Leyner Palacios, el líder social que perdió a 28 familiares en la masacre de Bojayá el 2 de mayo de 2002, fue nombrado nuevo comisionado de la Verdad. Desde que vivió ese episodio que marcó su vida, ha venido trabajando por la memoria y la reparación de las víctimas.

De hecho, durante la entrega del Nobel de Paz de 2016 su labor como líder fue reconocida, en un evento al que acudió como símbolo de resistencia y reconciliación de Colombia después del Proceso de Paz.

En Vicky en Semana, Palacios indicó que es una oportunidad que tendrá para participar en un momento histórico de la construcción de la paz en Colombia. Recordó a María Ángela Salazar, la persona a la que llegó a reemplazar, como una mujer luchadora, emprendedora, quien siempre luchó por la paz y fue una comprometida por la reconciliación del país y los derechos del pueblo étnico.

Palacios narró que para llegar a ocupar dicho cargo no fue fácil, ya que fue un proceso bastante estricto el realizado desde la Comisión de la Verdad, sumado a que los más de 80 aspirantes tenían bastante trayectoria profesional.

“Para mí este es un momento y una oportunidad única. Una oportunidad porque soy de los conscientes del momento histórico que vive el país, estamos ante una realidad de conflicto y de guerra de un pasado muy doloroso, yo mismo lo he vivido, y ese pasado no lo podemos repetir. Y por eso mi llegada a la Comisión de esclarecimiento de la verdad es un compromiso con las víctimas, la verdad, pero sobre todo con la reconciliación”, agregó en Vicky en Semana.

Además, indicó que desde la Comisión de la Verdad luchará por la reconciliación en Colombia. Recordó que fue víctima de la masacre de Bojayá y que también ha sido promotor y defensor de los derechos humanos. “Yo viví la masacre de Bojayá, pero antes de vivirla estuve acompañando todas estas comunidades y experimenté cuánta tragedia se pasa en medio del conflicto armado”, agregó.

Leyner Palacios también narró que le tocó “recoger” muchos muertos que bajaban por el río Atrato, y ver cómo los grupos armados ilegales “descuartizaban y picaban gente y la metían en costales”, y los ponían delante de las comunidades para intimidar y aterrorizar.

Por lo tanto, recalcó que es un sobreviviente de la guerra en Colombia, pero un decidido por la paz. Contó que debido a la muerte de 28 familiares y cuatro amigos cercanos en dicha masacre, su corazón quedó “destrozado”. “Ese día nuestras vidas, los que quedamos enteros, quedamos así de desbaratos como los que quedaron molidos, después de la explosión de esa pipeta”.

De tal modo, Palacios señaló que no ha sido fácil reponerse de ese dolor y sufrimiento, pero recalcó que más sin embargo, ha visto a otras personas que se han sabido reponer de otras tragedias tan terribles como la de él. “Cuando fui a La Habana escuché cuántas historias de mujeres que fueron violadas, torturadas de manera terrible y cuando yo iba en ese camino y escuchaba los testimonios de tanto dolor que ha vivido en Colombia tanta gente, yo decía, Dios mío, mi dolor es tan fuerte, pero es igual de fuerte como el dolor de muchos colombianos”, señaló el nuevo integrante de la Comisión de la Verdad.