Directo y contundente, así fue el mensaje elevado el pasado viernes por la Unión de funcionarios de Carrera Diplomática y Consular de Colombia; Unidiplo, en contra del Gobierno del presidente Gustavo Petro Urrego, para manifestar el inconformismo que ha despertado en la entidad los recientes nombramientos oficiales para ocupar embajadas y consulados a nombre de nuestro país en el extranjero.
De acuerdo con el mensaje, dado a conocer también a través de las redes sociales de Unidiplo, los trabajadores diplomáticos de carrera se manifestaron en desacuerdo e inconformidad por la forma en la que el gobierno de Petro está manejando la función diplomática de nuestro país, advirtiendo que, al menos los recientes 13 nombramientos anunciados por la Cancillería, responden al otorgamiento de ‘cargos por intereses políticos’, y no cumplen con el camino u hoja de ruta dictada por la institucionalidad para tales designaciones.
Sobre el particular, el referido sindicato de trabajadores oficiales del servicio diplomático nacional, han advertido que “cualquier designación de personas ajenas a la carrera diplomática que no haya sido ofrecida previamente a funcionarios de carrera es, por definición, una escogencia política y “a dedo””, señalando la irregularidad que entonces traduce el reciente nombramiento de figuras como Adriana de Francisco, hermana de Margarita Rosa de Francisco, nueva cónsul en Miami, y de Adriana Córdoba, esposa de Antanas Mockus, como embajadora en Dinamarca.
En su comunicado, advirtiendo de las irregularidades que ello representa, los funcionarios de la Cancillería han visto con especial lástima y desilusión que desde la Casa de Nariño se esté dando prioridad a las ‘cuotas políticas’, por encima de quienes realmente se capacitan y forman en las áreas idóneas para ejercer de forma correcta la representación diplomática del gobierno nacional y del Estado colombiano en el extranjero.
Sobre el particular, el grupo sindical advirtió que el nombrar diplomáticos ‘a dedo’, “es una práctica particularmente dañina para la imagen de Colombia y la profesionalización del servicio exterior”.
Desde el sindicato, a la vez se advirtió lo dañino que resulta para la diplomacia colombiana el permitir a “personas que no han demostrado su mérito, como lo hacen los funcionarios de carrera, hacer una suerte de “carrera paralela” en el servicio exterior”.
En ese sentido, y denunciando que el servicio diplomático estaría sirviendo para cumplir con ‘cuotas políticas’, o posiblemente pagar favores políticos o de orden personal, desde el sindicato se ha advertido que si bien “los nombramientos provisionales son legales”, estos son “única y exclusivamente en casos en los que no es posible nombrar a un funcionario de carrera en ese cargo”.
En ese sentido, Unidiplo ha advertido que esa ‘provisionalidad’, no es evidente en “el caso de ninguno de esos nombramientos”.
Criticando al autodenominado ‘gobierno del cambio’, desde el sindicato de los trabajadores que se forman y trabajan para ser diplomáticos, se advirtió que el Gobierno actual no está más que revalidando lo ya visto en otros gobiernos, y que el nombramiento de algunos de los recientes diplomáticos; que ya había hecho parte de cargos del servicio exterior respondiendo a intereses políticos, también responde a personas que “buscan hacer valer sus nombramientos irregulares en el pasado como pretexto para ser nombradas nuevamente”.
Desde el sindicato también se advirtió que, pese a que esta clase de observaciones se hicieron oportunamente a la oficina de talento humano de la Cancillería, de manera privada, esta hizo caso omiso y oídos sordos, en favor de las ‘designaciones a dedo’.
Haciendo aún más evidente su malestar, el sindicato acusó que “tomaremos todas las medidas necesarias para revertir estas decisiones que causan un detrimento patrimonial enorme, que lesionan la imagen de Colombia en el exterior y que subvierten el principio del mérito en la administración pública para subordinarlo a la conveniencia política”.
En el pasado, más precisamente en 2016, un ambiente similar se despertó por parte del gremio de los profesionales en Relaciones Internacionales y carreras afines, quienes lamentaron en su momento que el periodista y presentador Carlos Calero, fuera designado por el gobierno de turno como cónsul en San Francisco.