Con su regreso a Colombia la excongresista Aida Merlano enfrenta un nuevo proceso por corrupción electoral, no se trata del ya famoso caso de la Casa Blanca, por el que fue condenada y que dejaba en evidencia como la sede de campaña de Merlano se había convertido en un centro de operaciones de compra de votos en el Atlántico. Este nuevo proceso es por el mismo delito, pero en el departamento de Bolívar, y aunque se declaró inocente, SEMANA tendría la prueba reina de la relación de Merlano con el excongresista William Montes, condenado por parapolítica.
Se trata del registro de ingresos a la cárcel La Picota, de William Montes a visitar a Merlano cuando estaba detenida justamente por el escándalo de corrupción electoral y desde donde finalmente se voló. Esta es la historia que empieza a surgir del capítulo Bolívar.
La justicia indaga un supuesto acuerdo electoral corrupto entre Merlano y Montes, en el cual los dos resultaban ganadores. Merlano impulsaba la campaña de Emerito Montes, hijo del excongresista William Montes, quien para 2018 aspiraba a la Cámara de Representantes. Ellos, por su parte, hacían lo mismo con Merlano, quien finalmente tuvo una alta y casi inexplicable votación. Los dos resultaron elegidos.
Mientras se acomodaba a la fría celda en el pabellón 8 de la cárcel El Buen Pastor, de Bogotá, la excongresista Aida Merlano Rebolledo recibía una gran cantidad de visitas de sus familiares y amigos más cercanos. En la lista de visitas, conocida por SEMANA, la dirigente política conservadora, quien en ese momento era investigada por la compra de votos para su campaña al Senado, se reencontró con sus padres, su hijo menor de edad y todo tipo de allegados.
Sin embargo, en la lista hay un nombre que llama la atención: William Montes Medina, integrante de una de las familias políticas más poderosas del departamento de departamento del Bolívar, ingresó el 23 de abril de 2018 a la cárcel y alegó un vínculo/parentesco de “amigo” con Merlano. Curiosamente, no se registró su número de cédula. El 9 de octubre de 2019 volvió a aparecer en los registros, pero esta vez como abogado.
Irónicamente, para el día que Montes Medina visitaba por segunda vez a la excongresista esta ya llevaba ocho días escapándose de las autoridades tras protagonizar una cinematográfica fuga que le dio la vuelta al mundo. La gran pregunta es, ¿por qué William Montes, condenado a siete años y medio de prisión por el escándalo de la parapolítica, buscaba tan insistentemente a Aida Merlano?
Con el paso del tiempo la pregunta parecía resolverse. Mientras estaba privada de la libertad en Venezuela, tras ser recapturada, llegó a la Corte Suprema de Justicia una denuncia que señalaba que la excongresista, en la recta final de las elecciones de 2018, le habría entregado directamente 5 mil millones de pesos a Emérito Montes, los cuales le fueron enviados por el empresario Julio Gerlein. Este dinero, tendría como objetivo la compra de votos para garantizar su elección a la Cámara de Representantes.
En la denuncia se advertía que, en tierra de los Montes, Aida Merlano que buscaba dar el gran salto al Senado, logró una votación histórica con casi 32 mil sufragios, superando ampliamente a barones electorales y al veterano senador Roberto Gerlein. Con estas pruebas se señalaba que la creciente dirigente política, que había recibido el guiño del Partido Conservador, amasó un gran número de seguidores en una población que casi no la conocía.
Para el denunciante, en la recta final de la campaña se acrecentó la figuración de Montes como fórmula de Merlano mediante las famosas vallas y los visibles volantes. Es por esto que advirtió que el dinero que se había movido buscaba evidentemente lograr la elección de los dos candidatos conservadores y lograr así la moñona.
Sin embargo, el pasado 26 de abril, ya en suelo colombiano, en su versión libre Aida Merlano le señaló a la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia que no le constaba ni mucho menos entregó dinero a Emeterio José Montes de Castro, rechazando de tajo las acusaciones en su contra y el movimiento de ese dinero.
Aunque Merlano ratificó que ella tuvo participación en casos de corrupción electoral, alejó completamente de estos hechos a Montes, quien estaría aspirando para la Gobernación del Bolívar en las próximas elecciones, por medio de una curiosa alianza, con el fin de derrotar a otra de las casas políticas del departamento: la familia Blel.
En esa misma declaración, reiteró sus acusaciones en contra del exalcalde de Barranquilla, Alex Char; el expresidente del Senado, Arturo Char; y el empresario Fuad Char, de tener relación con el plan de compra de votos que se puso en marcha en su sede política, conocida como Casablanca, en el centro de Barranquilla.
Aida Merlano tiene dos condenas pendientes en Colombia: la primera de 15 años de prisión por liderar la compra de votos para su campaña al Senado, y la segunda, de cinco años y medio, por superar, ampliamente, los topes electorales fijados por la ley.
El pasado viernes, le imputaron nuevos cargos por la fuga que protagonizó el 1 de octubre de 2019. Pese a todas las pruebas en su contra la excongresista se declaró inocente.
Por considerar que representa un peligro para la sociedad la Fiscalía General pidió que se emita una nueva medida de aseguramiento en centro carcelario en su contra. El 9 de mayo, el juez definirá si acepta o no esta petición.