En los próximos días aterrizarán en el aeropuerto El Dorado de Bogotá varios aviones que traerán a 4.000 afganos en busca de refugio temporal en Colombia mientras Estados Unidos adelanta sus trámites de visado.
Miles de familias buscan huir de Afganistán tras un recrudecimiento del conflicto con la llegada de los talibanes al poder. Al doble atentado bomba en el aeropuerto de Kabul de hace unos días, se le suma otro ataque de la filial afgana de Estado Islámico, que se atribuyó otra arremetida con cohetes que tenía como objetivo el mismo lugar, sin embargo, los proyectiles fueron interceptados por el sistema de defensa instalado en el aeródromo.
Aunque desde la Casa Blanca se habló de 4.000, la cifra de afganos que lleguen a Colombia podría ser más alta, de acuerdo con la logística puesta en marcha en el país. La idea es que lleguen en distintas fechas y se instalen en diferentes localidades de Bogotá; también se habla de Barranquilla.
El Gobierno de Iván Duque, en apoyo a Estados Unidos en un momento difícil y agradecido por las inversiones del Plan Colombia y la vacunación contra la covid-19, coordina el arribo y la estadía de los afganos con el Estado norteamericano. El director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, viajó a territorio estadounidense, donde ultimó detalles del aterrizaje de los refugiados.
SEMANA conoció que el Gobierno Duque ya estableció contacto con más de 20 hoteles en Bogotá, la primera ciudad que albergará a estos ciudadanos, víctimas de los talibanes que se tomaron nuevamente el poder a la fuerza. Los refugiados llegarán con sus familias. Permanecerán de tres a seis meses, pero no está descartado que el tiempo se extienda unos meses más.
La idea es que, tan pronto el Gobierno norteamericano realice sus trámites de visado, los afganos salgan de Bogotá rumbo a Estados Unidos. El Gobierno de Joe Biden promete sacar de Kabul a centenares de familias que durante más de 20 años sirvieron a las tropas americanas y hoy se encuentran en alto riesgo.
Ninguno de los afganos podrá trabajar en Colombia. Estados Unidos asignó una partida presupuestal para su sostenimiento, y un operador gringo será el encargado de garantizar su estadía. Además, se anunciaron inversiones directamente en salud, educación, vivienda, entre otras, en las ciudades que reciban a los migrantes.
Bogotá no se convertirá en un campo de refugiados. Al contrario, los afganos vivirán en los hoteles, pero se movilizarán libremente por la ciudad, pues tendrán una visa temporal colombiana. “Estarán integrados con la sociedad, son ciudadanos de paso, pero tienen libre tránsito”, le contó una fuente a SEMANA, quien pidió la reserva de su identidad.
Los grupos tendrán traductores que les permitirán afianzarse en el español. Hasta ahora, no se conoce un censo de las familias afganas que arribarán. Lo que sí está garantizado es que antes de pisar territorio colombiano las autoridades tendrán en sus manos una hoja de vida con los perfiles y antecedentes de los nuevos inquilinos. Colombia será estricta en exigir que cada refugiado en realidad experimente una verdadera condición de vulnerabilidad humanitaria, sin un pasado judicial que cause mayores problemas.
Más allá de los avances del Gobierno, varias comunidades de migrantes cercanos a su cultura ya se preparan para recibirlos y ayudarlos. Uno de los mayores retos en un proceso migratorio es el choque cultural, el idioma, la gastronomía y, en este caso, la religión. “Vamos a ver de qué manera podemos colaborar con el Gobierno gracias a la experiencia que tenemos en el trabajo social y humanitario con migrantes judíos. En la medida en que el Gobierno requiera algún tipo de asistencia, con nosotros puede contar”, le dijo a SEMANA Marcos Peckel, director de la comunidad judía en Colombia.
“Queremos ayudarlos”
Abdul Aziz Shakeri es un afgano que vive en el país hace cinco años. Está enamorado de la nación donde vive con su familia. Por medio de ZMA Foundation, la ONG que creó hace un tiempo, buscará ayudar a sus connacionales. “Queremos entrevistarlos y ayudarlos con el idioma (darí y pastún), tenemos personas para hablar con ellos. Queremos ayudarlos mostrándoles la cultura de Colombia, y, si algunos se quieren quedar, puedan hacerlo”, afirmó.
En el tema religioso, se espera que la mayoría de los que lleguen sean musulmanes. En ese sentido, puede que no haya inconvenientes, ya que, por lo menos en Bogotá, hay varias mezquitas. Colombia no es una nación con tradición de recibir migrantes y habrá desafíos a todo nivel. Lo ocurrido con los venezolanos en los años recientes es apenas una muestra de ello. Sin embargo, en medio de la grave crisis de Afganistán, bajo el control talibán, el país aportará en la resolución de esta grave crisis humanitaria.