Luego de que el recuerdo de Rosa Elvira Cely, víctima de violencia de género, fue afectado por un concepto que la responsabilizaba de su propia muerte, la Corte Constitucional podría hacer de su nombre no sólo la bandera de protección a las mujeres víctimas de feminicidio, sino también el de los integrantes de la comunidad LGBTI en su lucha contra la discriminación.Todo por cuenta de una ponencia en la que la magistrada Gloria Ortiz propone que las penas por feminicidio establecidas por la ley que lleva el nombre de esta mujer apliquen también para cualquier homicidio que se produzca por la intención de matar a alguien originada por la condición de género de la víctima.Como es casi tradición en el Congreso cuando se conocen casos de trascendencia nacional, la violación, torturas y muerte de esta mujer dieron lugar a la presentación de un proyecto de ley que sancionara los casos de feminicidio, que es el asesinato de mujeres como una manera de agredir y afrentar esa condición de género.Así, se creó ese tipo penal, que concebía de manera especial y específica ese tipo de homicidios y establece sanciones de entre 250 y 500 meses de prisión para el responsable de las conductas.Ante la Corte Constitucional fue demandado un aparte de la norma que precisa que una de las condiciones para concebir el crimen como feminicidio es que el autor tenga antecedentes de haber cometido violencia de género contra la víctima.La ponente del caso, Gloria Ortiz, cree que el tipo de violencia de género que se debe tener en cuenta en esos casos no sólo se debe referir a las mujeres sino a cualquier persona que haya sido victimizada debido a su condición de género.Así las cosas, si la ponencia termina conquistando a los demás magistrados de la Corte Constitucional o al menos a la mayoría, el nombre de Rosa Elvira Cely ya no sólo sería un símbolo para las mujeres en su lucha contra la violencia de género.Si prospera la tesis, todo aquel que sea agredido por esa condición, desde luego incluida a la comunidad LGBTI, podrá invocar su nombre en la pelea que ellos mismos libran.