SEMANA: ¿Por qué Rafael Nadal le dice adiós al tenis?
TONI NADAL: Bueno, lo primero es porque tiene 38 años y es una edad en la que el físico no responde muy bien. Después porque durante un tiempo intentó volver al cien por ciento, pero vio que el cuerpo no le aguantaba como para soportar una intensa carga de trabajo y soportar distintos partidos seguidos así que al final llegó al convencimiento de que de esa manera era casi imposible jugar medianamente bien y por eso decidió dejar el tenis.
SEMANA: ¿Fue una decisión de un momento para otro o ya se venía pensando?
T.N.: Ya lo venía pensando, él me comunicó hace más o menos un mes. Me dijo que se retiraba, que había tomado la decisión y lo anunció. Es una decisión difícil, porque dejará de hacer algo que ha hecho toda la vida, dejará de hacer algo que le ha proporcionado una gran satisfacción, que ha tenido encima éxito con lo que hacía. Claro, dejar de hacer algo que a ti te gusta, siempre cuesta. Era la profesión de él y esa es una razón dura porque sabe que no regresará.
SEMANA: ¿Usted qué le dijo a Rafael cuando le contó que se retiraría?
T.N.: Que la decisión tenía que llegar, pero que había hecho una grandísima carrera, que las cosas le salieron muy bien y que se podía ir muy satisfecho. Creo que Rafael se puede ir con la satisfacción del deber cumplido, con la satisfacción de haber conseguido muchos de los sueños que se propuso de joven y, sobre todo, se ha ido con el respeto y el cariño de mucha gente que para mí es lo esencial.
SEMANA: Cuando anunció el retiro hubo expresiones de todos los continentes lamentando la noticia…
T.N.: Sí, yo creo que la gente ha valorado la pasión que él puso en cada golpe de pelota, ha valorado el esfuerzo que transmitió, y el trabajo. Son mensajes buenos para la sociedad y que van más allá del deporte en sí. Creo que Rafael Nadal es un referente positivo para la sociedad. Tanto él como Roger Federer consiguieron traspasar su ámbito de acción.
SEMANA: ¿La última vez que se verá a Rafael Nadal en una cancha será en la Copa Davis de noviembre?
T.N.: Sí, definitivamente. Este será su último partido y ojalá que pueda ayudar a España a ganar otra Copa Davis, pero bueno, ya veremos. Desgraciadamente para nosotros, para la familia, sobre todo, porque con él estábamos entretenidos los fines de semana y sabemos que ya no lo estaremos más.
SEMANA: En parte usted es el responsable de los éxitos de Rafael Nadal y dicen que usted era muy estricto. ¿Cómo fue entrenarlo?
T.N.: Yo no fui muy estricto. Estricto es aquel que no varía su posición. Yo fui un tipo muy exigente, a veces demasiado. Toda mi vida quise preparar a mi sobrino para la dificultad, para que supiera afrontar de buena manera la adversidad, para que intentara dar siempre su mejor versión. Y claro, eso implica ser exigente. Fui un entrenador exigente que intenté que la exigencia se volviera autoexigencia y creo que Rafael lo entendió y así lo hizo. Evidentemente, en todo este proceso hubo cosas maravillosas porque él llegó desde niño y llegó a la cima del deporte y eso genera un proceso de dificultad, momentos de euforia, problemas, derrotas dolorosas, victorias estimulantes, pero siempre intentamos que todo eso pasara dentro de la normalidad.
SEMANA: Pero cuando se le exige a alguien más de lo normal también es porque hay un cariño y acá no hay duda de eso porque es su sobrino. ¿En algún momento Rafael se molestó por las exigencias que usted le hacía?
T.N.: (Risas) No tengo certeza, en algún momento me imagino que no debía estar muy contento con la exigencia marcada que le hacía, pero siempre he dicho que fui exigente con mi sobrino básicamente por tres razones: La primera, porque el reto al que nos enfrentábamos requería eso. Yo sabía que lo que queríamos conseguir sería difícil, entonces tú tienes que prepararte para la dificultad. En segundo lugar, había un chico que estaba dispuesto a soportar la dureza del entrenamiento. Pero sobre todo, fui exigente porque yo le tenía una gran estima. Yo nunca hubiera sido un entrenador exigente si no hubiera tenido estima por los jugadores a los que entrené. Evidentemente, como a mi sobrino le tenía mucha más estima que a cualquier otro, pues yo le era más exigente.
SEMANA: Rafael lo ganó casi todo. ¿Se imaginó que su sobrino tendría este éxito?
T.N.: Bueno, no ganó en lo primero (risas). Pero toda la vida pensé que mi sobrino sería un gran jugador. Creo que la forma de estar motivado en la vida es creer que las cosas irán bien. Es imposible motivarse, creo yo, si uno no tiene confianza en que las cosas irán bien. Siempre tuve una gran confianza en Rafael, aunque nunca pensé que ganaría lo que fue capaz de ganar. Yo no pensé nunca que él fuera capaz de ganar 14 veces en París, por ejemplo, porque me parecía algo increíble, muy grande. O que fuera capaz de ganar 22 Grand Slams. Sobre todo, no me lo imaginé nunca, después de saber la lesión que tuvo en el 2000 o de conocer la lesión que tuvo en el 2005. No me imaginé nunca que él llegaría a donde llegó. Pero sí que creí que él sería un gran jugador.
SEMANA: Esa lesión de 2005 casi deja por fuera a Rafael de las canchas porque el médico dijo que era poco probable que pudiera seguir en el deporte. No se si usted sea creyente, ¿pero fue un milagro o la actitud de Rafael?
T.N.: Hubo un poco de todo, pero él tuvo una voluntad férrea en superar aquella dificultad. Eso es lo que realmente pasó. A pesar de los problemas, él consiguió abstraerse cuando salía a la pista (cancha) y logró dar casi siempre su mejor versión, a pesar del dolor y a pesar de tener los problemas que tuvo.
SEMANA: Dicen que Rafael tuvo 22 lesiones, ¿esa cifra es real?
T.N.: (Risas) Nunca llevé esa cuenta. Pero sí que tuvo que dejar en muchas ocasiones la actividad a raíz de la lesión del pie, eso le ocasionó distintos problemas por distintas partes del cuerpo.
SEMANA: Y todas esas lesiones empiezan a pasar factura con el paso de los años. 38 años en el deporte es una edad avanzada…
T.N.: Sí, claro, es que en el cuerpo siempre algo queda de las lesiones y hay un momento que por edad, por lo que sea, el cuerpo ya no responde. Es lo que creo que le pasó a él al final.
SEMANA: Rafael fue un gran tenista, pero lo que pocos saben es que le gustaba el fútbol. Cuéntenos cómo fue esa elección de deporte.
T.N.: (Risas) A él le gustó más el fútbol que el tenis. Compaginó el fútbol y el tenis durante unos cuantos años, hasta que tuvo 12 o 13 años. Allí su padre le hizo decidirse por una o por otra, porque no le daba tiempo. Creo que acertadamente eligió el tenis, ya que en aquel momento él ya era campeón de Europa y campeón oficioso del mundo. Esto es lo que le llevó a jugar al tenis.
SEMANA: ¿Y Rafael era bueno para el fútbol?
T.N.: Sí, yo creo que era muy bueno para el fútbol. De hecho, jugó durante mucho tiempo en un equipo, era el máximo goleador y jugaba con gente mayor que él. Como yo tengo un hermano futbolista que jugó en la selección española y en el Barcelona, era un reflejo. Creo que Rafael también hubiera sido un buen futbolista y se hubiera podido dedicar al fútbol.
SEMANA: Entonces otro tío lo hubiera formado en el fútbol…
T.N.: (Risas) Lo hubiera ayudado, por lo menos.
SEMANA: A Rafael lo vemos solamente en las competiciones, en las canchas, en ese gran esfuerzo que lo lleva a ser una persona tan exitosa. ¿Pero quién es realmente Rafael Nadal fuera de las canchas?
T.N.: Es un tipo normal que se dedicó a jugar al tenis y que puso pasión en lo que hacía. Pero cuando sale de las pistas (canchas) es un tipo totalmente normal. Es irónico que en la cancha pone una pasión enorme, pero por fuera es muy calmado y distinto.
SEMANA: Dicen que llegar al primer lugar es difícil, pero más complicado es mantenerse. ¿Cuál fue la clave del éxito para ganar todo?
T.N.: Siempre es más difícil llegar que mantenerse. Es un dicho que usan en el mundo, pero que no es cierto. ¿De los que empiezan, cuántos llegan a número uno? Casi nadie. ¿De los que llegan a número uno, cuántos se mantienen? Yo creo que un 50 por ciento. Es más difícil llegar que mantenerse. Pero el éxito suyo ha estado en no dejar de mejorar, de tener la voluntad, de no dejar de mejorar durante toda su carrera y después tener la voluntad de superar las adversidades. Esto creo que es lo que ha marcado la diferencia.
SEMANA: Usted ha dicho que Rafael siempre dejaba todo en la cancha…
T.N.: Él se acostumbró a jugar cada entrenamiento como si fuera especial, no diferenciaba y lo daba todo.. Yo le decía de pequeño: golpea la pelota cada vez lo mejor que puedas y no esperes hacerlo el día de la final de Roland Garros. Él se acostumbró a golpear la pelota de la mejor manera posible en cada pequeño entrenamiento, y eso creo que fue su éxito.
SEMANA: ¿Cuántas horas entrenaba Rafael?
T.N.: Cuando era pequeño entrenaba bastante, pero unas cuatro horas por lo general. Pero lo principal no fue tanto las horas que entrenó, sino la intensidad con que las entrenó. Rafael entreno siempre a una alta intensidad y eso pues le llevó a que el entrenamiento fuera siempre muy provechoso.
SEMANA: ¿Cuál será el futuro del tenis?
T.N.: No va a pasar nada. Todos los deportes han superado las ausencias. El deporte está por encima de la gente. Es verdad que hemos vivido una época extraordinaria del tenis donde curiosamente se han juntado tres de las más importantes raquetas (Rafael Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic) pero campeones seguirán dándose y labrarán el futuro del tenis.
SEMANA: Pero ver ese tridente nuevamente será muy complicado…
T.N.: Por supuesto, si es que es difícil. Que haya otra vez tres que coincidan en el tiempo, será complejo. Estos tres jugadores han sido capaces de ganar 66 Grand Slams. Tridentes de otras épocas no lo lograron.
SEMANA: ¿Qué le va a decir a Rafael en la Copa Davis cuando él salga por última vez a una cancha de polvo de ladrillo?
T.N.: Le diré lo mismo que le he dicho estos días: enhorabuena por haber tenido una excelente carrera, por no haber perdido nunca el control, por haber mantenido siempre unos principios dentro de la pista, y por haber transmitido, creo, a la sociedad en general unos buenos valores. Rafael se puede sentir muy orgulloso de lo que ha conseguido en las pistas de tenis.
SEMANA: ¿Y qué hará Rafael cuando deje las canchas?
T.N.: Creo que va a seguir implicado en el mundo del deporte. Tiene una academia y me imagino que dedicará todavía más tiempo. Tiene distintas actividades, distintos negocios que me imagino que tendrá que dedicarles un tiempo. Y supongo que dedicará bastante tiempo a su familia también, a jugar a golf, a hacer una vida normal, creo yo.
SEMANA: A lo mejor ya se puede dedicar al fútbol aficionado…
T.N.: Bueno, él es muy aficionado del Real Madrid, a lo mejor se dedica a ir a verlo cada semana. Y si le ofrecen la posibilidad de ser directivo del Real Madrid, supongo que iría encantado (risas).
SEMANA: O le pone competencia a usted y se dedica a formar tenistas…
T.N.: (Risas) Puede ser, pero no le veo mucha tesitura en esa materia. Él sí que se dedicará a ir a la academia, de colaborar con jóvenes, pero no le veo interesado en seguir a algún jugador, o al menos de momento.
SEMANA: ¿Tiene otro jugador de tenis en la mira para formar?
T.N.: En la academia tenemos distintos jugadores que lo hacen muy bien. Hemos tenido jóvenes que han ganado el US Open en categorías juniors, gente que está en formación a punto de entrar en el circuito profesional, pero tener la suerte de que nos salga otro Rafael Nadal, creo que será difícil.