerca a Tierralta, Córdoba, uno de ellos Miguel Pineda, hermano de la excongresista Eleonora Pineda. “Como no se podía sacar plata de la cárcel ni del batallón para mandar a Sánchez, todos los internos hicimos una ‘vaca’. Unos dieron 50, 100.000 o 200.000 pesos. Yo di 50.000. Se reunieron casi seis millones de pesos y Sánchez viajó a La Guajira. Se llevó fotos de Urariyú como una especie de afiche. Al mes, Sánchez llamó, y como se quedó sin plata, tocó hacer otra ‘vaca’ y se le giró un millón. Para octubre se dio cuenta de que ‘el Guajiro’ se había escapado para Maracaibo, Venezuela, en donde tenía familiares. Sánchez conocía una gente de la Disip que le ayudó a encontrar a Urariyú en un billar. Sánchez llamó, pidió otra plata para darles a los de la Disip para capturarlo y sacarlo de Venezuela. Mi primero se metió a Maracaibo y con los venecos sacó a Urariyú a la frontera. Ahí llamó y un mayor viajó a La Guajira, recapturaron a Urariyú y lo trajeron al CRM a finales de octubre, y todo quedó callado”, dijo a SEMANA el interno. En noviembre de 2009, un juez de Montería absolvió a Sánchez. Urariyú sigue en Tolemaida. Hace dos años le expidieron un certificado en el que califican su conducta como ejemplar y aparecen los días trabajados para descontar pena por trabajo. El único rastro de su fuga está en ese documento, en el que en septiembre y octubre de 2007 no tiene registradas horas trabajadas. ‘Todos vamos a San Andrés’ Los permisos para salir de la cárcel de Tolemaida eran tan exóticos que algunos presos se fueron de vacaciones a la playa. El 6 de marzo de 2001, el sargento Humberto de Jesús Blandón, del Batallón Juan del Corral, fue arrestado acusado de secuestro y homicidio. Fue condenado a 40 años y recluido en Tolemaida, el 30 de noviembre de 2004. En marzo del año pasado, aunque estaba bastante lejos de obtener algún beneficio carcelario no encontró impedimento para ir con toda su familia a disfrutar de la Semana Santa en la isla de San Andrés. Le fue tan bien que, como lo contaron a SEMANA, llevó regalos a varios de sus compañeros en prisión. Menos bien le fue recientemente al soldado León Torres. Fue capturado el 21 de abril de 2008 cuando hacía parte de la Agrupación de Fuerzas Especiales Urbanas adscrita a la IV Brigada de Medellín, acusado de homicidio agravado y condenado a 26 años de cárcel. El 4 de septiembre del año pasado llegó a Tolemaida. El 13 de enero, él y otros cuatro soldados viajaron a Medellín para atender una diligencia judicial. De allí salieron para pasar una semana en el hotel Decameron de Cartagena. “Les tocó devolverse a Bogotá a los pocos días, porque como estalló el caso de ‘Zeus’ lo llamaron de la cárcel y tuvo que regresar. Ese permiso quedó legalizado internamente como una ‘diligencia judicial’”, contó a SEMANA un compañero de reclusión de Torres. Los mensajeros Algunos internos tienen ‘trabajos’ que les permiten entrar y salir libremente del lugar de reclusión. En 2008, la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia a 40 años de cárcel contra el sargento Sandro Fernando Barrero por la tortura y masacre de cuatro campesinos en Montebello, Antioquia, en enero de 2000. No obstante, el sargento Barrero es ordenanza (mensajero) en Tolemaida y está autorizado para entrar y salir “de forma permanente”. El sargento Harold William Pejendino continúa activo, se desempeña también como mensajero en el Centro de Reclusión, con la misma libertad de movimientos de su colega. Todo a pesar de que tiene una condena a 40 años de cárcel por desaparición forzada, terrorismo y concierto para delinquir. ¿39 cabañas para visitas conyugales? Un intento de tapar el sol con la mano. Ante el escándalo por la fuga de Juan Carlos Rodríguez, alias ‘Zeus’, en enero pasado, el mayor Luis Carlos Burbano, director del Centro de Reclusión Militar de Tolemaida, elaboró un oficio fechado el pasado 17 de enero, en el que intentó explicar la existencia de las 39 cabañas en las que vivían los presos privilegiados. Según el oficial (luego destituido a raíz del escándalo), los “quioscos”, como les llaman los presos, eran para que estos recibieran su visita conyugal, algo que “no se contempló” cuando se construyó el centro penitenciario. Sin embargo, la cárcel cuenta con diez habitaciones (ver foto) especialmente destinadas a las visitas conyugales. Estas, además, se alquilan por días para que las familias se queden con su cónyuge preso, lo cual está prohibido por la ley. Las ‘celdas’ de los mayores ‘Zeus’ y el mayor (r) César Maldonado, protagonistas del escándalo que estalló en enero, han negado que gozaran de privilegios en Tolemaida. Las pruebas dicen otra cosa. Esta es la foto de la casa que tenía el mayor (r) Juan Carlos Rodríguez, alias ‘Zeus’, en el Centro de Reclusión. Era el quiosco más grande de los 39 que allí existen y contaba con todo tipo de comodidades. En una carta, fechada el 24 de noviembre de 2009, “debido a su excelente conducta” las directivas del penal lo autorizaron para trabajar como conductor del taxi que tenía junto con tres mototaxis más. La semana pasada, el nuevo director de la cárcel “expropió” la cabaña de ‘Zeus’ y la destinó para el uso de los guardias. La foto de la cabaña del mayor (r) César Maldonado también deja en evidencia que está bastante lejos de ser un duro y sufrido lugar de reclusión.