En la Comisión Nacional de Disciplina Judicial reposan desde hace algunas semanas tres denuncias en contra de la magistrada de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Sandra Jannette Castro Ospina, por maltrato laboral a sus subalternos en la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas.
Las tres denuncias coinciden en los tratos denigrantes, humillaciones constantes, comentarios ofensivos, carga laboral y burlas insistentes sobre los trabajos que presentaban.
Debido a esto, las denunciantes —cuyos nombres se mantienen bajo reserva— sufrieron graves problemas de salud y afectaciones constantes en su calidad de vida.
Uno de los términos más constantes que se presentan en las denuncias, que están en proceso de revisión y acumulación en la Comisión, tienen que ver con el “ambiente tóxico” que se vivía en el despacho de la magistrada Castro Ospina.
Una de las denunciantes no dudó en asegurar que los casos de maltrato verbal y persecución laboral eran sistemáticos en la oficina de la magistrada, señalando que muchos optaron por renunciar ante tal situación con el fin de proteger su salud mental e integridad física.
En una de las denuncias que conoció SEMANA, radicada el pasado lunes 9 de septiembre en contra de la magistrada Castro ante el Comité de Convivencia Interno de la JEP, se citan varios comentarios vulgares y humillaciones de una subalterna a quien, palabras más palabras menos, mandó a “estudiar” en más de una ocasión, acusándola de no tener los conocimientos para presentarle ni el más simple informe.
En una de las discusiones más fuertes, registradas en la oficina de la magistrada, la trabajadora aseguró que le echó en cara el hecho que era “madre soltera”. En otra oportunidad, emitió comentarios con el único fin de ridiculizarla ante sus otros compañeros de trabajo.
La denunciante citó ante la Comisión varios cruces de correos institucionales en los que la magistrada cuestionaba, sin sustento alguno, los trabajos e informes presentados. En este sentido, aseguró que el maltrato estaba relacionado con su condición étnica y racial.
En otras dos denuncias reveladas por Blu Radio, se manifiesta que en más de una oportunidad se había puesto en conocimiento del conducto interno de la JEP la situación con la magistrada Castro; sin embargo, hasta la fecha no se ha emitido ni el más mínimo pronunciamiento sobre estos casos.
“Quiero expresar mi desilusión e impotencia frente a lo retardado de este proceso disciplinario”, señala una de las denunciantes, quien asegura que desde 2020 se vienen presentando estos hechos. “Un año después se me cita a ampliar la denuncia, desconociendo los efectos adversos que ello ha generado en mi contra”.
En la otra denuncia se detalla que los malos tratos afectaron gravemente su salud. Esto debido a los constantes acosos laborales, cuestionamientos y comentarios sobre su apariencia física, lo que le generó un “trastorno mixto de ansiedad y de depresión”, por lo que tuvo que ir al psiquiatra.
“Ser linda no es lo más importante, también toca producir y ser profesionales buenas y reconocidas”, recordó la denunciante, quien ya no hace parte de la JEP. Estos comentarios y ataques personales afectaron su ciclo menstrual, situación que se presentó en otra discusión.
“Debo contar que empecé a sentir cómo bajaba sangre de mis piernas y me manchaba, tenía una falda y al no estar preparada, estaba todo un caos. Cuando la magistrada hizo una pausa en su discurso, le dije: ‘Debo ir al baño, me llegó el periodo’. Esto la enfureció y me dijo: ‘No te creo, siempre es la misma excusa de las mujeres débiles’”.
Por el momento, la JEP no ha emitido ningún pronunciamiento de fondo frente a estas denuncias.
SEMANA ha podido establecer que existen otras exsubalternas y subalternas que están preparando varias denuncias por acoso laboral contra la magistrada y su auxiliar.