A casi dos semanas de que el proyecto de ley de reforma a la salud del Gobierno nacional fuera radicado en el Congreso de la República, la Asociación Nacional de Internos y Residentes se pronunció sobre el articulado.
Para empezar, resaltaron que celebran la decisión del Gobierno actual de presentar una iniciativa para transformar de fondo el sistema de salud colombiano.
Indicaron que están a favor de fortalecer la atención primaria en salud como base para llevar adelante la reforma. Pero también hicieron algunas observaciones sobre apartes puntuales de la propuesta que fue conocida en el Congreso.
“Anir guarda en su esencia una vocación de servicio a la sociedad, a los pacientes y al gremio médico a través de reflexiones autónomas y discusiones edificante en respaldo a sus miembros conformados por internos (último año de la carrera de medicina), rurales (médicos graduados en servicio social obligatorio) y residentes (médicos graduados en proceso de formación como especialistas)”, señalaron a través de su comunicado.
E hicieron un especial énfasis en el artículo 129, que se refiere al Servicio Social Obligatorio, que en la actualidad se rige bajo las directrices de la Ley 1718 de 2018.
También advirtieron que hicieron un proceso de recolección de comentarios frente a ese aparte de la reforma a la salud y, por ello, citaron algunos puntos frente a los cuales pidieron una mayor claridad para los médicos internos y residentes.
Por un lado, pidieron que se ahonde más en el mínimo nivel de formación y las instalaciones que requiere un médico para tener capacidades suficientes para darles a los pacientes una atención especializada de calidad en las zonas rurales dispersas del país.
También pidieron que se detalle cuál será el “tipo de vinculación de los médicos residentes durante el periodo en que aporten sus servicios en los equipos de atención en regiones apartadas”.
Así mismo, señalaron que es clave especificar cuál será el tiempo de duración máximo que tendrá la permanencia de los médicos residentes en los equipos de atención que a su vez se encuentran en regiones apartadas del país.
Precisamente, esto se debe a que los médicos residentes serán actores claves para el Ministerio de Salud, que le apunta a reducir las brechas de inequidad en acceso a servicios sanitarios que hay entre las zonas rurales y urbanas de Colombia.
La Anir también manifestó sus dudas sobre el papel que tendrán los docentes y los médicos especialistas en el apoyo a los residentes, debido a que así lo contempla la reforma a la salud.
“Se estipula que los residentes actuarán ‘bajo la supervisión y control de médicos especialistas y de las correspondientes instituciones de educación superior’. ¿Cómo se garantizará la continuidad académica? ¿Cómo se garantizará el desplazamiento de los docentes a estas regiones?”, se preguntaron en el comunicado.
También advirtieron que se deben puntualizar los mecanismos de negociación y las garantías que tendrán las universidades durante el servicio que presten los residentes en las zonas rurales dispersas.
En ese sentido, también señalaron que deben estar claras las condiciones que tendrán los profesionales médicos en varios ámbitos. Por ejemplo, pidieron aclarar cuáles serían los incentivos que reciban los residentes durante su trabajo en las regiones apartadas.
E hicieron énfasis en la necesidad de que haya “garantías mínimas en materia de orden público”, pese a que reconocieron que es necesario que la salud les llegue a los ciudadanos que se encuentran en las zonas rurales más alejadas del territorio nacional.
“Anir cree en los valores de la democracia y confía en que la mejor ruta para lograr la implementación exitosa de la referida reforma implica la discusión activa e inclusiva de las sociedades científicas y los diferentes gremios de la salud que representen ampliamente a todos los actores involucrados. Invitamos a su vez, a todos los profesionales afines a la Anir a continuar aportando a la discusión de esta propuesta”, concluyó la asociación.