Mientras alias el Negro Ober, cabecilla de la organización criminal de los Rastrojos Costeños, redactaba cartas asegurando que utilizaban su nombre para generar amenazas y extorsiones en el Atlántico, la Fiscalía recibía denuncias de cómo su voz, al parecer, se escuchó en un mensaje a un tendero del municipio de Malambo.
Ober Ricardo Martínez, según una denuncia de un comerciante, le advirtió que tenía listo un ataque a tiros contra su negocio y contra sus familiares. La amenaza llegó desde un mensaje a través del celular y abre nuevamente la polémica por las facilidades que tienen los delincuentes para intimidar a sus víctimas, desde la cárcel La Picota de Bogotá.
“Buenos días mi hermano, oiga ayer, mejor dicho, le vamos a encender esa monda a tiros, ahí tengo los pelaos no más deje que me conteste mi jefe de sicarios, que creo está hablando con usted y no le ha querido contestar esa mierda ya voy…”, señala el mensaje de voz que llegó al comerciante y que incluye la amenaza.
La denuncia en contra del conocido y descarado criminal en el norte del país advierte que incluso además de atentar contra los establecimientos de comercio, iniciaría un ataque a los familiares de los propietarios y en este caso puntual amenaza a un sobrino de la víctima que asegura será el primero en asesinar.
“Mejor dicho, déjeme que me conteste ese muchacho para que le vuele esa monda y el sobrino suyo es el primero que le voy a matar”, advierte la amenaza, al parecer, del llamado Negro Ober como cabecilla de la organización criminal de Los rastrojos Costeños, ampliamente conocidos en Barranquilla por extorsionar a comerciantes.
El Inpec incluyó a alias, el Negro Ober en el listado de los criminales que se convirtieron en un problema para el sistema penitenciario de Colombia. Hace parte del inventario de detenidos del llamado Plan Dominio y constantemente es traslado de cárcel para evitar hechos de corrupción y que tenga la posibilidad de continuar con sus actividades criminales.
“Se pudo establecer que la comunicación que efectuó la hizo a través del teléfono público del cual tenía derecho y acceso una vez al día. Desafortunadamente, aprovechó ese derecho para hacer una llamada y pedirle a un delincuente más que hiciera la grabación donde está la amenaza”, detalló el coronel.
Sin embargo, tal parece que este descarado delincuente, utiliza las llamadas que tiene para comunicarse con su familia y con su defensa, para enviar los mensajes con las amenazas e intimidaciones a los comerciantes del departamento del Atlántico. El audio con la amenaza era claro y para investigadores de esa zona del país, no cabe duda de que se trata de Ober.
El audio ahora hace parte una investigación que se suma al prontuario criminal de este delincuente y podría derivar en nuevas imputaciones de cargos, mientras él, desde su celda, escribe cartas para llevar, al parecer, a un engaño a las autoridades encargadas de su custodia y de los procesos que corren en su contra.