El fallecimiento del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, uno de los candidatos más fuertes del Centro Democrático para las elecciones presidenciales de 2022, llevó al uribismo a revisar la hoja de ruta para pelear por la Casa de Nariño. En esta corriente tienen claro que es obligatorio concretar alianzas con otros partidos para tratar de retener el poder y dar la batalla contra el candidato que surja de la centroizquierda y el senador Gustavo Petro.
El Centro Democrático busca que en dicha coalición tengan cabida líderes de La U, Cambio Radical, el Partido Conservador, un sector de los liberales, Mira y Colombia Justa Libres. Algunas figuras han dialogado de manera directa con el expresidente Álvaro Uribe en su finca de El Ubérrimo, donde se engrana la estrategia a seguir. Una consulta interpartidista en las elecciones del Congreso, en marzo de 2022, definirá el nombre con el cual esta corriente busca suceder a Iván Duque. Como en todos los partidos, en el Centro Democrático hay matices.
El movimiento tiene cartas como las senadoras Paloma Valencia, Paola Holguín, Rafael Nieto, María Fernanda Cabal y Francisco Santos. El asunto de fondo es que esos nombres generan aplausos en un sector del uribismo, pero también críticas en otro. Hoy no hay una carta que logre aglutinar a todo el partido.Por cuenta de eso, en los últimos meses ha salido al ruedo el nombre de Tomás Uribe, hijo del expresidente Uribe, que genera el consenso necesario. “El único que mantendría unido al uribismo es Tomás Uribe Moreno”, dijo el senador Ernesto Macías.
Aunque Tomás ha descartado que vaya a ser candidato presidencial en 2022, en política las cosas cambian de un momento a otro, dependiendo de las coyunturas. Lo que es un hecho es que su nombre tomó fuerza desde finales del año pasado y él mismo se ha involucrado mucho más que antes en los temas públicos al hablar no solo de emprendimiento, sino de política.
“Escribe trinos y sale a los medios. Si él no estuviera pensando en política para qué se expone”, se preguntó una fuente muy cercana al uribismo que cree que con el hijo del expresidente podría ocurrir el efecto Duque: desconocido al comienzo, pero presidente al final. La diferencia es que el país sabe quién es Tomás.
Otra figura que suena con fuerza es el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga. Sin embargo, él prefiere esperar a que la Fiscalía decida sobre la suerte de su hijo David Zuluaga, salpicado en el escándalo del hacker Andrés Sepúlveda. Aunque no es militante del Centro Democrático, el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez tiene apoyo en el movimiento. Su postura de centroderecha moderada es vista como una carta ganadora para sumar a más sectores en las elecciones a la Presidencia. Gutiérrez será candidato por un movimiento independiente, saldrá a recoger firmas y medirá fuerzas en la consulta de la derecha y la centroderecha, donde aspira a ganar.
Fico, según la última encuesta de Invamer, aumentó su favorabilidad de 23 a 29 por ciento y goza de una buena imagen. En Antioquia tiene un fuerte capital electoral, y en ese departamento, por ejemplo, Iván Duque obtuvo casi 1.400.000 votos, 18 por ciento de su votación en todo el país.
A LA ESPERA DE URIBE
El expresidente Uribe aún no ha decidido el mecanismo mediante el cual se elegirá al candidato del Centro Democrático. El representante a la Cámara Edward Rodríguez cree que podría repetirse el formato que eligió a Iván Duque, es decir, una encuesta que en su mayoría mida la percepción del candidato entre la ciudadanía y el resto entre líderes internos del partido.Pero antes de eso, los uribistas definen las listas al Congreso porque Uribe no regresará al Senado y, sin él, el escenario sería más complejo desde el punto de vista electoral.
El expresidente está invitando a nuevas figuras para que integren la lista al Senado, entre ellos el excandidato a la Alcaldía de Bogotá Miguel Uribe, el actor Jorge Cárdenas, el general Luis Mendieta, quien estuvo secuestrado por las Farc, y Lorena Murcia, de la Corporación Rosa Blanca, grupo de mujeres víctimas de esa guerrilla. Adicional a ello, cinco representantes quieren saltar al Senado y el problema es que, literalmente, no hay cama para tanta gente.Por los lados del Partido Conservador, están enfocados en recuperar terreno en el Congreso. Aunque han contemplado el nombre de Alejandro Ordóñez, él ya lo descartó y el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas prefiere una precandidatura presidencial.
El presidente de los conservadores, Ómar Yepes, convocará a los posibles aspirantes, entre ellos al economista Juan Carlos Echeverry, al exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, al expresidente del BID Luis Alberto Moreno –muy cercano al uribismo– y al senador David Barguil. Aunque se escuchan vientos de reconciliación entre el partido con la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien podría renunciar para aspirar a la Casa de Nariño, lo más probable es que ella decida recoger firmas.
Sin embargo, la senadora Esperanza Andrade dijo que es necesario el retorno de dicha figura al partido. “Yo sí hago un llamado a que Marta Lucía anuncie su aspiración por el Partido Conservador”, dijo Andrade. El Partido de la U ya está listo para la consulta interpartidista y la candidata será la exgobernadora del Valle Dilian Francisca Toro, cercana al Gobierno y a Uribe. El exalcalde de Barranquilla Alejandro Char, de Cambio Radical, no ha tomado aún una decisión, pero ya inició recorridos por los pueblos de la costa, donde tiene una gran fuerza electoral. En el rol que desempeñe, bien sea como candidato o como aliado, su papel será crucial para sumar el influyente voto de la costa a la coalición de la centroderecha y la derecha.
¿Y qué pasará con Germán Vargas Lleras? El exvicepresidente le respondió a SEMANA que no ha tomado una decisión sobre su futuro, que permanece en una finca desde hace nueve meses por cuenta de la covid-19 y que es muy pronto para decidir su futuro político. Sin embargo, fuentes cercanas a él confirman que no desaparecerá de la arena política. En la consulta también aguardan a un ala liberal y se está a la espera de la decisión que tome el expresidente César Gaviria, quien apoyó a Duque en la segunda vuelta frente a Petro.
En el partidor de esta corriente también estarían Mira y Colombia Justa Libres, un grupo de cristianos que quiere tener un candidato propio.
La apuesta de Uribe es llegar a la primera vuelta con un candidato fuerte, que genere consensos y que logre pasar a la segunda vuelta con una votación tan significativa que ya sea difícil para la izquierda y la centroizquierda superarlo, tal como sucedió con Duque en 2018. Mientras Petro y Fajardo y sus seguidores viven en medio de la confrontación, en este bloque parece que hay armonía. Nada está cantado y las decisiones de los próximos meses serán determinantes.