Las protestas que se vienen dando en Colombia desde el 28 de abril han tenido de todo. Violencia, violaciones a los derechos humanos, negociaciones, la caída de las principales reformas del gobierno de Iván Duque y algunos de sus ministros, y la reciente visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A esto se suma un nuevo y polémico ingrediente con tinte internacional: la intervención de políticos y líderes argentinos que están alentando las movilizaciones y hasta construyendo un plan, con sectores de izquierda, para “sacar al uribismo y a la derecha del Gobierno”.

SEMANA conoció un informe confidencial denominado ‘Participación e intervencionismo argentino en el estallido social de América Latina’. En él se resalta el apoyo socialista de Cuba y Venezuela, con el objetivo de lograr una participación directa y escalonada en las elecciones de países como Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Venezuela.

Se habla de la conformación de una delegación estratégica para la desestabilización en la región, que maneja tres líneas. La defensa jurídica internacional, comunicaciones y un equipo interdisciplinario encargado de dar a conocer los abusos y las violaciones de derechos humanos. Este último tendría como punta de lanza a la denominada Misión Internacional de Solidaridad y Observación de Derechos Humanos, que llegó a Colombia el 25 de mayo.

Las autoridades tienen pruebas de que esta delegación está estrechamente ligada con políticos argentinos, incluso diputados en ejercicio. De fondo estaría la intención de desestabilizar el país y lograr un gobierno de izquierda, bien sea con la caída del presidente Iván Duque o abonando el terreno para los comicios de 2022. De hecho, hay audios en poder de SEMANA que revelan la llegada, antes del arribo de la comisión argentina, de los diputados de ese país Federico Fagioli y Daniela Marina Vilar, del kirchnerista movimiento Frente Todos.

Fueron invitados por congresistas colombianos de oposición, y aunque el objetivo era hacer una veeduría sobre la presunta violación de derechos humanos, en realidad, según las autoridades, se trató de una articulación internacional para intervenir políticamente en medio de las violentas protestas.

Son horas de grabaciones de reuniones del diputado Fagioli con líderes sociales, políticos del llamado Gran Pacto Histórico y hasta con congresistas del partido Comunes, entre ellos la senadora Sandra Ramírez, excompañera de Tirofijo. Fagioli y Vilar llegaron a Colombia el 11 de mayo y los encuentros para la articulación se dieron en su mayoría en un hotel en el centro de Bogotá. SEMANA difunde apartes de estos comprometedores audios.

En una primera cita, Fagioli habla con un hombre que se identifica como miembro de la Marcha Patriótica. “Argentina tiene una posición activa en apoyo a Colombia y de repudio a Duque; el presidente ya se manifestó en contra de lo que está pasando acá (...), no de la manifestación pacífica, sino del carácter represivo del Gobierno”. Su interlocutor responde: “La incompetencia del gobierno Duque genera condiciones extremas”.

En el encuentro, este hombre explica cómo en Colombia se han articulado ocho fuerzas, como él mismo las llama, a fin de construir la agenda de movilización para el semestre. Reconoce que no esperaban un paro de la magnitud del actual, cuyo detonante, asegura, fue la reforma tributaria.

“El llamado rebasa la capacidad de organización y de construcción de las organizaciones (...) Como parte de esa reactivación de la oposición, de la izquierda, se da el surgimiento de una plataforma fundamentalmente electoral que se llama el Pacto Histórico”, dice el invitado.

Fagioli interrumpe y menciona a Petro y a María José (Pizarro). La respuesta fue: “Cepeda es una propuesta con miras a construir mayoría parlamentaria que le dé gobernabilidad a un eventual triunfo con Petro como candidato”. Hacen referencia a “la toma del Gobierno y del Parlamento por fuerzas de izquierda”.

El diputado argentino tira línea de cómo se debería operar políticamente para ganar las elecciones y derrotar al partido de Gobierno. “La única posibilidad de derrotar al uribismo es si se unen todos. Eso es un poco lo que tratamos en Argentina gente de todos lados con gente que no queremos mucho (...)”. Fagioli insiste en la necesidad de esas alianzas y su interlocutor menciona al candidato Sergio Fajardo como representante de sectores ajenos que podrían vincularse.

Aunque ven a Petro como el gran líder de izquierda, advierten de la nula interacción con el senador y hasta critican cómo, en su momento, luego de hundir la reforma tributaria, la reforma a la salud y de lograr la renuncia del ministro Alberto Carrasquilla, llamó a parar las protestas.

Fagioli se refiere a un diálogo que tuvo con Petro y explica por qué hizo ese llamado. El audio es muy comprometedor, pues incluso plantea una teoría desde el uribismo de sacar al gobierno de Duque y no hacer elecciones.

“Si él lo que nos decía era que había que frenar el paro con esa victoria, porque claramente con eso se consolida el proceso de entrada (...) Él (Petro) tiene la hipótesis de que si esto continúa, posiblemente no tenga una resolución. El uribismo avanza en el proceso de herencia (...) hasta llamar a un Estado de conmoción y de esa forma sacar al gobierno Duque y no llamar a elecciones; incluso mucho dirigente político de izquierda se tendría que exiliar. Él cree en esa hipótesis”.

Pero se hace evidente la falta de articulación entre los movimientos de base y el senador candidato: “Lo que pasa es que Petro no discute con la izquierda; anda solo y lo que piensa lo tira públicamente, entonces casi que impone la línea (...) La posibilidad de construir con él es muy compleja”, afirma el interlocutor.

Ante los desmanes y la violencia en las protestas, reconocen que se salió de las manos y no hay quién los represente. “Nosotros estamos saliendo a las movilizaciones, aquí ya ni sabemos qué sectores están. Mucha de esa gente sale a resolver el problema del estómago; no tienen concepción de política (...) Los pelaos están saliendo a desfogar su descontento, su frustración, rompiendo calles, semáforos, centros comerciales, echándole candela a la Policía. Se nos convierte en una rumba de marihuana, que permite la prendida al CAI”.

Ante el aparente caos, el diputado recuerda que fue igual en Argentina; recomienda organizar a los jóvenes, a los “pibes”, de quienes dice: se organizan o terminan en el narcotráfico. “Para mí, uno de los desafíos que hay es la organización en este proceso de movilización ascendente que vive Colombia y lograr que todo se canalice electoralmente. Porque vos sabés que la salida es electoral”, explica Fagioli.

En esta estrategia, Fagioli plantea: “Si vos no lográs primero que la gente identifique a Duque con Uribe al ciento por ciento, que son la misma mierda (...) y después no lográs que la izquierda y los sectores se unifiquen para poder tener una propuesta de país distinta, es difícil, muy difícil”.

Fagioli señala que en su condición de diputado, al igual que Daniela Marina Vilar, están en una comisión oficial. Pero advierte que los otros miembros de este movimiento, de la Misión Internacional de Solidaridad y Observación de Derechos Humanos, que llegó el 25 de mayo, cuando le fue impedida la entrada a Juan Grabois –un abogado que forma parte del componente de apoyo judicial internacional–, no cuentan con inmunidad diplomática, como sí sucede con ellos como diputados.

En el diálogo con la senadora Ramírez asegura que “el objetivo es visibilizar lo que está sucediendo, con entrevistas a familiares de asesinados y de personas que sufrieron abuso; esa experiencia la hicimos en Bolivia en el golpe de Estado de 2018. Con esa misma comitiva”.

La meta y las intenciones están claras, pero hay una explicación pendiente del actual Gobierno de Argentina, pues las palabras de Fagioli son contundentes: “Nuestro Gobierno no es imparcial, cree que el gobierno Duque-Uribe es parte del proceso neoliberal y de avanzada escalonada de Estados Unidos sobre la región. Nuestro objetivo es que la Argentina tenga como bandera recuperar la Unasur, sacar de la región el neoliberalismo. Avanzar en un proceso complejo, como fueron en otra época Fidel, Lula, Néstor, Cristina”.

La caída de Duque fue un tema recurrente en las reuniones de Fagioli. Por ejemplo, en la que tuvo con Sebastián Quiroga, miembro del congreso de los pueblos y del Polo Democrático, quien se refiere a las elecciones y señala: “No veo capacidades acá para que logremos tumbar a Duque y generar una transición hacia otro escenario. Si tumbamos a Duque, sería un escenario de golpe militar”.

Las respuesta de Fagioli fue: “De hecho, en unas semanas tenemos un anuncio de Uribe pidiendo la renuncia a Duque, y Uribe poniéndose la camiseta de tres o cuatro demandas del pueblo y una salida populista de derecha, en serio, tranquilamente, y eso sería el peor escenario”. Sobre este audio, Quiroga publicó una réplica en sus redes sociales, reconoció la reunión y los intereses políticos y electorales. Sin embargo, desmintió la posibilidad de un golpe de Estado. Asegura que en Colombia no hay condiciones porque los militares son de derecha.