El Inpec le abrió las puertas de la cárcel Picaleña de Ibagué a los estudiantes del colegio Leonidas Rubio Villegas tras un acuerdo con la administración local, cuyo propósito es que los menores de edad perciban de cerca cómo se vive en el penal para que no cometan delitos en un futuro. Hay críticas a la iniciativa.
Los jóvenes fueron acompañados por los padres de familia, docentes y orientadores escolares. Ellos recorrieron los pasillos del penal de alta seguridad donde se encuentran recluidos peligrosos delincuentes, escucharon historias de vida de algunos detenidos y tuvieron contacto con los guardias de vigilancia.
Si bien este programa está vigente desde hace quince años en Colombia, hoy está en el centro de la polémica por una grabación que compartió la alcaldesa Johana Ximena Aranda donde se ilustraría una supuesta terapia de choque: a los menores les vendaron los ojos y fueron recibidos entre gritos: “Bienvenidos a la cárcel”.
En las imágenes se vio llorar a una joven, varios rostros tenían síntomas de angustia y en un fragmento se percibió el momento exacto en el que un uniformado se le paró de frente a un estudiante y lo cuestionó: “¿Esto le parece una chimba?”, mientras sonaban fuertes voces y ruidos, aparentemente, provenientes desde las celdas.
La mandataria local justificó esta escena por medio de un video que divulgó en sus redes sociales: “Iniciamos esta estrategia en la que queremos que ellos se enfrenten a una realidad que, tal vez, desconocen. Queremos jóvenes que sean capaces de soñar alto, de tomar buenas decisiones y de transformar este territorio”.
Aunque los protagonistas de la visita afirmaron que se sintieron cómodos y la recomendarían, en internet no perdonan la situación. Una de las voces que ha tenido mayor eco es la del concejal Andrés Zambrano, quien cuestionó duramente el plan de la Alcaldía de Ibagué y sugirió reemplazarlo por visitas a universidades y canchas.
“Esta estrategia, a parte de ser traumática por la cruda realidad de las cárceles, es totalmente ineficaz puesto que ignora que algunos de los delitos de más alta comisión en Ibagué, como el hurto en sus distintas modalidades, están asociados a las condiciones de pobreza y bajas oportunidades”, dijo el corporado.
Otros usuarios escribieron en Instagram: “Que experimenten en carne propia, eso es más una estrategia de choque, violenta y agresiva, nada respetuosa con la adolescencia y juventud de Ibagué”; “yo lo que veo a través de este vídeo es violencia psicológica a menores de edad”; “¿adoctrinamiento a través del miedo?”.
SEMANA consultó con la Alcaldía de Ibagué si, tal como lo denuncia la ciudadanía, el programa sería una terapia de choque y respondió: “Se refiere a una actividad para concientizar a los jóvenes de no cometer delitos. La alcaldesa es responsable de lo que dice, no de lo que la gente entienda, y ese término nunca lo ha dicho”.