Después del triunfo de Colombia ante Grecia el pasado sábado, en Bogotá hubo nueve muertos y un poco más de 100 heridos por la celebración. En el festejo de los 68 años de Millonarios, hubo 32 personas lesionadas. Por estos antecedentes, la Alcaldía de Bogotá decidió decretar la ley seca hasta el viernes a las 6:00 a. m., para que antes, durante y después del partido de la Selección Colombia este jueves no se venda licor en ningún establecimiento público de la ciudad. La primera en reclamar por esta decisión fue la Asociación de bares de Colombia (Asobares). Para ellos es sencillamente inaceptable que los legales no puedan vender licor y una de sus maneras de manifestarlo fue comparando a Bogotá con la zona de distensión que hubo en el Caguán durante el proceso de paz con las FARC en el gobierno de Andrés Pastrana.“Es la ‘caguanización’ de Bogotá, en un sentido muy respetuoso, porque la ciudad se despeja para que los vándalos e ilegales hagan su agosto en el mercado negro, en el espacio público, vendiendo licor en maletas y mochilas”, afirmó en diálogos con BluRadio Camilo Ospina, el director de la asociación. Ellos sostienen que es ilógico prohibir la venta de alcohol por las riñas cuando las celebraciones pasadas dejaron heridos, pero en los lugares privados y no en los sitios públicos. “Los casos nada tienen que ver con el funcionamiento de bares que, por el contrario, tuvieron un comportamiento ejemplar”, se pronunció Asobares mediante un comunicado. Es apenas natural que los vendedores de licor se quejen porque no pueden proveer uno de los productos más rentables y se deben restringir a la venta de comidas y bebidas no alcohólicas. Pero Asobares no es la única que cuestiona la medida. Dentro de la misma Alcaldía de Bogotá hay una voz disonante que afirma públicamente que la medida de la ley seca no es adecuada para contrarrestar las peleas. Johnatan Nieto Blanco, subsecretario de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Secretaría Distrital de Gobierno, reconoció que las peleas fueron dentro de los hogares y no “donde hubo pantallas gigantes con la transmisión del partido”, como señaló en la cadena radial ya mencionada. Sin embargo, la Alcaldía se la juega por la ley seca en un intento de prevenir las agresiones después del partido de Colombia ante Costa de Marfi,l pues el pasado indica que ni siquiera con el festejo mundialista se evitan las riñas. "En el partido anterior, localidades como Bosa, Kennedy, Suba, Ciudad Bolívar y el centro de la ciudad experimentaron no soolo un festejo, sino un problema de seguridad. Cerca de 3.000 riñas, 1.500 de las cuales fueron anunciadas a través del 123, que produjeron más de 100 heridos con arma blanca, 15 con armas de fuego, nueve muertos, accidentes de tránsito, bloqueos de vías, es decir, un panorama que no es el mejor", expresó el alcalde mayor, Gustavo Petro. Mientras se pone en duda la efectividad de la ley seca, la Alcaldía busca la mejor manera para que el Mundial en Brasil no se convierta en una tragedia en Bogotá.