Colombia hoy está muy bien preparada para la transición energética”, así lo afirmó el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa Puyo, en el foro ‘Transición energética en Colombia, una nueva era’. El jefe de la cartera aseguró que la nación tiene un gran potencial de recursos renovables no convencionales que le permitirán complementar los recursos que hoy hacen parte de la matriz energética, una de las más limpias del mundo. Bajo esta premisa, la transición será crucial para reducir emisiones y avanzar en el proceso de descarbonización.

En esta línea, el país viene desarrollando el potencial de energías renovables no convencionales por medio de políticas públicas, regulatorias e incentivos fiscales impulsados por el Gobierno nacional. Con la Ley 1715 de 2014 se dio el marco inicial a la política pública para darles entrada a energías alternativas como la solar y la eólica. Esto se complementó con una política de subastas y recientemente con la nueva Ley de Transición Energética que aprobó el Congreso de la República el pasado 19 de julio.

Con la subasta de energías renovables no convencionales que adelantó el país en 2019, particularmente de proyectos eólicos y solares, habrá un salto importante al pasar de 50 megavatios de capacidad instalada –que se tenían en 2018– a más de 2.800 megavatios para finales de 2022, que representarán casi 12 por ciento de la matriz energética. Regiones como La Guajira y el Cesar, por sus condiciones geográficas y ambientales, cumplirán un rol fundamental en la transición.

De acuerdo con el Gobierno, se avanza en 14 proyectos eólicos y solares que representarán inversiones por cerca de 7 billones de pesos, generarán más de 6.000 empleos, además de impactar de manera positiva a miles de colombianos que aún no tienen acceso a energía eléctrica en sus hogares.

Por su parte, la Ley de Transición Energética establece incentivos tributarios, también disminuye gravámenes y aranceles para proyectos de hidrógeno verde y azul. Ofrece estímulos para inversiones y equipos de almacenamiento de energía a gran escala, toca temas de IVA en adquisición de bienes y servicios para el desarrollo de proyectos de generación con fuentes no convencionales.

Según explicaron los panelistas que participaron en este encuentro digital –organizado por Foros Semana, Promigas, Surtigas, CEO, Gases de Occidente y Canacol Energy; con el apoyo de Holland & Knigh–, en el medio plazo las energías renovables serán la base para avanzar en otras tecnologías como el hidrógeno verde, que se produce a partir de la energía eléctrica abundante generada a precios muy competitivos por fuentes renovables como la solar, la eólica y la electrólisis del agua.

“Una oportunidad que tenemos con el hidrógeno es diversificar la matriz energética nacional y los sectores de demanda”, señaló Andrés Adolfo Amell, docente investigador de la Universidad de Antioquia. Es así como el desarrollo de tecnologías como el hidrógeno verde y el azul ayudará a la descontaminación de las grandes ciudades, y posicionará a Colombia como líder regional.

“En la medida en que el país evite la sobrerregulación de esta industria y, por el contrario, pueda afianzar lazos con distintas empresas especializadas en el desarrollo de este elemento, podrá convertirse en un gran líder en este ámbito”, precisó José Zapata, socio del área de Energía y Recursos Naturales de Holland & Knigh.

De igual manera, durante el foro se resaltó el importante papel que tiene el gas natural en la transición energética. Sin embargo, representantes del sector advirtieron que no se le está dando el protagonismo que debería. “Se debe posicionar aún más al gas natural como un energético limpio y fundamental en la sustitución de combustibles contaminantes”, señaló Rodolfo Anaya, presidente de Vanti.

Por su parte, Aquiles Mercado, vicepresidente financiero y administrativo de Promigas, advirtió que la electricidad producida con gas natural genera menos de la mitad de los gases de efecto invernadero que la que se genera con carbón. De igual manera, se detalló la importancia del gas natural como un combustible competitivo que permite cerrar las brechas sociales, por ejemplo, ha logrado reemplazar la leña, que era el combustible de las familias en los estratos 1 y 2.

Este encuentro finalizó con un llamado a la articulación de los distintos sectores para buscar la manera de facilitar el libre mercado, la libre competencia y la eficiencia en precios, así como continuar flexibilizando las regulaciones para facilitar la transición energética, clave en la sostenibilidad ambiental y económica del país.