En la madrugada del viernes la Fiscalía capturó a dos de los tres hombres que serían los responsables del brutal asesinato de cinco menores de edad en el barrio Llano Verde, de la ciudad de Cali, ocurrido el pasado 11 de agosto. El múltiple crimen conmocionó al país por la sevicia con que se cometió. Los menores, entre los 14 y 15 años de edad, tenían diversas heridas por arma blanca en el cuello y el rostro, golpes en diferentes partes del cuerpo y tiros de gracia.

El fiscal general, Francisco Barbosa, afirmó que los detenidos, Jefferson Ángulo Quiñonez y Juan Carlos Loaiza, eran cuidadores de un cultivo de caña al que acostumbraban ir los jóvenes. “El día de los hechos, los tres adultos que trabajaban como vigilantes de los alrededores del cañaduzal observaron a los cinco menores acercarse y, sin mediar palabra, en un acto de total barbarie los asesinaron”, dijo. En diálogo con SEMANA Noticias, Álvaro Caicedo, padre de José Caicedo, uno de los menores asesinados, afirmó que espera que estas capturas permitan esclarecer los hechos.

“Yo quiero que esto sea un comienzo para que lleguen al fin de quien dio la orden (…) Cómo y por qué tomaron esta decisión tan atroz. Yo no creo que hayan tomado esa decisión porque sí. Creo que alguien les pidió, alguien les dijo que esto se ejecutara así. Pido a la justicia que lleguen también a quien dio la orden”, afirmó. Caicedo manifestó, además, que ni él ni su hijo tenían problemas con nadie. "Esos manes me mataron a mi hijo porque son asesinos. Mi hijo no tenía problema con nadie. Igual que los demás niños. Esos manes con esa crueldad y esa sevicia se ensañaron con la vida de estos angelitos”, sostuvo. “Cuando uno tiene un hijo crea sueños, ilusiones. Cuando se lo matan, todo eso se destruye, se desvanece como la nada”, dijo Caicedo, quien pidió apoyo a las autoridades. “Nos dan el codito, dicen lo siento y se comprometen con nosotros. Se toman una foto y chao. Algunos nos dan el número, uno los llama y no contestan. Estamos cansados, queremos respuestas, algo que nos sirva a nosotros. Charlas y conversas no”, subrayó. Por su parte, Rubi Cortés, madre de Jaime Cortés, otro de los menores asesinados, afirmó que la captura de los dos hombres la sorprendió por la rapidez y, principalmente, porque esperaba más personas detenidas.

“La verdad me sorprendió porque esperaba más personas. No solamente hay dos personas, hay más. Para cometer esta masacre tan brutal con los niños tienen que ser más personas”, dijo.

“Ahí donde encontramos a los niños no fueron asesinados. A los niños los asesinaron en otro lado porque en el momento en el que los encontramos, ahí no había rastros de sangre. Más personas tuvieron que haber cometido este hecho tan brutal”, sostuvo Cortés.